Los guanches cambiaban esclavos negros por la libertad de sus congéneres

El investigador de la ULL José Farrujia arroja luz sobre cómo los indígenas canarios se adaptaron a la conquista castellana en su nuevo libro ‘Memorias guanches’

El investigador José Farrujia posa junto a su libro en una de las aulas de la Facultad de Educación de la ULL. | | ANDRÉS GUTIÉRREZ

El investigador José Farrujia posa junto a su libro en una de las aulas de la Facultad de Educación de la ULL. | | ANDRÉS GUTIÉRREZ / Verónica Pavés

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Los guanches compraban esclavos negros para comercializar con ellos e intercambiarlos por sus congéneres, que también se encontraban en esa situación de servidumbre. Es uno de los pasajes menos conocidos de la historia canaria que ejemplifica cómo los indígenas de las Islas, aun teniendo que adaptarse al nuevo modelo económico y social impuesto por el reino español, decidieron seguir cuidando de los prójimos sin importar el estatus social que ostentaran antes de que «los de la cruz» se expandieran por el Archipiélago.

«Lo que ocurrió en Canarias durante la conquista no fue un genocidio, sino un etnocidio. A los aborígenes se les obligó a asimilar de manera forzosa la nueva cultura mientras se penaban sus prácticas culturales ya arraigadas», explica el investigador de la Universidad de La Laguna (ULL), José Farrujia. Tras años indagando en fuentes documentales nunca antes vistas –como testamentos, protocolos notariales, acuerdos del Cabildo y documentos del Santo Oficio–, Farrujia ha conseguido reconstruir el pasado desde un punto de vista más cercano al de los aborígenes y lo ha plasmado en su libro Memorias Guanches, en el que colabora el Ayuntamiento de La Laguna y edita LeCanarien ediciones.

Un libro pensado para distribuir entre los alumnos de secundaria de Canarias pero que, por su carácter divulgativo y narrativo, tenderá a convertirse en una obra de referencia para cualquier canario que se preste a conocer más sobre sus antepasados. «En Canarias, a diferencia de México o Perú, no existen crónicas de los vencidos, todo lo que sabemos está filtrado por la mirada del conquistador», explica Farrujia. El desconocimiento sobre las raíces de la mayoría de canarios se amplifica porque la tradición guanche se transmitía de manera oral y las pocas inscripciones que quedan no son narrativas, sino que solo reflejan algunos nombres y vocaciones de divinidades. El investigador, por ello, decidió ir más allá, y buscar donde aún no se había empezado ni siquiera a rascar.

Portada del libro ‘Memorias guanches’. | | ANDRÉS GUTIÉRREZ

Portada del libro ‘Memorias guanches’. | | ANDRÉS GUTIÉRREZ / Verónica Pavés

«En los testamentos encontramos las últimas voluntades de los guanches que ostentaban una mejor posición económica y podían acceder a esos formularios que redactaban escribas públicos», reseña. Y es que, con la conquista, los guanches relacionados con los menceyatos o que habían colaborado con el ejército de Alonso Fernández de Lugo en la guerra, fueron agraciados con algunos terrenos y bienes que les permitieron vivir con tranquilidad en la nueva sociedad que se estaba construyendo en Canarias.

En ellos encontró de todo. Desde «firmas de carácter líbico-bereber» que muestran que el arraigo identitario permanecía latente incluso después de la conquista; hasta últimas voluntades que mostraban que «lo poco que tenían, se lo dejaban en herencia a los suyos», explica Farrujia.

En los protocolos notariales, Ferrujia encontró unos documentos que narran la integración económica de los indígenas en la nueva sociedad. Si bien los conquistadores españoles monopolizaron la agricultura, «los guanches quedaron al frente de algunas prácticas económicas importantes, como la ganadería», tal explica el investigador de la ULL. También se sustrae de esos documentos que el poco dinero que podían generar lo gastaban en liberar (o ahorrar, como se decía en la época) a sus compatriotas que permanecían esclavizados. Para ello llegaban incluso a recurrir a la compra de personas negras para intercambiarlos por los miembros de su mismo grupo social.

La visión del pueblo llano

Pero Farrujia también quería comprobar cómo el pueblo llano vivió la conquista. Para ello accedió a los documentos de acuerdos del Cabildo y los del Santo Oficio. «Si bien no hablan de personas concretas, sí nos dan una idea sobre cómo se produjo la integración y qué consecuencias tuvo para los indígenas canarios», relata.

En los acuerdos del Cabildo en Tenerife encontró prohibiciones generales que se hacían a la sociedad. Por ejemplo, se vetó la entrada al poblado vistiendo pieles para «eliminar los elementos identitarios» del pueblo guanche. Posteriormente se obligó a abandonar el hábitat disperso (las cuevas) y se obligó a vivir en el poblado, porque «era donde había iglesia y párroco», explica. En los documentos del Santo Oficio (dependiente de la Inquisición) encontró que aún 300 años después de la conquista, en algunas islas, como La Gomera, se seguían haciendo ofrendas al Sol y a la Luna durante las carestías, lo que se consideraba una herejía.

El autor recurre a documentos nunca antes estudiados como testamentos o protocolos notariales

Con todos estos documentos, el investigador pudo concluir que en realidad la conquista «no fue uniforme ni inmediata» y que, además, «muchos indígenas se resistieron al cambio». Por otro lado, «todo apunta a que los indígenas canarios optaron por la cooperación flexible para sobrevivir a ese lugar hostil», relata.

El autor, que narra cada historia a través de figuras masculinas y femeninas pertenecientes «al pueblo llano», encuentra esta recurrente visión de ayuda al prójimo en muchos otros pasajes. Es el caso de la palmera Francisca de Gazmira, que llega a viajar hasta la corte de los Reyes Católicos para protestar porque el conquistador había esclavizado a un grupo de indígenas de manera ilegal. Otro personaje clave es el Guanche Gaspar –nombre con el que le bautizan los castellanos– que viaja en barco hasta La Palma, con el peligro que suponía, para dar de comer al pueblo aborigen que allí se asentaba.

En la actualidad la figura de los indígenas canarios es tan «idealizada» como poco conocida. «Este libro viene, por un lado, a añadir más recursos a los institutos, y por otro, a arrojar luz sobre la visión que tenemos sobre la conquista». Para ello también ha hecho uso de recursos audiovisuales creados por Guanil Producciones. Memorias guanches se presentará este próximo jueves 23 de marzo a las 19:00 horas en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife. El acto estará conducido por Elsa López y Álvaro Marcos Arvelo y contará con un taller canario de canción y una puesta en escena de testimonios guanches.

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