Canarias se 'libra' de la migración de aves salvajes infectadas con gripe aviar

La falta de humedales y su posición geográfica mantiene a las Islas al margen de la epidemia | Las autoridades vigilan los brotes en granjas para evitar el salto en humanos, aunque el riesgo es bajo

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Canarias se está 'librando', por el momento, de la llegada de aves migratorias infectadas con gripe aviar (H5N1). La inexistencia de humedales de grandes dimensiones y su posición geográfica resultan poco atractivas para patos y otras aves acuáticas similares que, durante su viaje migratorio entre África y España, necesitan lugares donde parar a descansar y beber agua. Una condición que no encuentran en Canarias y que, por ahora, está manteniendo al Archipiélago al margen de la pandemia de gripe aviar que ya ha generado varios brotes en granjas avícolas y peleteras en España, aunque su riesgo de transmitirse a humanos es aún bajo.

Estas condiciones han facilitado que, hasta el momento, no se haya detectado ningún caso aún en las Islas. Algo que también puede estar influenciado también por las pocas y pequeñas granjas avícolas con las que cuentan las Islas. Eso no significa, no obstante, que Canarias esté completamente protegida contra este virus. "Estamos viendo un proceso de expansión del virus a tiempo real donde ya se ha asentado en regiones donde antes no se había detectado (varios países de Sudamérica) y además en época estival", advierte Jacob Lorenzo, director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, que asegura que en Europa el virus ya se está convirtiendo en endémico. De ahí que las autoridades de salud pública y agricultura de Canarias están llevando a cabo los mismos protocolos impuestos desde febrero para todas las granjas de España, en aras de poder detectar y frenar lo antes posible un brote.

Canarias sigue los protocolos impuestos en toda España desde febrero

El protocolo "es sencillo", como afirma Álvaro Torres, responsable del sistema de Vigilancia de la Dirección de Salud Pública del Gobierno de Canarias. Las granjas avícolas que sospechen que son víctimas de un brote de gripe H5N1, –por la alta mortalidad de las gallinas, por ejemplo– debe informar a la Consejería de Agricultura y Ganadería. En cuanto a los trabajadores, se debe hacer una vigilancia de los síntomas durante siete días después del contacto. Síntomas como malestar, cansancio o fiebre. "Si alguna de las personas muestra síntomas se les hará PCR y si es positivo, deberá estar aislado durante siete días o hasta que sea negativo", explica. Además, el departamento de salud laboral de cada empresa tiene que velar porque sus trabajadores estén bien protegidos –con equipos de protección individual que consten de mascarilla y gafas– y cerrar las instalaciones.

Asimismo, se solicita a la población que, en caso de encontrar un ave muerta, no se toque y se llame a la Consejería de Agricultura y Ganadería, para que se hagan cargo del animal.

Antecedentes

La gripe aviar lleva mucho tiempo entre nosotros. En 2003 fue cuando este virus altamente patógeno (H5N1) se propagó por primera vez desde Asia hasta Europa y África, y se arraigó ahí en las poblaciones de aves de corral en algunos países. Desde entonces los brotes han producido millones de casos de infección de estos animales, varios cientos de casos humanos y la muerte de numerosas personas .Sin embargo, en poco más de un año y medio el virus ha dejado de ser un problema puntual y acotado, para convertirse en epidemia. Al menos para las aves. 

En el primer año de esta nueva pandemia, –entre octubre de 2021 y septiembre de 2022–, en 37 países de Europa se notificaron un total de 2.520 brotes en aves de corral, 227 brotes en aves cautivas y 3.867 detecciones en aves silvestres, principalmente aves acuáticas, como patos, gansos, cisnes o gaviotas. Las granjas afectadas tuvieron que sacrificar unos 50 millones de aves. En España se detectaron 37 focos de gripe aviar en aves de corral y otros 138 casos en aves silvestres. En uno de los brotes, en una explotación con 150.000 gallinas ponedoras en Guadalajara, dos trabajadores se infectaron, pero no desarrollaron síntomas. En octubre, el virus entró en una granja peletera con 52.000 visones americanos en Carral (A Coruña), provocando una mortalidad de más del 4% en solo una semana. Hasta 50.000 visones tuvieron que ser sacrificados y, esa ocasión, el virus no saltó a humanos. "Las infecciones registradas por este virus han ascendido de forma considerable", resume Lorenzo, que no descarta que ahora también se estén vigilando mejor gracias a los sistemas de vigilancia que se impusieron durante la pandemia de coronavirus.

En 2022 se detectaron 37 focos de gripe aviar en aves de corral y 138 en silvestres en España

Aún sabiendo que el riesgo de transmisión entre humanos es muy difícil –porque el virus no está preparado genéticamente para replicarse eficazmente en humanos–, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom ha advertido que "no podemos dar por sentado que seguirá siendo así, debemos prepararos para cualquier cambio en el statu quo". Su salto a mamíferos ha aumentado las alarmas. Además de la granja peletera de A Coruña, también se ha producido un contagio masivo entre lobos marinos en la costa de Perú que ha causado la muerte de 634 de ellos.

Mutaciones

"Este virus está mutando de forma muy rápida, y las mutaciones están dando lugar a muchísimos linajes o subtipos distintos", explica Lorenzo. Algunas de estas mutaciones permiten que el virus contagie y se transmita más rápido y otras amplían su rango de hospedadores intermedios como los casos que se han producido en visiones, focas o leones marinos. A esto se une que algunos de estos hospedadores, como el visón, es capaz de recombinar virus. En el caso de la granja peletera de A Coruña, los investigadores del Laboratorio Central de Veterinaria del Ministerio de Agricultura encontraron una mutación que podría tener "implicaciones en la salud pública", tal y como explican en un artículo publicado en la revista Eurosurveillance. De ahí que Lorenzo considere cuanto menos "recomendable" evitar granjas con hacinamiento de animales tanto si su uso es alimentación o peletero. "Estos eventos de salto de aves a mamíferos en este tipo de condiciones de hacinamiento pueden ser perfectos caldos de cultivo para que surjan variantes del virus más preocupantes para la Salud Global", sentencia.

No obstante, para que el virus se convierta en un problema para los humanos, "debería mutar para unirse a los receptores del tracto respiratorio superior", algo que, por ahora "parece poco probable". Por otro lado, ya se están desarrollando vacunas para emplear una vez la OMS declare eventos de pandemia, de modo que se pueda vacunar a todos los animales susceptibles. Sin embargo, la mutación es tan alta que no se pueden prevenir infecciones en humanos, porque si diera el salto, el virus sería ya "muy distinto" y seguramente no generaría protección.

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