Ciencia

Las corrientes arrastran microplásticos desde el Mediterráneo hasta Canarias

El proyecto DeepPlas demuestra que, a 1.100 metros de profundidad, las partículas más pequeñas quedan cautivas de la fuerza del mar pudiendo recorrer así todo el océano

Una investigadora del grupo canario OpenPlas analizando muestras de agua en el laboratorio.

Una investigadora del grupo canario OpenPlas analizando muestras de agua en el laboratorio. / Verónica Pavés

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Gran parte de los microplásticos que se encuentran en los fondos marinos de Canarias proceden del Mediterráneo. Los microplásticos más pequeños –de menos de 300 micras– son incapaces de luchar contra la fuerza de las corrientes dominantes que conectan el Mediterráneo con el Atlántico, y, una vez allí, quedan "cautivos" en ellas, moviéndose por todo el océano y contaminando la columna de agua de todo aquel lugar que encuentre a su paso. 

Este comportamiento ha sido descrito por un grupo colaborativo de investigadores del Archipiélago –denominado OpenPlas–, que está formado por científicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), la Universidad de La Laguna (ULL) y el Instituto Español de Oceanografía (IEO). El descubrimiento canario, que parte de las conclusiones del proyecto DeepPlas financiado por la Agencia Canaria de Investigación (ACISII) , supone un cambio del paradigma con respecto al comportamiento que se creía que los microplásticos adquirían en el mar. "Se cree que los microplásticos que vemos a 1.100 metros de profundidad son aquellos que estaban cayendo en vertical, es decir, que estaban sedimentando", explica Daura Vega, oceanógrafa de la ULPGC e investigadora principal de este estudio. 

Pero esta teoría perdía sentido en algunos enclaves de Canarias. "En un proyecto anterior vimos que las concentraciones de microplásticos a 1.100 metros eran muy significativas", al contrario de lo que ocurría en superficie, como explica Vega. Conocer las razones por las que habían llegado allí se convirtió en una de las obsesiones de los científicos isleños, que empezaron a sospechar que el transporte de microplásticos no era tan sencillo como se había establecido hasta el momento. 

Las concentraciones de microplásticos a 1.100 metros de profundidad en Canarias son "significativas"

Y es que, hasta ahora, se desconocía cómo estas partículas viajaban por el océano. Los científicos quisieron resolverlo. Los microplásticos más grandes (de 1 a 5 milímetros) conservan las características de su composición", destaca la investigadora. Eso significa que si, por ejemplo, los plásticos tienen menos densidad que el mar pueden viajar por la superficie y, aunque el agua intente hundirlos, siempre vuelven a reaparecer. "Estos son los que terminan llegando a las playas", relata Vega. 

No ocurre lo mismo con los microplásticos diminutos, de menos de 300 micras. "Estos fragmentos son tan chiquitos que ya no se mueven de acuerdo a su composición, sino dominados por las corrientes", resalta. Esto ocurre a 1.100 metros de profundidad, favoreciendo que puedan viajar cientos por el océano. "Estos microplásticos se comportan de una manera totalmente distinta que los de mayor tamaño", advierte, e insiste: "son tan pequeños y planos que no tienen capacidad suficiente para vencer la fuerza de la dinámica oceánica".

Por tanto, los investigadores creen que este resultado es una prueba inequívoca de que el plástico ya ha invadido "toda la columna de agua". Y no porque se estén hundiendo, sino porque llega un punto que son tan pequeños que no tienen capacidad de moverse. Esta hipótesis, que rompe con la creencia establecida, pone de manifiesto un problema aún mayor, pues cabe la posibilidad de que los plásticos estén desplazándose por todo el océano. "El planeta tiene1.300 millones de metros cúbicos de agua, es mucho espacio para esconderse", advierte la investigadora. "Estamos hablando de que, potencialmente, el mar puede contener muchas millones de toneladas de microplásticos dispersos por todo el planeta", destaca. 

Un abrupto camino

Los investigadores también han aprovechado para dibujar un trazado del camino que siguen estas partículas contaminantes para llegar a las playas canarias. "Hasta ahora se decía que todos vienen del norte, porque es la dirección de la corriente principal que pasa por las Islas", explica. Sin embargo, esto no justificaba la llegada masiva de microplásticos a playas canarias que miran hacia el sur, como Playa Grande, en Arico, que es "uno de los puntos más calientes" de contaminación por estas partículas. El estudio logró concluir que, en realidad, los plásticos se encuentran en su camino con remolinos y otras estructuras que cambian su dirección final. "Por tanto, su dispersión es más compleja de lo que se creía", insiste Vega.

En este sentido, el equipo de investigación ha estudiado los remolinos que se forman "de forma sistemática" al sur de las Islas. "Como el agua viene del norte, cuando rodea la base de las islas que llega hasta el lecho marino, genera remolinos", explica Vega. Sin embargo, nunca nadie había acudido a estudiar su comportamiento. Caracterizaron dos: uno que apareció en 2021 y otro en 2022. "Uno iba se movía con las agujas del reloj y otro al contrario", explica. Esta información, como insiste, es fundamental para ahondar aún más en cómo se transportan estos materiales en las Islas.

Playa Grande en Tenerife y Arenas Blancas en El Hierro son puntos calientes de llegada de microplásticos

Las conclusiones de este proyecto coinciden con la presentación de resultados de otro proyecto, denominado Implamac, que lidera el grupo de Química Analítica Aplicada de  la Universidad de La Laguna y lidera el científico Javier Hernández-Borges, que busca evaluar el impacto de estos contaminantes en toda la Macaronesia: Canarias, Cabo Verde, Azores y Madeira. Entre los resultados más relevantes destaca la identificación y confirmación de ciertos puntos calientes de llegada masiva de microplásticos a las Islas, como Playa Grande en Tenerife o de Arenas Blancas en El Hierro. O la comprobación de que Madeira cuenta con las concentraciones más bajas de microplásticos de el resto de archipiélagos.

Además, han podido establecer qué tipos de partículas son las más frecuentes: fragmentos y pellets (granzas de preproducción, materia prima de la fabricación de plásticos) de color blanco, amarillo y negro (en su mayoría) de polietileno y polipropileno (los plásticos más producidos a nivel mundial, que tienen una baja densidad y flotan en el océano). Excepto Madeira, donde destaca la presencia de foams de color blanco (pequeñas bolas de poliestireno expandido). 

Respecto a la presencia de microplásticos en estómagos de peces, más de la mitad de los peces analizados contaban con microfibras (en su mayoría azules y negras) en sus estómagos, provenientes mayoritariamente del lavado o desgaste de tejidos, si bien también abundaban en algún caso hilos de pesca como fragmentos minoritarios, a excepción de las muestras de Azores.

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