Trastorno paralizante

La ansiedad es ya el problema de salud mental más frecuente en España

El 6,7% de la población está oficialmente diagnosticada de trastorno ansioso, que afecta a las mujeres el doble que a los hombres

La ansiedad es el problema de salud mental más frecuente en España.

La ansiedad es el problema de salud mental más frecuente en España. / David Castro

Olga Pereda

El problema de salud mental más frecuente en España es el trastorno por ansiedad. Afecta al 6,7% de la población, según las últimas estadísticas de atención primaria recogidas por el Ministerio de Sanidad. En realidad, la cifra es muy superior porque el porcentaje solo representa a las personas oficialmente diagnosticadas. Los datos de los centros de salud revelan que las mujeres lo sufren casi el doble que los hombres (8,8% frente a 4,5%) y que su frecuencia es relativamente estable entre los 35 y 84 años. La ansiedad es, actualmente, uno de los motivos más frecuentes de consulta en las clínicas de psicología. ¿Qué es la ansiedad? ¿Tenerla es lo mismo que sufrirla? ¿Es peligrosa? ¿Es idéntica al estrés? ¿Estamos delante de una enfermedad mental? ¿Tiene tratamiento?

Tener ansiedad no es lo mismo que sufrirla

"La ansiedad es una emoción natural que guarda algunas similitudes con otras reacciones emocionales, como la alegría, el enfado, la tristeza y el miedo", según la definición de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, una asociación integrada por psicólogos, médicos, pedagogos e investigadores. “Todos, sin excepción, sentimos ansiedad. Es una respuesta natural ante un peligro real o imaginario”, explican Tais Pérez y Sergio García, psicólogos sanitarios y autores del ensayo 'Tu ansiedad bajo control' (editado por Zenith). Una entrevista de trabajo, la pérdida de un empleo y un examen son situaciones inquietantes que pueden provocar nerviosismo y agitación. Es decir, ansiedad. Y es perfectamente normal. Una cosa es sentir ansiedad y otra sufrir ansiedad. “Sufrimos ansiedad, es decir, tenemos un trastorno de ansiedad, cuando limita nuestra vida. El problema no es tener ansiedad sino cuando está desajustada y es desproporcionada”, aclaran los autores. 

"Tenemos un trastorno de ansiedad, cuando limita nuestra vida. El problema no es tener ansiedad sino cuando está desajustada y es desproporcionada"

Tais Pérez y Sergio García

— Psicólogos sanitarios

Tu cerebro está sano

A pesar de que una de las explicaciones más comunes a la ansiedad es que algo falla en el cerebro, no hay evidencia científica que indique que el cerebro de los pacientes que la sufren sea distinto al de las personas que no la sufren. “Los problemas psicológicos no se pueden entender como enfermedades propiamente dichas”, matiza Pérez, especialista en terapia de conducta y trastornos de ansiedad. “Si pensamos que es una enfermedad, pocas cosas podemos hacer más allá de tomarnos las pastillas que nos recete el médico”, concluye García, con formación en la terapia cognitivo-conductual.

"Puede resultar desagradable por sus síntomas, pero la ansiedad jamás es peligrosa. La ansiedad no mata"

Qué es un ataque de pánico

Un ataque de pánico, o crisis de ansiedad, es un un episodio que dura minutos en el que se activa el sistema nervioso. El ritmo cardíaco se acelera, la respiración aumenta y puede darse la hiperventilación, falta el aliento, sube la temperatura corporal y hay una incapacidad para pensar de forma clara. “Puede resultar desagradable por sus síntomas, pero la ansiedad jamás es peligrosa. La ansiedad no mata”, resumen los autores de 'Tu ansiedad bajo control'.

La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés recuerda que los ataques de pánico son una reacción de ansiedad muy intensa, acompañada de la sensación de falta de capacidad para controlar esta reacción e incluso la convicción de que uno puede llegar a morir en ese momento. Las crisis se pueden dar en diferentes situaciones -por ejemplo, en la calle o conduciendo- y la persona tenderá a evitar esas situaciones en el futuro. Ahí radica el problema, en la evitación.

Por qué sufres ansiedad

El origen de la ansiedad es multifactorial. Las personas que la sufren, explican los psicológos, presentan una vulnerabilidad de base relacionada con factores biológicos, psicológicos y sociales. “Heredar determinados rasgos temperamentales, ciertas viviendas del pasado, crecer en un modelo educativo sobreprotector, haber establecido vínculos inseguros de apego con los progenitores o carecer de apoyo social” son factores que explican por qué unas personas pueden padecer crisis de pánico y otras no. La prevalencia femenina (8,8% de mujeres frente a 4,5% de hombres) no tiene nada que ver con una predisposición o una vulnerabilidad asociada al sexo femenino sino con motivos educacionales y de contexto.

No huyas, acepta tu ansiedad

Evitar determinadas situaciones, distraerte y tranquilizarte con la ayuda de psicofármacos pueden ser conductas eficaces a corto plazo para evitar la ansiedad. Pero a largo, pasan factura. “La única manera para dejar de sufrir ansiedad -sentencian García y Pérez- es enfrentarse a ella, afrontar esas situaciones, sensaciones o pensamientos que nos da miedo”. Es lo que en terapia se conoce con el nombre de exposición o afrontamiento. De la mano de un profesional de la salud mental, el paciente debe aprender -poco a poco y con pautas claras y jerarquizadas- a no huir de la ansiedad sino aceptarla y hasta conectar con las sensaciones desagradables. “Antes de eso, es necesario entender lo que le está pasando a tu cuerpo y a tu cerebro”, explica García. “Vivimos en una sociedad donde no se tolera sufrir y tenemos que estar bien todo el día. Evitamos el sufrimiento, ese es el error. Sufrir forma parte del condición del ser humano”, concluye.

Diferencias con el estrés

Ansiedad y estrés son parecidos, pero no lo mismo. El estrés es la respuesta que desarrolla una persona ante un cambio con el objetivo de adaptarse. Es un proceso que incluye respuestas (la ansiedad es una de ellas). Si el estrés es puntual, no hay problema. El problema llega cuando perdura mucho en el tiempo.

Aprende a relajarte y huye de las pseudoterapias

La respiración diafragmática, la controlada y la relajación muscular de Jacobson son técnicas que pueden ayudar a las personas con ansiedad. No para que las practiquen en mitad de una crisis sino para que lo incorporen como hábito de vida, lo mismo con la higiene del sueño, alimentación, el ocio y el deporte. Los pacientes también deben aprender a evitar el hiperperfeccionismo y, sobre todo, aprender a decir que no. Muy crítico con las pseudoterapias, García recomienda huir de chamanes, gurús y soluciones fáciles y mágicas y llamar a las puertas de un profesional colegiado y acreditado que practique terapias con evidencia científica. 

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