Funeral de Benedicto XVI

Más de 50.000 personas despiden a Benedicto XVI en un funeral inédito

La ceremonia, presidida por Francisco, pone punto final a la era de convivencia de dos papas | El Vaticano no ha decretado los tradicionales nueve días de luto que siguen a la muerte de un pontífice

Comienza el funeral del papa emérito

Agencia ATLAS / Foto: Reuters

Irene Savio

Con una inédita ceremonia de más de dos horas, milimétricamente diseñada y centrada en la resurrección y a la que han asistido miles de fieles y decenas de delegaciones de distintos países y religiones, se ha dado en la plaza de San Pedro del Vaticano, frente a la basílica, el último adiós a Benedicto XVI. El funeral por el difunto papa emérito ha estado presidido por Francisco y oficiado por el cardenal italiano Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, así como concelebrado por 130 cardenales, situados en torno al altar instalado frente a la entrada a la basílica, delante del cual se ha colocado el féretro de ciprés donde reposa Joseph Ratzinger, cuyo papado ha sido elogiado por Francisco en su homilía.

Ha sido una ceremonia en la que el Vaticano ha introducido algunas modificaciones al no ser Benedicto un papa en ejercicio: ha cambiado las lecturas y súplicas y no ha decretado los tradicionales nueve días de luto que siguen tradicionalmente a la muerte de un pontífice. Con la despedida del papa alemán, la Iglesia católica cierra la etapa de convivencia de dos papas y abre una nueva fase del pontificado.

Bajo una espesa neblina gris, la ceremonia ha comenzado a las 8:50 con el traslado del féretro del papa desde el interior de la basílica hasta el altar situado al frente de la plaza de San Pedro, portado por los sediarios pontificios, los antiguos portadores de la silla gestatoria. El fallecido ha sido acogido por un aplauso, ante los cardenales vestidos de rojo, el color que simboliza el luto de un pontífice. Tras las primeras lecturas y actos litúrgicos, Francisco ha comenzado la homilía, en italiano, en la que ha expresado la continuidad entre el papado de Ratzinger y el suyo

"También nosotros, aferrados a las últimas palabras del Señor y al testimonio que marcó su vida, queremos, como comunidad eclesial, seguir sus huellas y confirmar a nuestro hermano en las manos del Padre: que estas manos de misericordia encuentran su lámpara encendida con el aceite del Evangelio, que él esparció y testimonió durante su vida", ha afirmado Francisco, durante la homilía. "Estamos aquí con el perfume de la gratitud y el ungüento de la esperanza para demostrarle, una vez más, ese amor no se pierde; queremos hacerlo con la misma unción, sabiduría, delicadeza y entrega que él supo esparcir a lo largo de los años. Queremos decir juntos: ‘Padre, en tus manos encomendamos su espíritu’", ha añadido. 

Tregua en Ucrania

La reina Sofía asiste al funeral de Benedicto XVI

Agencia ATLAS / Foto: EFE

Además de las autoridades vaticanas, diversos representantes políticos de más de una veintena de países han asistido, colocados a la derecha del altar, a las exequias del fallecido líder católico. Entre ellos, se encontraban la reina Sofía, junto con el ministro de la presidencia española, Félix Bolaño, así como las delegaciones italianas y alemanas, las únicas invitadas oficialmente por el Vaticano, mientras el resto acudió a título personal. En este clima, en los bancos también se ha podido ver al rey de Bélgica, Felipe, al presidente de Portugal Marcelo Rebelo de Sousa; al presidente polaco, Andrzej Duda, a la nueva presidenta de Eslovenia, Nataša Pirc Musar, y al ministro de Interior francés, Gérald Darmanin.

Bolaños ensalza la figura de Benedicto XVI desde El Vaticano

Agencia ATLAS / Foto: EFE

No ha habido, sin embargo, representación de la Unión Europea. Eso sí, también destacaban los representantes religiosos, en particular los delegados musulmanes y ortodoxos, lo que incluyó el enviado del patriarcado de Moscú. Una institución que, cuando aún la ceremonia vaticana se encontraba en curso, ha anunciado la invitación a una tregua de las hostilidades en Ucrania en ocasión de la Navidad que esta confesión celebra el 7 de enero.

La de las delegaciones políticas y religiosas era una zona privilegiada, pero el resto de la plaza de San Pedro estaba literalmente abarrotada por decenas de miles de fieles —más de 50.000, según el cuerpo de la Gendarmería vaticana— que han invadido desde las seis de la mañana la plaza para asistir al funeral, en medio de un dispositivo de seguridad integrado por más de mil agentes y unos 500 voluntarios que han blindado el minúsculo estado papal y la ciudad de Roma. "Somos un pequeño ejército", dijo el prefecto, Bruno Frattasi.

Entre los colectivos más numerosos han destacado precisamente los grupos de Alemania, país de nacimiento de Ratzinger, aunque en la plaza también ha sorprendido un cartel que decía 'santo subito' (santo ya). Una imagen que ha recordado a los funerales de Juan Pablo II, celebrados en el mismo lugar hace 18 años y durante los cuales los peregrinos reclamaron, por aclamación, la canonización del difunto papa polaco.

Los que no han logrado acceder a la plaza han visto la ceremonia desde las pantallas instaladas en distintas partes de la ciudad. Ni unos ni otros han podido ver, sin embargo, la sepultura de Benedicto en las criptas vaticanas, que el Vaticano ha dispuesto que sea privada y prevista para el mediodía. La tumba elegida, por voluntad del difunto, es la de su admirado Juan Pablo II (1978-2005), cuyos restos fueron expuestos en la superficie del templo en 2011, el año de su beatificación.