Los neurocirujanos del Doctor Negrín denuncian a Morera por acoso laboral

Los médicos del servicio lo acusan de conductas agresivas, humillaciones y abuso de poder en un escrito dirigido a la Gerencia del centro para pedir su cese

El doctor Jesús Morera, jefe del Servicio de Neurocirugía del Negrín.

El doctor Jesús Morera, jefe del Servicio de Neurocirugía del Negrín. / LP/DLP

Y.M.

Los neurocirujanos del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín se plantan ante la gestión del doctor Jesús Morera, jefe del servicio de Neurocirugía. Los especialistas dirigieron este jueves un escrito a la Gerencia y a la asesoría jurídica del centro para exigir su cese. En el texto trasladan una situación de «acoso laboral» prolongada y continua. Según comunicaron desde el hospital de referencia del área norte de Gran Canaria, la dirección ya ha activado un protocolo para investigar lo sucedido. «No voy a hacer declaraciones por recomendación de mi abogado. Solo puedo decir que tengo la conciencia muy tranquila y que se ha filtrado un audio de una reunión interna en la que yo defendía que no se suspendieran unas consultas, en contra de la opinión de otras personas, y han sacado todo de madre», manifestó hoy a este periódico el doctor Morera. El neurocirujano se refiere a un audio que se ha difundido por redes sociales, en el que se le escucha en una bronca con su equipo. 

En la denuncia de acoso laboral que lleva la rúbrica de nueve facultativos –la totalidad de adjuntos al área–, se describe el incidente difundido a través de las redes y que ocurrió el viernes, 10 de febrero. Ese día, se sostiene en el texto que el jefe de Neurocirugía «gritó y abusó verbalmente de una adjunta al servicio». Además, no respetó el turno de palabra durante una conversación y tuvo un comportamiento «no verbal intimidatorio». Esta situación le causó una crisis de ansiedad a la neurocirujana, que tuvo que acudir al servicio de Urgencias. Los médicos determinaron que debía guardar reposo en su domicilio, por lo que fue necesario suspender las guardias que tenía programadas durante el fin de semana. 

Ansiedad

Según indican los facultativos, llevan años soportando situaciones similares que, de alguna manera, han llegado a normalizar. No obstante, los hechos han llegado a tener repercusiones en la salud mental de la mitad de los adjuntos al servicio y han precisado atención especializada por sufrir ansiedad o trastornos del sueño. Algunos continúan en tratamiento. 

Los profesionales trasladaron a Morera su malestar y le pidieron que cesara «el hostigamiento y la violencia» contra ellos. Sin embargo, su respuesta siempre ha sido: «aquí hay que mantener la cuerda tensa». Para los médicos, la convivencia con Morera es insostenible. En el texto se citan episodios de amenazas constantes. Algunas están relacionadas con la destitución de algunos miembros del servicio, lo que genera miedo entre el personal. Además, denuncian que cuando Morera asumió la gerencia del hospital llegó a advertir de que tenía poder «para sancionarles directamente». 

«Solo puedo decir que tengo la conciencia muy tranquila», asegura el facultativo

En la denuncia se recogen insultos, vejaciones y sanciones al personal de la unidad. Y es que, según informan en el escrito, es muy común que el doctor Morera emplee frases como «no respetan a nadie», «no tienen responsabilidad», «ni les interesan los pacientes», «no los voy a defender ante el juez» o «muchos de ustedes sobran». 

A todo esto se suma la manipulación y la presión «en función de sus intereses». Un ejemplo lo pone la cifra de efectivos que son necesarios para cubrir los servicios mínimos cuando hay una huelga convocada, y otro, cuando el personal solicita vacaciones. En el primer caso, aseguran que el doctor envía mensajes de WhatsApp para comunicar que son solo necesarias cuatro personas, mientras que el resto –el personal que va a la huelga– sobra. En el segundo, en cambio, obliga a que queden al menos siete adjuntos en activo. 

Descalificaciones

Las llamadas de atención en público y el abuso de poder y de la autoridad también figuran en el listado de las presuntas infracciones cometidas por el responsable del servicio. Se quejan de que descalifica y juzga el trabajo con comentarios ofensivos como gritos en consultas y reuniones, y que emite comentarios despectivos sobre sus decisiones, siempre que estas difieren de las suyas. En el documento, lamentan que su forma cotidiana de tratar con el personal sea a través de la agresividad, tanto verbal como gestual. De hecho, sostienen que ha llegado a romper papeleras, a golpear las bandejas de comida y material en salas de antequirófano y que, en varias ocasiones, ha arrancado el cable del teléfono de la sala de sesiones clínicas porque había sonado repetidas veces para avisar de gestiones urgentes. 

Los neurocirujanos también hacen referencia a un episodio que afectó a un adjunto que tenía que tener el teléfono operativo para poder recibir llamadas, pues su madre acababa de someterse a una operación y se encontraba en casa. Tal y como comunican, Morera le llamó la atención en público y lo calificó como «una persona sin valores». 

Otras frases que han impactado al equipo son «este hospital es mío y esto lo van a hacer porque lo digo yo, y a quien no le guste que se coja una baja o se vaya a la puta calle» o «esto se hace por mis cojones».

El hospital activa un protocolo para investigar lo sucedido en el área

Para más inri, los neurocirujanos se han visto juzgados por defender sus derechos laborales en lo que concierne a la asistencia a los pacientes de Lanzarote, pues han sido tachados de «malos médicos». No obstante, cuentan que el propio jefe del servicio dejó de asistir a estas consultas externas hace años, argumentando que al ser el jefe podía estar exento. 

Además ponen sobre la mesa que Morera hace juicios de valor sobre la conducta terapéutica de los denunciantes, de forma que se sienten presionados y temen posibles críticas a la actividad realizada.

En la lista de quejas, denuncian que se sienten desacreditados profesionalmente por parte del jefe de servicio, y así, citan en el escrito dirigido a la Gerencia y a la asesoría jurídica que Morera cuestiona constantemente las indicaciones quirúrgicas de estos profesionales, hasta tal punto que incluso ha llegado a incoar expedientes a la dirección médica por no estar de acuerdo con su criterio.

En las operaciones también aseguran que ha llegado a humillar a los doctores, cuestionando públicamente y con insistencia la técnica y el planteamiento quirúrgico a una médica adjunta durante una cirugía cerebral. Este incidente afectó a la concentración de la profesional y al propio procedimiento quirúrgico.

Los integrantes del servicio responsabilizaron a Morera de expulsar a gritos del quirófano a una médica adjunta durante una intervención para él continuar con la cirugía. ¿El motivo? Según reza el documento, que no se encontraba el consentimiento informado de otro paciente que se operaba al día siguiente. 

La prohibición de entrar al office de la planta o de incluir casos en los comités fuera del orden del día se suman a la solicitud de destitución de Jesús Morera como jefe del servicio de Neurocirugía. A la denuncia se agrega el rechazo de peticiones de permisos que consideran razonables, sin que medie una justificación objetiva, y las coacciones en la toma de decisiones. 

El equipo de neurocirujanos denuncia la actitud de su superior, en ocasiones agresiva, al gestionar opiniones contrarias. Como ejemplo mencionan una discusión en el comité de Neurooncología con una médica adjunta de otro servicio a la que gritó en público por diferencias de opiniones y, con posterioridad, salió de la sala dando un portazo tan fuerte que bloqueó la puerta de entrada y los dejó encerrados.

A Jesús Morera le achacan la obligación de contestar al chat de WhatsApp del servicio y atender sus peticiones fuera del horario laboral y durante períodos de descanso del personal.

Apuntan asimismo que Morera dificulta la formación profesional de estos médicos adjuntos, en especial en el campo de la Neurocirugía vascular, área en el que los denunciantes alertan de que hay dificultades graves para el tratamiento de pacientes con patología vascular cerebral urgente del área norte de la Isla. El problema, según dicen, radica en que solo hay dos personas del servicio, entre ellas el propio Morera, para asumir esta patología, lo que se traduce en que no exista ni capacidad técnica ni autonomía en la toma de decisiones de estos casos durante las guardias, dado que el jefe de servicio no hace guardias. 

Por último, echan de menos una falta de equidad entre los miembros del servicio a la hora de asignar o controlar la asistencia a cursos o seminarios.

Por todo esto, los firmantes del escrito piden que se destituya del cargo a Jesús Morera, por lo que entienden que es una actitud de acoso laboral, maltrato diario, agresividad verbal, humillación pública, trato vejatorio, abuso de poder y atentado al honor personal y profesional. Por eso, transmiten a la Gerencia hospitalaria que no quieren trabajar más en dichas condiciones.

Jesús Morera estuvo al frente de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias entre julio de 2015 y diciembre de 2016, año en el que fue destituido por el entonces presidente Fernando Clavijo. También fue gerente del Doctor Negrín durante un año, en concreto, entre septiembre de 2019 y septiembre de 2020. En este caso, solicitó él mismo su salida al presidente del Ejecutivo autonómico, Ángel Víctor Torres

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