Fayna Bethencourt cuenta su pesadilla cuando El Yoyas se presentó en Gran Canaria

"Pensé que igual cambiaba con la distancia y con el tiempo, pero no, fue a peor. Cuando pasa el tiempo y conozco a una persona estupenda, con la que aprendo lo que es que te quieran bien y tener una relación normal, provocando que ese miedo horrible vuelva a aparecer", lamenta la canaria

Carlos Navarro, más conocido como El Yoyas, sigue en busca y captura. A raíz de la atención mediática que ha suscitado su caso y después de que el diario 'El Mundo' entrevistase a su expareja y maltratador que sigue prófugo de la justicia, la canaria ha decidido narrar lo que ha vivido junto al hombre con el que compartió su vida durante dieciséis años en el canal de YouTube 'A la que salta show', donde ha compartido un vídeo en el que no ha podido evitar romperse al recordar la convivencia con la persona a la que define como su "torturador".

"Estaba acostumbrada a que me amenazara con ese tipo de cosas. Durante mucho tiempo vivimos en El Garraf -comarca de Cataluña- y cuando le molestaba o le daba un ataque de celos me decía: 'Ten cuidado con lo que haces porque El Garraf es muy grande'. No hacía falta que me dijese que me iba a matar y a enterrar por ahí para que no me encontrase nadie, bastaba con eso, con lo de que El Garraf era muy grande", recuerda Fayna Bethencourt.

Recuerda cuando el Yoyas se presentó en Gran Canaria una vez estaban separados y ella había rehecho su vida con otro hombre, Misael Montesdeoca: "Pensé que igual cambiaba con la distancia y con el tiempo, pero no, fue a peor. Cuando pasa el tiempo y conozco a una persona estupenda, con la que aprendo lo que es que te quieran bien y tener una relación normal [...], cuando inicio esta nueva vida con mi nueva pareja mi torturador se vuelve absolutamente loco y se presenta aquí, no por primera vez porque ya se había presentando en anteriores ocasiones, algunas sin avisar, provocando que ese miedo horrible vuelva a aparecer".

Fayna Bethencourt se ha sincerado en su canal de YouTube, 'A la que salta show', y ha relatado el infierno que ha vivido al lado de su expareja, Carlos Navarro, conocido como 'El Yoyas'. La exconcursante de 'GH' ha decidido compartir su testimonio porque el catalán - que se encuentra prófugo de la justicia tras haber sido condenado por un juzgado de Las Palmas por un delito de maltrato habitual en el ámbito familiar y no haberse presentado en el juzgado para cumplir su pena de prisión - ha concedido una entrevista en 'El Mundo'.

La canaria ha visto cómo su caso ha vuelto a saltar a los medios de comunicación y ha querido denunciar públicamente la gravedad de que una persona que está condenada por la justicia sea capaz de conceder una entrevista y siga sin entrar en la cárcel para cumplir su condena: "¿Cuál es el mensaje que le estamos enviando a todas esas mujeres que están viviendo lo que yo viví? [...] ¿Qué van a pensar? Que van a denunciar a su maltratador, le van a condenar y lo único que va a pasar es que le van a enviar un papelito en el que se le va a instar a presentarse a un día y a una hora en el juzgado".

"Para mí es un monstruo"

"Pese a ese carácter, en la intimidad podía ser la persona más encantadora del mundo. Es difícil ser un monstruo las 24 horas del día. Me enamoré, lo sacaron de la casa y unos días después me tocó a mí", momento en el que comenzó su relación. Una época que la propia Fayna describe como "maravillosa". "Hay que comprender que con el que ahora para mí es un monstruo, viví momentos muy bonitos. Los momentos malos los disculpas porque te agarras a esos momentos, que son un espejismo".

"No me di cuenta en aquel entonces, ni siquiera cuando ese verano caluroso en Madrid dije algo y me apretó tanto la mano que se me saltaron las lágrimas. Esa fue la primera vez que me hizo daño físicamente, el daño psicológico ya había empezado y no me había dado cuenta", momento en el que comienza su infierno. "Pasan los años y me acostumbro a dejar de decir ciertas cosas, dejar de hablar con mucha gente. Pienso que si dejo de comportarme de cierta manera mi torturador va a dejar de serlo, va a dejar de enfadarse contigo. Siempre te recuerda que eres tú quien lo enfada", se lamenta.

"Lo que fue maltrato psicológico se fue convirtiendo en maltrato físico: empujones, pisotones, patadas, golpes. Los golpes no son lo peor, sino el miedo que pasas mientras te están agrediendo y piensas que no va a parar. Siempre me decía: 'Nena, dentro de mí hay un monstruo y la única que puedes pararlo eres tú... El miedo es algo constante. Intentas cambiar tu actitud, pero siempre se acaba enfadando y tú tenías la culpa", confiesa sin poder evitar las lágrimas.

"La violencia fue en aumento"

"No me merecía todo eso, y mucho menos esas dos personitas. Ahí es cuando decidí pararlo. Ahí empecé a contestar, a decir no. La violencia fue en aumento. Decidí marcharme porque ya no era yo, era por lo que más quiero en este mundo. Esas dos personas, que son mi vida. Lo peor que he tenido, me ha dado lo mejor", explica.

Aunque vive feliz junto a su pareja, sus padres y sus dos hijos, aún siente miedo. "En la calle ahora mismo se encuentra mi torturador, mi maltratador condenado, prófugo. ¿Qué mensaje estamos mandando?", finalizaba.