Música para «escapar» del hospital

«La música sería el vehículo y la elección de las canciones el conductor. Nadie mejor que uno mismo para saber qué le va a evocar un buena época, un buen recuerdo que le haga viajar fuera del hospital». Así define Guillermo Giner, presidente de la Fundación Músicos por la Salud, el proyecto que iniciaron en 2015 en hospitales y centros sociosanitarios de Madrid. Se trata de microconciertos «a la carta» que contribuyen a la mejora física y psíquica de pacientes y usuarios, combatiendo aspectos como la soledad ocasionada por la enfermedad o la situación de vulnerabilidad. La clave del éxito de esta iniciativa, que se ha extendido por todo el país, es que los beneficiarios participen proponiendo sus canciones favoritas y cantándolas todos juntos.

«Yo soy hijo único, mi padre falleció de cáncer de pulmón cuando tenía 14 años, y en 2012 a mi madre le diagnosticaron un cáncer de colon. Estuvo dos años luchando contra el cáncer, pasó por muchas cirugías y cerca de 11 meses de estancia en el hospital. Los únicos dos buenos momentos que tenía mi madre al día era cuando me veía entrar por la puerta, que sonreía, y cuando le ponía con una tableta y auriculares, su música favorita».

Tras esta dura experiencia personal donde encontró en la música una «medicina» para su madre, Guillermo Giner pensó en buscar la manera de poder ayudar a personas que pudieran pasar por lo mismo que ellos, y así nació en 2015 la Fundación Músicos por la Salud. «A mi madre le encantaba la ópera y la zarzuela. Ella escogía la música y, incluso en los momentos más oscuros de la enfermedad, cantaba, sonreía y yo pensaba que esa era la imagen que me iba a llevar de ella, para recordarla sonriendo, cantando y por decirlo de alguna manera, fuera del hospital y de la enfermedad», subrayó.

En estos siete años han realizado cerca de 25.000 microconciertos en 365 hospitales y centros residenciales de toda España, los cuales, según un estudio de la Fundación Musicoterapia y Salud, reducen en un 27% la ansiedad de los pacientes y aumentan en un 88% su bienestar. «Aportamos la calidez humana de nuestros músicos, como principal valor. Nos centramos en la persona y usamos la música como vehículo de intervención. Así, acompañamos a las personas en su situación de soledad o vulnerabilidad durante su paso por los recursos sanitarios, sociosanitarios y asistenciales».

En ese camino, han tenido cientos de experiencias «espectaculares». Entre ellas, según apunta Giner, figura el caso de personas mayores con Alzheimer que ya no reconocen a sus hijos, y con afasia severa, que llevaban más de un año sin hablar, que tras preguntarles a sus familiares cuáles eran las canciones favorita de su infancia, la tocan y empiezan a cantarla desde principio a fin.

También destaca el caso de Rocío, una joven de 28 años ingresada en el Hospital Clínico de Valencia que, a raíz de una parada cardíaca en la que estuvo sin oxígeno mucho tiempo, llevaba 21 días en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos. «El marido, de 30 años, nos dijo cuál era su canción favorita, se la tocaron con un violín y un instrumento de viento, y en el minuto 3 empezó a moverse. Al día siguiente la trasladaron a planta de Neurología, luego estuvo en un hospital de larga estancia donde la visitamos durante 11 meses hasta que le dieron el alta».

Plantilla

Entre 2015 y 2018 la Fundación se nutría, fundamentalmente, de músicos voluntarios, llegando a tener cerca de 3.000, y a partir del año 2019 solicitaron subvención pública a cargo del 0,7% solidario del IRPF, y comenzaron a contratar a los músicos para realizar a diario microconciertos en los hospitales, en cuidados intensivos, hospitales de día de oncología donde se administra la quimioterapia, hemodiálisis y salud mental; y en los centros sociosanitarios.

Dicha experiencia, que se ha ido extendiendo a todo el país, ya se ha llevado a cabo de forma puntual en Canarias, concretamente en el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, y en algunas residencias de la Isla. Ahora, quieren dar un paso más para convertir las visitas esporádicas, en una actividad diaria en los hospitales del Archipiélago y en las residencias al menos una vez en semana. Para transformar esa acción esporádica en actividad regular, lo que necesitan es financiación, y en este sentido, optan a la misma a través de dos causes.

Por un lado, han solicitado el 0,7% solidario del IRPF en Canarias. «Ya lo hicimos hace tres años pero no lo logramos, y como en Baleares y en Canarias se hace cada dos años, lo hemos vuelto a presentar ahora y está pendiente de resolver, con lo cual esperemos llevarnos una buena sorpresa porque nos permitiría contratar a músicos y tener una actividad regular, para atender las peticiones de los hospitales y las residencias».

Y en el marco legislativo, el PSOE tiene previsto presentar en enero una proposición no de ley para vincular música y salud en el sistema sanitario de Canarias. «Se trata de una propuesta socialista muy interesante, que ya consiguieron en Valencia, la primera comunidad autónoma que introdujo la música en el sistema sanitario, y ahora sería Canarias la segunda». Esto permitiría, según avanzó el presidente de la Fundación Músicos por la Salud, alcanzar un impacto en los presupuestos de Sanidad para contratar músicos e implantar la actividad en los hospitales, «y si logramos la financiación del 0,7% sería maravilloso para todos los recursos sociosanitarios». Además, también extenderían a Canarias la actividad telemática, desarrollada a raíz de la pandemia por covid-19.

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