8M - Día Internacional de la Mujer | Ciencia

Las ingenieras canarias posicionan a las mujeres en las carreras científicas

Seis expertas formadas en la ULPGC muestran su éxito, a pesar de las dificultades por el género | Solo hay un 13% de presencia femenina en los grados STEM

Mayor presencia, mayor aceptación, mayores logros, pero aún insuficientes. En un mundo en el que las mujeres afganas protestan a las puertas de la universidad en las que tienen prohibido estudiar, hay una sala en la Escuela de Ingenierías Industriales y Civiles de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en la que seis mujeres relatan, con sus propias palabra, que, a pesar de contar con solo un 13% de presencia femenina en las carreras de los ámbitos científicos y tecnológicos —STEM—, ellas siguen adelante. Paola Marrero, Yamilet Rivero, Arárurazu R. Múgica, Yraya Duque, Ana Aranda y Raquel Ortega son herederas de tantas pioneras que rompieron los moldes, como la química Rosalind Franklin, la cosmonauta Valentina Tereshkova o la ingeniera Edith Clarke, además de expandir el talento canario por el mundo.

La jornada La mujer y la Ingeniería, celebrada en el marco del Día Internacional de la Mujer, mostró en tandas de quince minutos las experiencias de las profesionales que fueron fuente de inspiración para la audiencia. En un mundo en el que las mujeres representan el 18% de las trabajadoras en los sectores tecnológicos y aún pesa el 11% de brecha salarial entre hombres y mujeres, según traslada el manifiesto de la Red de Unidades de Igualdad de Género que firmó la ULPGC junto a más de cincuenta universidades españolas, hay mejoras en el campo que permiten alcanzar con éxito las metas de las implicadas.

Innovación y nuevas prácticas

Paola Marrero, ingeniera en Electrónica Industrial y Automática, está conectada a través de la webcam y no se arrepiente de la decisión tomada, "considero que la carrera me ha hecho una persona polivalente y capaz de solventar cualquier problema que se me ponga". Después de un corto e intenso periodo profesional en el que formó parte de entidades como el Museo Elder, una fotovoltaica o la Ciudad de la Justicia, ha encontrado su lugar dentro de una empresa de seguridad como técnica y formadora a partes iguales. A la vez que gestiona y comparte su talento con las nuevas incorporaciones, revisa la instalación de sistemas, por lo que no deja de aprender en su día a día. "No sabremos hasta donde llega nuestra capacidad si no nos probamos, así que animo a todas mis compañeras a investigarse a sí mismas y sacar el potencial de cada una", motivó a quienes la escuchaban.

De izq. a dcha., Jennifer Vaswani, subdirectora de Calidad, Coordinación y Másteres, junto a la ingeniera Yamilet Rivero durante la jornada 'La mujer y la ingeniería', ayer, en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

De izq. a dcha., Jennifer Vaswani, subdirectora de Calidad, Coordinación y Másteres, junto a la ingeniera Yamilet Rivero durante la jornada 'La mujer y la ingeniería', ayer, en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

De repente, Yamilet Rivero y su hermana eran las únicas chicas que cursaban el bachillerato tecnológico. Después, separaron sus caminos y, mientras una optaba por la ingeniería de diseño, Yamilet se decidía por la mecánica. Rama en la que ha encontrado su lugar dentro de proyectos como BrainIT o el actual MacBio, donde aplica sus conocimientos a la mejora de la medicina a pesar de no alcanzar ni el 20% de compañeras en las clases del grado. Su labor se ha plasmado tanto en los modelos sintéticos de cerebros con tumores, también en otros de aneurismas para aplicarlos en cirugía neurovascular o incluso en la cooperación internacional con estructuras que permiten practicar ecografías y férulas para profesionales del continente africano. Dentro del Grupo de Investigación de Fabricación Integrada y Avanzada, casi paritario, ha descubierto que "la ingeniería necesita mucho a las mujeres, por lo que no se dejen influenciar".

Conciliación familiar

Aránzazu Múgica, ingeniera geomática, hace un trabajo que, a priori, parece innecesario, pero nada más lejos de la realidad. ¿Qué ocurre cuando queremos registrar una finca y no sabemos qué terreno es de la vecina o propio? La plataforma Geoportal Registradores es un ejemplo de lo que realiza la experta a raíz de la actualización de la Ley de Catastro Inmobiliario. Dentro de un equipo en el que son mayoría mujeres, advierte que, a pesar del escepticismo con el que las recibieron, cada vez más esta labor "se valora aún más, nos hemos hecho valer y los estudios en geomática y topografía tiene buena fama aquí en Canarias y cada vez más en la península". Una aplicación desconocida, pero cada vez más útil en la especialidad.

Desde Edimburgo, Ana Aranda, ingeniera en Diseño Industrial y Desarrollo de Productos, ha contrapuesto los arquetipos tradicionales contra las nuevas políticas de empresa tras pasar por sectores como el aeroespacial y el banquero y, finalmente, encontrar su lugar dirigiendo el departamento de diseño e integración de sensores de una startup de robótica. "En el mundo de la fabricación tradicional he encontrado mucho más problemas que en los nuevos campos, así que he tenido que sacar más carácter, más siendo la única mujer con perfil técnico frente a otros cien hombres", detalló.

Con una reciente maternidad, reconoce que hay otras compañeras que se han visto obligadas a hacer un parón en sus trayectorias o se han resignado a dejar de ascender debido a la dificultad que entraña la conciliación familiar. En ese sentido, ha encontrado la flexibilidad idónea en su entorno. Gracias a ello, está implicada en aplicaciones innovadoras de la ingeniería, como "intentar conseguir darle a los robots el sentido del tacto". A través de esa recogida de esos datos podrían trasladar la información en remoto o mejorar la atención sanitaria en situación de peligro para las personas, como sucedió en la pandemia y están estudiando ahora en Finlandia.

La investigación es una opción que dentro de un área tan práctica a veces se subestima, pero no para Raquel Ortega. La ingeniera química encontró en el campo de los tejidos y la reutilización de recursos su vía de desarrollo. Por ejemplo, buscó la manera en que los materiales resistieran al fuego dentro del Máster en Tecnologías Industriales, algo tan útil en áreas como la construcción o el automovilismo. También, la sostenibilidad ha estado presente en su doctorado al experimentar con fibras de plataneras y su uso en piezas plásticas, además de proponer circuitos de economía circular en proyectos europeos como Baqua, en el que los troncos desechados de las plantas luego de dar su fruto se utilizaron tanto para bolsas o piensos de peces. Ideas y desarrollos que le permitieron hacer estancias universitarias en Belfast o París, en la que un compañero varón le llegó a preguntar, "¿pero en España hay mujeres ingenieras?". Pues sí.

Como colofón al acto, las recién egresadas Yraya Duque y Andrea del Carmen Rivero hicieron un homenaje a mujeres científicas que han quedado relegadas en la historia. Entre ellas, la ingeniera y matemática Hertha Ayrton, que inventó el ventilador a principios del siglo XIX y fue la primera en ingresar en la Asociación de Ingenieros Eléctricos; también, la psicóloga e ingeniera industrial Lillian Gilbreth, a quien se le atribuye la invención del pedal para el cubo de la basura o los estantes para el frigorífico, útiles tan indispensables hoy día que hablaban de su preocupación por la mejora de las condiciones de las personas con discapacidad; o Alice Ball, química cuya muerte temprana dejó un logro mayúsculo a sus espaldas: ayudar a curar la enfermedad de Hanses -la lepra- por lo que se acuñó su apellido para nombrar el método de sanación, aparte de convertirse en la primera mujer afroamericana licenciada por la Universidad de Hawai.

Duque y Rivero, que han vivido una época dorada en la que han disfrutado del apoyo y la actitud igualitaria por parte de la universidad, también han sufrido los comentarios de quienes dudaban de su elección o sus capacidades. Así que se despidieron con un mensaje claro: "Nuestro consejo es que sigan el camino que les haga felices y, en el caso de las chicas, esperamos que un día dejemos de oír ciertos comentarios o que, en todo caso, no nos afecten para nada en la toma de nuestras decisiones".

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