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El año del goblin

El año del goblin

El año del goblin / Meryem El Mehdati

Meryem El Mehdati

Cultivar la virtud de la paciencia. Leer cien libros. Dar más propinas. Apuntarse al gimnasio. Ahorrar más. Perder cinco, diez, quince kilos. Emprender. Salir más de casa. Ser más honestos. Dedicar menos tiempo a las redes sociales. Pedir menos comida a domicilio. Beber menos. Hace unos días millones de personas decidieron hacer cosas que nunca habían hecho, adquirir hábitos que llevan años resistiéndoseles, cambiar de mentalidad, de chip, de ritmo. Lo apuntaron en una lista. Quererse más, priorizarse por encima de todo, pensar más en uno mismo, aunque he comprobado con el paso de los años lo siguiente: las personas que amenazan a partir de cierto momento con pensar solo en sí mismas son las que no han hecho otra cosa en su vida más que eso, pensar solo en sí mismas. Aprender o perfeccionar el inglés, que siempre está bien aprender un idioma nuevo o mejorar el acento de uno en la lengua extranjera que ansía dominar. Durante los años que viví en el extranjero llegué a la conclusión de que la batalla que se mantiene con la huella de la lengua materna al hablar otros idiomas solo la libramos aquellos que procedemos de países considerados de segunda o de tercera. Nunca verá a un estadounidense avergonzarse por solo saber hablar un idioma o ser incapaz de ubicar España en un mapa.

Probar cosas nuevas, frustrarse menos, disfrutar de las cosas pequeñas de la vida. Comer más sano. Ser menos pesimista. Aprender a tocar la guitarra. Leer más ensayo y menos novela negra. Comprar una cinta de caminar de esas que se han puesto de moda ahora, las que se pueden encajar justo debajo de un escritorio de altura adaptable para hacer diez mil, quince mil o veinte mil pasos mientras se responden correos de trabajo. Ser más proactivos, más dinámicos, más adaptables. En definitiva, fluir más. Tirar menos comida a la basura. Apagar el móvil a partir de las ocho de la tarde. El ser humano es una criatura de propósitos, de ilusión, de aburrimiento y de abandono. Dar cera el uno de enero, pulir cera en algún momento en el futuro que se diluye en la distancia porque la vida no es una hoja de Excel sino un juego de plataformas y una pantalla nueva nos hace olvidar la anterior. Estar más presente en las vidas de los seres queridos. Discutir menos. Dejar de ceder. No decir que sí a todo. Establecer límites. Dejar de fumar. Plantar un árbol. Aprender a ir en bici. Ser más organizados. Sacarse el carné de conducir. Correr una maratón. Habrá quienes consigan tachar todos los propósitos de la lista. Hace unos años mi hermano pequeño juró no volver a comer en una famosísima cadena de comida rápida y ahí sigue invicto. Hamburguesa con queso de un euro, 0. Mi hermano, 1. Comprar una máquina de coser y comenzar a hacernos nuestra propia ropa. Pantalones, camisas y vestidos made in nosotros mismos. Escuchar la música que nos sugiere el reproductor aleatorio en vez de ir pasando las canciones hasta dar con una que sí nos sepamos.

No salir de casa. Leer menos. Tener cada vez menos libros en casa. Usar los pocos que queden para equilibrar sillas y mesas cojas. Pedir más comida a domicilio. Dar cada día menos pasos. No ahorrar ni un céntimo. Desaprender un idioma. Solo disfrutar de las cosas grandes de la vida. Ser intransigentes, inamovibles, estancarnos. Nadar en ese estanque. Destruir los límites. Entregarse a a la impaciencia. Darnos de baja del gimnasio. Querernos lo justo y necesario, sin exagerar. No probar cosas nuevas. Romper la guitarra de cualquiera que se ofrezca a tocar Wonderwall. Siempre hay un plasta que quiere tocar Wonderwall. Dormir abrazados al teléfono móvil. Discutir más. Admitir la verdad y romper la lista. Ser libres. Por último, convertirnos en un goblin. En una encuesta del diccionario Oxford sobre la palabra del año 2022, el 93% de los votantes escogió el concepto «modo goblin». El modo goblin es «un comportamiento autocomplaciente, perezoso o descuidado, de forma que rechaza las normas y expectativas sociales». Lo único que me he propuesto este año es decir que no más a menudo. Total, ¿qué es lo peor que podría pasar?

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