Tragedia del Pitanxo

La Comisión de Investigación de Accidentes Marítimos sentencia: el “Pitanxo” salió sin los resultados de las PCR y con trajes de menos

Un positivo por COVID estuvo 24 horas a bordo con los demás tripulantes; no se guardó la cuarentena | La armadora mintió tras el accidente al zanjar que iban 22 personas a bordo

Maniobras en el "Pitanxo", en una marea anterior.

Maniobras en el "Pitanxo", en una marea anterior. / Cedida

Lara Graña

Antes de salir a la mar, en la noche del naufragio, después del hundimiento. El relato de hechos “objetivos” sobre el caso Pitanxo está salpicado de todo tipo de irregularidades, procedimientos ajenos al protocolo y falsedades. No desgranados por testigos de parte, por afectados o por rumorología; es la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) la que acaba de constatar que el arrastrero de Pesquerías Nores partió a la mar sin disponer de los resultados de las pruebas PCR, con un positivo por COVID a bordo, sin guardar cuarentena, con tres tripulantes de más y sin declarar y con trajes de supervivencia insuficientes para todos. Lo ha hecho en un informe preliminar en el que no aventura ninguna “hipótesis” sobre el hundimiento, pero en el que determina que el Villa de Pitanxo, antes de sucumbir al envite de las olas por babor, “navegaba” –esta palabra es textual– a 2,6 nudos de velocidad, lo que descartaría un fallo súbito de motor al que siempre ha hecho referencia su patrón, Juan Padín, para explicar el colapso del barco. Solo él, su sobrino Eduardo y el marinero Samuel Kwesi Koufie sobrevivieron aquella noche del 15 de febrero de 2022; fallecieron 21 personas.

El documento difundido este jueves confirma todas las informaciones avanzadas por FARO acerca del exceso de tripulantes, del protocolo COVID o las reformas a las que fue sometido el pesquero. Pero aporta, aun siendo preliminar y ceñido solo a los “datos objetivos”, nuevas claves. El Villa de Pitanxo salió de Marín el 25 de enero pero tuvo que retornar a Vigo de madrugada por fallos en la hélice propulsora. Fue ya en esta ciudad, en el muelle de Frigalsa, cuando comprobó que en las pruebas PCR realizadas el día anterior tenían un positivo COVID a bordo. Era Siaka Thior, que fue reemplazado por el fallecido Miguel Lumbres. “La compañía armadora realiza ese día en Vigo [el 26 de enero] un cambio de tripulante debido a que una de las preceptivas pruebas PCR que se habían realizado a la tripulación el día anterior en Marín había resultado positiva”. De modo que Thior estuvo unas 24 horas conviviendo con los demás embarcados en el Pitanxo, que puso proa al caladero ese mismo 26 sin guardar cuarentena. El más joven, el segundo oficial Raúl González Santiago, también fallecido, padecía asma; de los nueve cadáveres recuperados del mar, siete tenían una alta concentración vírica de COVID.

Construido en el desaparecido astillero MCíes, este pesquero de Nores solo estaba habilitado para 22 personas. Aun así, como también certifica la Ciaim, salió de los muelles de Frigalsa (Teis) con 25, como anticipó este periódico. Dos de ellos –Raúl González y el observador, Manuel Navarro– tuvieron que compartir un pequeño habitáculo que era en realidad la enfermería. El tripulante número 25, natural de Cangas do Morrazo, fue transbordado el 3 de enero a otro pesquero gallego, el Río Caxil. En el despacho certificado por Capitanía Marítima de Vigo figuran 22 tripulantes; el Pitanxo no debería haber salido en ningún caso con los 25 con los que partió de Vigo, ni faenado con los 24 con los que naufragó. Es más, en la misma noche del naufragio, cuando el Centro de Coordinación de Salvamento (CNCS)/Sasemar se puso en contacto con la armadora para notificarle lo que había acontecido, un reponsable de Nores –la Ciaim no lo identifica– mintió al asegurar que “a bordo del Villa de Pitanxo iban 22 personas”.

Un oficial del “Playa Menduiña” no pudo preguntar a Padín por el siniestro: “Está durmiendo”

En diversas declaraciones, representantes de Pesquerías Nores apuntaron a que a bordo había chalecos y trajes de supervivencia para todos. Este último equipamiento es vital para una pesquería como la de los Grandes Bancos de Terranova, con temperaturas muy bajas. La noche del naufragio, el agua rondaba los 2º, con lo que una eventual caída al mar es mortal en pocos minutos antes de fallecer por shock térmico. Si es cierto que el Villa de Pitanxo llevaba estos trajes para todos (los 24), no figura en el “inventario de equipo adjunto al Certificado de Conformidad en vigor”, como expone el informe de la Ciaim. “Aunque disponía de dos balsas salvavidas, una a cada banda, con capacidad para 25 personas cada una, el número de trajes de supervivencia (según los certificados) era de 22”. Varios de los cadáveres recuperados sí lograron subir con vida a la balsa, pero fallecieron de frío al ir vestidos con ropa de aguas o “casi desnudos”, como expuso a FARO un tripulante del pesquero que los rescató, el Playa Menduiña Dos.

Las causas del naufragio

La Ciaim no ofrece ninguna conclusión. Y, aunque lo hiciera, “no prejuzga la decisión que pueda recaer en vía judicial, ni persigue la evaluación de responsabilidades, ni la determinación de culpabilidades”. Lo que ofrece es una sucesión de datos y testimonios. En lo relativo a la noche del siniestro, y en base a los mismos datos AIS (automatic identification system o sistema de identificación automática), el Villa de Pitanxo “navegaba” a 2,6 nudos cuando el AIS emitió su última posición, a más de 250 millas de la costa de Canadá. Según la versión del patrón, el barco escoró fatalmente tras la pérdida súbita de propulsión por un fallo del motor principal, un Wärtsilä modelo 9L20. “Por causas que se están analizando –expone la Ciaim–, el buque queda sin capacidad de maniobra. El arte de pesca, que todavía no se ha virado (recogido) y contiene las capturas de las últimas horas de arrastre, ejerce un fuerte tiro sobre las pastecas”. El barco tenía, en las bodegas, una cuarta parte de su capacidad ocupada por la faena de los días anteriores. La versión del superviviente Koufie, la misma que relató el sobrino del patrón a un tripulante del Playa Menduiña Dos, es que el Pitanxo sufrió un embarre o espichada, que fue esta presión lo que escoró definitivamente de babor el pesquero, con una entrada masiva de agua que ahogó el motor.

Catorce horas después de ser rescatados los supervivientes, el centro de rescate de Halifax (Canadá) pidió preguntar a Padín por los motivos del hundimiento o la secuencia de los acontecimientos de aquella noche. “El oficial de guardia del Playa Menduiña Dos, acerca del requerimiento, informa de que el capitán del Villa de Pitanxo está durmiendo”.

Cronología

  • 25 de enero
  • ▶ Salida de Marín
  • Se realizan los test PCR y el barco aproa hacia el caladero, pero tiene que regresar por problemas en una hélice. Atraca en Frigalsa (Vigo) de madrugada.
  • 26 de enero
  • ▶ Salida de Vigo
  • En Frigalsa, se repara el fallo mecánico y se desembarca a un tripulante por haber dado positivo por COVID en la PCR realizada el día anterior en Marín. Sube a bordo Miguel Lumbres en reemplazo. En el Pitanxo hay ahora 25 personas, frente a las 22 declaradas y autorizadas.
  • 3 de febrero
  • ▶ Desembarque
  • El tripulante número 25, natural de Cangas, es transbordado al pesquero Río Caxil. No fue declarado a Capitanía Marítima.
  • 15 de febrero
  • ▶ Naufragio
  • Con dos personas por encima de la capacidad del pesquero, el Villa de Pitanxo se hunde durante la maniobra de virada.

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