Ciencia

Un vasto arrecife de coral negro crece alrededor del volcán Tagoro

Las altas temperaturas y la emisión continua de nitratos y hierro permiten que las especies crezcan con rapidez a su alrededor

Corales negros y látigos de mar captados por el ROV Liporus del IEO a 180 metros de profundidad. | | IEO

Corales negros y látigos de mar captados por el ROV Liporus del IEO a 180 metros de profundidad. | | IEO / Verónica Pavés

Verónica Pavés

Verónica Pavés

En tan solo un lustro un gran bosque de coral negro ha florecido alrededor del volcán submarino Tagoro. La erupción que arrasó con toda la vida que crecía en el Mar de Las Calmas (El Hierro) en 2011, hoy se ha convertido en una «incubadora de vida» que cada año que pasa consigue diversificar aún más el ecosistema que se ha generado a su alrededor, gracias a sus condiciones altamente beneficiosas para la creación de vida.

Las altas temperaturas a las que se conservan las entrañas del volcán, unido a la inyección continua de nutrientes (hierro, nitratos y silicatos), están ayudando a generar unas condiciones únicas y beneficiosas para que todo tipo de fauna y flora decida asentarse su alrededor. El descubrimiento ha sorprendido a los investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), que se han embarcado en una nueva campaña del proyecto Vulcana tras de doce años llevándola a cabo sin descanso. «Es la serie más larga que se tiene de un volcán submarino», remarca Fraile, que incide en la importancia de monitorizar este tipo de fenómenos a lo largo del tiempo.

En esta ocasión les ha acompañado el robot submarino ROV Liropus, capaz de tomar muestras de agua, rocas, sedimentos e imágenes hasta 2.000 metros de profundidad. «Nos quedamos boquiabiertos cuando vimos lo que nos mostraban las imágenes submarinas tomadas por el robot», relata Eugenio Fraile, oceanógrafo del IEO y coordinador del proyecto. Y es que el paisaje de las profundidades del Mar de Las Calmas ha cambiado mucho desde la última vez que le tomaron fotos de la zona, en 2018.

«En 2018 no vimos nada de esto en el entorno y en apenas cinco años ha crecido un vasto arrecife con corales negros y látigos de mar», resalta Fraile, que justifica los cinco años sin tomar imágenes en que solo se hacen cuando está a bordo el robot submarino y cuando cuentan con tiempo suficiente, como es el caso.

Los corales negros ya existían previamente en el emplazamiento. «El volcán los empujó y las lavas los cubrieron parcialmente», rememora el científico. Pero ni siquiera la destrucción del volcán fue suficiente como para devastarlos a todos. «Quedaron algunos supervivientes y creemos que han sido ellos los que han repoblado», insiste el investigador.

Pero si algo asombró al equipo fue, en concreto, el exacerbado y rápido crecimiento de los látigos de mar (Ellisella). «En condiciones normales pueden crecer apenas unos milímetros al año, sin embargo, en este nuevo entorno vemos que alguno ha crecido hasta el metro y medio en apenas cinco años», resalta.

Desde que el volcán entró en erupción los investigadores han estado estudiando año tras año las condiciones que se dan en los alrededores del cono volcánico para entender qué características son las que han logrado que el ecosistema florezca de manera tan espectacular en tan poco tiempo.

Finalmente han podido describir un cóctel de condiciones beneficiosas para la vida que se están dando al mismo tiempo a 180 metros de profundidad. En primer lugar se encuentra su temperatura que, en la superficie del cono puede alcanzar los 21ºC (2ºC por encima de la temperatura del mar) y que, en su interior puede llegar a los 41ºC.

Y es que el volcán, «doce años después de entrar en erupción, aún se está desgasificando», relata Fraile, que asegura que este proceso puede durar décadas. «En otros volcanes del mundo se ha comprobado que han tenido que pasar entre 50, 70 o 100 años para que el volcán deje de emitir calor», afirma. Y esto resulta muy beneficioso para las especies dado que «la incubadora no funcionaría si no hubiese transporte de calor», resalta Fraile. Este efecto provechoso del aumento de temperatura tiene que ver con la inyección de nutrientes. Dado que, si no fuera por ello, y «aumentara la temperatura en superficie hasta, por ejemplo, los 30ºC, sería un desastre ecológico».

Otra de las claves está, por tanto, en los nutrientes que se inyectan de manera continua en el ecosistema, en concentraciones muy altas, para fertilizarlo. El hierro es, por ejemplo, una de las sustancias más abundantes y es una sustancia que resulta fundamental en la fotosíntesis de las plantas y para el crecimiento de fitoplancton en el mar. De hecho, el hierro actúa como un factor limitante para el crecimiento del fitoplancton, por lo que tras años de investigación los científicos descubrieron que se podía incrementar la producción primaria en los océanos fertilizando con compuestos de hierro.

En último lugar está un proceso físico que permite mantener todo el ecosistema protegido en una burbuja. «El agua que se calienta como consecuencia del volcán es más ligera, por lo que se eleva», explica Fraile. Esto ayuda a que se generen unas «células convectivas que atrapan el agua» y permiten que las condiciones favorables de vida se queden atrapadas en un solo lugar. «Así este agua y nutrientes no son transportados por la corriente de Canarias», relata. Como explica el investigador, este ciclo –por el que el Tagoro ha ganado la consideración de incubadora de vida–, se puede «romper». «Lo hace una o dos veces al día, de forma que toda esa vida se puede exportar a mar abierto», insiste.

Los investigadores permanecerán hasta el próximo día 24 estudiando y tomando muestras y vídeos en La Restinga. Esa misma noche zarparán hasta La Palma, donde esperan empezar a trabajar el día 25. Los investigadores llevarán a cabo un exhaustivo estudio geológico y biológico en los deltas lávicos formados durante la última erupción, en respuesta a los requerimientos de asesoramiento del Plan de Emergencia por Riesgo Volcanológico de Canarias (Pevolca).

Pero además, en esta ocasión, la campaña tendrá una característica especial y es que también se lanzará un submarino para estudiar cómo han quedado los fondos tras la caída de la lava al mar. Es la primera vez que el submarino Pisces VI tendrá una misión tan importante. En ella participarán tanto el IEO, como el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), el Instituto Geográfico Nacional (IGN), el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC), la Secretaría General de Pesca y las universidades de La Laguna (ULL) y de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

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