Ciencia

Un estudio revela el papel de los rodolitos para mitigar el calentamiento del océano

Investigadores de ABAS y la ULPGC confirman grandes superficies de algas rojas coralináceas en Canarias, capaces de secuestrar CO2 y crear hábitats marinos

Buceador durante unos  experimentos in situ en el área de Arguineguín en el sur de Gran Canaria.

Buceador durante unos experimentos in situ en el área de Arguineguín en el sur de Gran Canaria. / ULPGC

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

Investigadores canarios, han confirmado la existencia de grandes superficies de algas rojas coralináceas, denominadas rodolitos, en Canarias, que juegan un papel importante a la hora de mitigar los efectos del cambio climático en los océanos, al ser organismos capaces de secuestrar carbono y, por tanto frenar el calentamiento del mar en la región de la Macaronesia. Esta es una de las principales conclusiones del proyecto Mac-Rodo, liderado por la Asociación Biodiversidad Atlántica y Sostenibilidad (ABAS) y en el que ha participado el grupo de Biodiversidad y Conservación (Biocon) del Instituto Universitario de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (IU-Ecoaqua) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

«Con este estudio reflejamos la importancia de los fondos de rodolitos para Canarias y, en general, para la Macaronesia, y su potencial para el aprovisionamiento de servicios de los ecosistemas, ya sean como zona de refugio para la cría de especies, para esa capacidad potencial de secuestrar carbono, que es importante, o su sensibilidad ante factores estresores ya sean globales como puede ser la temperatura, o más locales, como la contaminación», indicó Francisco Otero Ferrer (ABAS), investigador principal del proyecto.

Estas algas rojas coralináceas, que son como rocas, crecen sueltas sobre el lecho marino formando nódulos, de forma que se les conoce como las «palomitas de maíz» del mar. Se trata de un ecosistema del que se sabe muy poco, a pesar de que se les otorga importantes cualidades, como la de ser capaces de generar hábitats para albergar a otras especies animales y vegetales asociadas; generar arena -al ser arrastrados por las corrientes y mareas a las playas-; o jugar un papel importante en la mitigación del cambio climático, dado que el esqueleto de los rodolitos está formado por carbonato de calcio, según explica el investigador.

Durante el estudio, que se llevó a cabo en 16 meses, se cartografió la extensión de los campos de rodolitos en Gran Canaria y Madeira mediante sónar de barrido lateral, y se llevaron a cabo experimentos in situ en Arguineguín, en el sur de Gran Canaria, para cuantificar el crecimiento y la cantidad de carbono secuestrado por estos hábitats. «Los resultados obtenidos demostraron que los fondos de rodolitos abarcaban una gran extensión en ambas zonas y que la capacidad de los campos formados por estas algas para secuestrar carbono, podría cambiar en el futuro con el incremento de las temperaturas».

Islas como Fuerteventura o El Hierro tienen campos de rodolitos a más de 60 metros de profundidad

Los objetivos principales del proyecto MAC-RODO, acrónimo de ‘MACaronesian RhODOliths: Ecosystem Functions and Services), eran tres: el primero, incrementar la información básica sobre la distribución, biodiversidad y servicios ecosistémicos de este importante hábitat marino y su capacidad para secuestrar carbono atmosférico (carbono azul). El segundo, perseguía evaluar su vulnerabilidad a impactos antropogénicos globales y locales como son la temperatura y la contaminación, y, en tercer lugar, desde la perspectiva de la comunicación, diseminar la importancia ecológica y social de estos ecosistemas.

En el proyecto se implicaron un total de seis científicos, dos por parte de ABAS y cuatro del IU-ECOAQUA: Francisco Otero Ferrer, de ABAS, como investigador principal del proyecto, el doctor Nestor E. Bosch, también de ABAS, el catedrático y director del IU-ECOAQUA, Ricardo Haroun, el profesor Fernando Tuya, el doctor Fernando Espino y el investigador predoctoral Marcial Cosme de Esteban, estos últimos también como parte del instituto universitario.

En el segundo objetivo, se realizaron experimentos de mesocosmos en las instalaciones del Centro de Ciências do Mar (Faro-Portugal), para evaluar la sensibilidad de los campos de rodolitos de la Macaronesia al incremento de la temperatura y de los nutrientes. Los resultados en escalas de tiempo cortas indican que los tratamientos de temperatura y nutrientes tuvieron un efecto poco notable en la fisiología de las principales especies de rodolitos que forman extensos campos en la Macaronesia, sin embargo no se puede descartar que una exposición mayor a estos factores tenga un efecto negativo en el crecimiento y la supervivencia de estos organismos .

En el tercer objetivo, se llevaron a cabo diversas actividades de diseminación tanto a nivel científico como actividades dirigidas a la sociedad en general para difundir la importancia ecológica y social de estos ecosistemas. Estas incluyeron la publicación de dos artículos científicos en revistas internacionales, la creación de una página de información integrada dentro de la web del instituto universitario ECOAQUA, la difusión por redes sociales y la creación de un folleto informativo sobre los campos de rodolitos en la Macaronesia que se distribuyó en centros de buceo, bibliotecas públicas, asociaciones de pescadores, tiendas relacionadas con actividades marítimas y eventos tales como el Marine Science Week y la Feria Internacional del Mar (FIMAR 2022).

Aunque ya se sabía que existían grandes extensiones de rodolitos en las aguas de Canarias, a través del proyecto Mac-Rodo han comprobado que se encuentran incluso a profundidades superiores a los 60 metros, sobre todo en Fuerteventura y en El Hierro.

El estudio sienta las bases para el conocimiento de este significativo hábitat marino, y en breve iniciarán un proyecto nacional más ambicioso sobre los rodolitos, de tres años de duración, liderado por el investigador de Ecoaqua, Fernando Tuya.

Amenazas del ecosistemas

La compleja estructura tridimensional de los rodolitos sirve de alojamiento para muchas especies marinas (cangrejos, gusanos, moluscos, etcétera). Por otro lado, esta complejidad y por la forma en la que los rodolitos se encajan unos con otros, hace que sus hábitats den cobijo a especies de mayor tamaño (algunas con importancia comercial, tales como peces, pulpos, entre otras) sirviendo también para la fijación de otras especies de algas. Por estas razones los campos de rodolitos son considerados hábitats de elevada relevancia para la biodiversidad. Los campos de rodolitos están sujetos a una serie de amenazas, la mayoría de origen antropogénico, incluidos el arrastre de fondo, el desarrollo costero, la descarga de aguas residuales, malas prácticas de acuicultura en alta mar, el fondeo y los dragados. Estas algas son también particularmente vulnerables a la acidificación oceánica, que provoca la disolución de su estructura carbonatada (“su esqueleto”) y la consecuente liberación de las reservas de carbono acumuladas. MAC-RODO, que ha tenido una duración de 16 meses, ha contado para su desarrollo con unos 40.000 euros aportados por el programa europeo Life4Best financiado por el Programa LIFE de la Unión Europea para el Medio Ambiente y la Acción Climática, por la Oficina Francesa para la Biodiversidad (OFB) y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD).

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