Décimo aniversario del papado

El papa Francisco: 10 años domando las intrigas vaticanas (y sin acelerar reformas de calado)

Bergoglio celebra este lunes el décimo aniversario de su papado recuperado de los achaques de salud y con la ofensiva conservadora de momento desactivada

El papa Francisco.

El papa Francisco.

Irene Savio

Este lunes el papa Francisco está de aniversario. El Pontífice cumple 10 años como jefe de la Iglesia católica. El antaño cardenal de Buenos Aires, de 86 años, alcanza esta fecha con algunos achaques, pero ha retomado sus viajes y en El Vaticano se respira cierto optimismo. Jorge Mario Bergoglio parece haber superado el bajón físico que mostró el año pasado cuando tuvo que cancelar algunos desplazamientos por sus problemas de rodilla. Otro motivo del buen ánimo del Papa es que sus reformas siguen dando pasos hacia adelante. Hace tan solo unos días renovó el C9, el consejo de cardenales que lo asesora, una de las grandes novedades de su pontificado, y siguen adelante los trabajos del Sínodo Mundial de los Obispos.

En particular esta última iniciativa, que se puso en marcha en 2022, puede derivar en uno de los mayores cambios en la Iglesia, incluso desde un punto de vista estructural, ya que se ha articulado con principios de la democracia horizontal. El objetivo es llegar a una gran reforma en 2024, después de dos años en los que todas las conferencias episcopales del mundo han estado discutiendo de forma simultánea y directamente 'in situ' -es decir, hasta en los rincones más recónditos del planeta- sobre los problemas que consideran apremiantes dentro la Iglesia. La idea es que la reunión final sea una síntesis de todo lo que cada diócesis ha discutido previamente.

Críticas desactivadas

Pero otro indicio de que el Pontífice goza de un buen momento es que parece haberse sobrepuesto al disgusto por los ataques del sector conservador en enero, tras la muerte del papa emérito Benedicto XVI. Incluso el exsecretario del difunto papa alemán, Georg Gänswein, que tras la muerte de Benedicto lanzó feroces críticas contra Francisco por la decisión del argentino de limitar las misas en latín, ha entonado finalmente una especie de 'mea culpa' y ha pedido perdón. 

“Soy fiel y leal: es el Papa de la Iglesia Católica y el sucesor de Pedro, como he sido fiel a todos sus predecesores”, afirmó Gänswein, en una entrevista en un programa de la televisión italiana. Gänswein también dijo que su finalidad no era crear guerras dentro del clero. “Mi único objetivo era aclarar puntos en los que había muchos problemas”, aseguró el prelado alemán.

En realidad, el sector conservador está últimamente algo tocado. Además de Benedicto XVI, recientemente también ha perdido a otro de sus grandes portavoces, el cardenal George Pell, quien falleció repentinamente en enero. Pell, que también estuvo en la cárcel por una acusación de pederastia de la que fue posteriormente absuelto, llegó a calificar de “catástrofe” el papado de Francisco. Lo peor fue que estas declaraciones afloraron tras la muerte del australiano, al que un vaticanista identificó como el autor de una ácida nota en la que lamentaban algunas aberturas del actual Papa. Entre ellas, sus posiciones sobre los gays y los espacios que las mujeres deben ocupar en la Iglesia

Sobre esta cuestión, el Papa también ha impulsado pasos hacia adelante a lo largo de esta década. Tal como difundió esta semana la oficina de prensa de la Santa Sede, el número de mujeres que trabajan dentro del Vaticano ha pasado de 846 en 2013 a 1.165 en 2023, el 23% del total. Dicho esto, las mujeres aún tienen un camino largo que recorrer: no se les permite tener voto en muchos de los foros más importantes de la Iglesia y sus atribuciones están muy lejos de las de los curas.

Ambigüedad

No obstante, el propio Papa ha mantenido una posición pragmática pero no demasiado moderna sobre muchos de estos asuntos. A finales de enero, Francisco afirmó que ser homosexual "no es delito (…) pero es pecado". Y lo mismo dijo de los actos sexuales fuera del matrimonio, a los que también consideró como “pecados". De igual manera, tampoco ha dado -al menos de momento- señales que indiquen que está dispuesto a abrir el sacerdocio a las mujeres, o permitir que se implemente de forma sistemática la posibilidad de que los sacerdotes puedan casarse, como en otras confesiones cristianas. 

Todas estas aperturas son rechazadas por el clero estadounidense, uno de los más ricos dentro de la Iglesia católica, en una pugna en la que en el polo opuesto se encuentra Alemania. Allí la petición es que se lleven adelante las reformas rompedoras que Francisco prometió y que, en esta década, aún no se han visto, como recuerdan con insistencia los analistas más progresistas. Muchos de ellos entienden que, en medio de estas riñas, será difícil que este pontificado acabe con alguna reforma trascendental. Solo el tiempo dirá quién lleva razón. 

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