El IGN describe las "tuberías" por las que asciende el magma en La Palma

La evaluación de los más de 8.600 terremotos que acontecieron en la zona permite encontrar el 'tanque' de magma que alimenta la mayor parte de erupciones palmeras

El volcán de La Palma durante una de sus fases eruptivas.

El volcán de La Palma durante una de sus fases eruptivas. / IGN

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Las entrañas de La Palma custodian un complejo sistema de "tuberías" por el que discurre el magma del que hoy se sabe algo más gracias a la erupción del volcán Tajogaite. Los investigadores del Instituto Geográfico Nacional (IGN) han evaluado los más de 8.600 terremotos que ocurrieron en la zona para entender cómo funciona el volcanismo de La Palma y han descubierto que el volcán que apareció el 19 de septiembre en Cumbre Vieja tenía dos fuentes de alimentación bajo tierra: una a 12 y otra a 35 kilómetros. Dos reservorios magmáticos cuya forma de interactuar marcó el rumbo de la propia erupción.

Como constata el IGN en un reciente artículo publicado en Nature Communications, en el que colabora con las universidades de Bremen y Postdam, los cambios en la alimentación del volcán generaron dos tipos de comportamiento sísmico y en superficie. La primera fase, que caracterizó los primeros 15 días de erupción, el volcán de Cumbre Vieja agotó las reservas del reservorio a 12 kilómetros y, posteriormente, comenzó a succionar el magma desde el reservorio profundo. "Fue como si se quitara el tapón y el volcán absorbiera todo lo que contenían esos dos reservorios", explica la investigadora del IGN y firmante principal del artículo, Carmen del Fresno. En superficie eso se tradujo en el discurrir de una lava con una consistencia más densa.

La erupción de Tajogaite se alimentó de dos reservorios: uno a 12 y otro a 35 kilómetros

La primera semana de noviembre la situación cambió de manera abrupta porque las "cañerías" internas de La Palma se volvieron a rellenar. Al recuperar el espacio perdido, el magma empezó a empujar desde el reservorio profundo hacia el superficial, provocando que la lava que emergiera del volcán de una forma mucho más fluida. En esta fase "los cambios en profundidad precedían a cambios en superficie" y este impulso tan energético muchas veces provocaba la "apertura de bocas nuevas", como revela Del Fresno.

El volcán entonces se hizo más violento, con una actividad sísmica que se producía en forma de "pulsos". En esta fase los terremotos siempre tenían el mismo comportamiento. Primero se producían a 35 kilómetros, posteriormente a 12 hasta que finalmente la lava salía a superficie en apenas unos días. En estas ocasiones ocurría un fenómeno más entre los temblores a 12 kilómetros y la salida de lava: la deformación del terreno en la famosa estación LP03. "No lo hemos incluido en este estudio, pero es una de las características más claras de esta fase", señala. Y es que cada vez que se daba esta sismicidad característica, la estación LP03 mostraba una deformación de varios centímetros, que se desinflaba cuando toda la lava salía a la superficie.

Las erupciones de La Palma se alimentan del mismo tanque de magma

Otra de las novedades que ha revelado este estudio -consistente con los hallazgos previos del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan)- es que el tanque de magma que se encuentra a 12 kilómetros de profundidad es el mismo que ha alimentado otras erupciones en La Palma. "Es un reservorio blando que, cuando se calienta por el ascenso de magma del manto crece y acumula magma", explica la investigadora. Esta es, según Del Fresno, una de las razones por las que ningún científico pudo estimar que el volcán iba a estallar con tal celeridad. "No dio ninguna señal mientras se estaba acumulando y desestabilizando el sistema", insiste. Probablemente el magma empezara a ascender en 2017, cuando se describieron los primeros terremotos a 35 kilómetros de profundidad. Luego simplemente debía seguir el camino que las "tuberías" le marcaban de otras ocasiones y avanzar sin hacer ruido hacia el reservorio superficial.

Los investigadores creen que este reservorio es, además, el que ha alimentado el resto de erupciones en la Isla, pues se encuentra orientado al "oeste", como la mayor parte de las erupciones históricas de La Palma, así como las más feroces. "La erupción de 1949 fue muy parecida, lo que nos hace pensar que el magma se acumula siempre en la misma zona", revela la científica.

Esta nueva información permitirá mejorar el sistema de alerta temprana en la isla

Precisamente por este último hallazgo, esta información no solo sirve para entender cómo funcionan las erupciones en La Palma, si no también para evaluar la fase pre-eruptiva y poder mejorar la respuesta en plena emergencia. "Ahora sabemos que si, dentro de unos años vuelve a haber una sismicidad semejante- pues ahora el volcán se encuentra en fase de enfriamiento y la sismicidad existente tiene otras connotaciones - debemos estar alerta ante una posible erupción que migre desde esa zona", insiste. En este trabajo, se han utilizado diferentes metodologías de análisis sismológico para determinar los tipos de fractura crearon los 8.652 terremotos que se produjeron en la Isla y aporta, por primera vez, información sobre la causa que los provoca.

Esta erupción destapa las claves sobre la futura actividad volcánica de la isla, pero los investigadores aseguran que aún hay mucho que aprender de los volcanes en el resto de Islas. "La erupción del Hierro de 2011 solo estuvo alimentada por un reservorio a 20 kilómetros, así que sabemos que hay diferencias entre islas", insiste Del Fresno. No obstante, la científica remarca la importancia de esta información para mejorar la alerta temprana y el seguimiento de futuras erupciones en La Palma, dado que es la isla que ha sufrido una mayor cantidad de erupciones en casi seis siglos, con un total de nueve.

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