Sostenibilidad medioambiental

Bruselas propone nuevas reglas para acabar con las etiquetas verdes engañosas

Las empresas que quieran utilizar eslóganes ecológicos para atraer clientes deberán demostrar con pruebas científicas que sus alegaciones son ciertas

Etiqueta ecológica en el sector textil.

Etiqueta ecológica en el sector textil.

Silvia Martínez

Cada vez más a menudo los consumidores encontramos en las etiquetas de todo tipo de productos alegaciones como "envases fabricados con un 30% de plástico reciclado", "protector solar respetuoso con el océano" o "camiseta fabricada con botellas de plástico reciclado". La Comisión Europeaquiere obligar a las empresas que utilizan este tipo de reclamos "ecológicos" a verificar y demostrar con pruebas científicas que sus alegaciones medioambientales son ciertas y luchar así contra el llamado 'greenwashing' o el lavado verde que empresas y organizaciones utilizan para blanquear sus productos. 

Un 53,3% de las declaraciones medioambientales examinadas en la UE (sobre un total de 150), según un estudio de la Comisión Europea de 2020, eran vagas, engañosas o infundadas mientras que el 40% no estaban fundamentadas.

La ausencia de normas comunes para las empresas que utilizan este tipo de reclamos promueve el llamado 'lavado verde' y crea unas condiciones desiguales en el mercado europeo en detrimento de las empresas que realmente sostenibles. Para hacer frente a este comportamiento, el Ejecutivo comunitario ha adoptado una nueva propuesta legislativa que exigirá a las empresas que decidan utilizar una "declaración verde" sobre sus productos o servicios a respetar unas normas mínimas.

La propuesta establece criterios comunes para identificar las alegaciones medioambientales engañosas de forma que los consumidores tengan más claridad y más garantías de que cuando algo se vende como ecológico, realmente lo es, y una información de mejor calidad para elegir productos y servicios respetuosos con el medio ambiente. Según Bruselas, las empresas que hacen un esfuerzo para mejorar la sostenibilidad medioambiental de sus productos serán más fácilmente reconocidas y recompensadas por los consumidores y podrán aumentar sus ventas.

Verificación independiente

Por ejemplo, antes de que las empresas informen a los consumidores de los beneficios ecológicos de sus productos o servicios, dichas alegaciones tendrán que ser verificadas de forma independiente y demostradas con pruebas científicas. Como parte del análisis científico, las empresas deberán identificar los impactos ambientales que son realmente relevantes para su producto, así como las posibles compensaciones, para ofrecer una imagen completa y precisa.

Para garantizar una mayor claridad, la nueva normativa no permitirá las declaraciones o etiquetas que utilicen una puntuación agregada del impacto ambiental global del producto, a menos que así lo establezca la normativa de la UE. Además, si se comparan productos u organizaciones con otros, tales comparaciones deberán basarse en información y datos equivalentes.

El plan adoptado por el colegio de comisarios, que tendrán que aprobar ahora Consejo y Parlamento Europeo, abarcará todas las declaraciones voluntarias sobre el impacto, los aspectos o el comportamiento medioambiental de un producto, servicio o del propio comerciante. Quedan excluidas las alegaciones cubiertas por las normas vigentes de la UE, como la etiqueta ecológica de la UE o el logotipo de alimentos ecológicos, porque la legislación actual ya garantiza la fiabilidad de estas alegaciones reguladas. También quedan excluidas las alegaciones que queden cubiertas por futuras normas reglamentarias de la UE.

Lo que sí hace la propuesta es regular las etiquetas medioambientales. Actualmente, existen al menos 230 etiquetas diferentes, lo que, según Bruselas, genera mucha confusión y desconfianza entre los consumidores. Para controlar la proliferación de este tipo de etiquetas, no se permitirán nuevos sistemas públicos de etiquetado, a menos que se desarrollen a nivel europeo, cualquier nuevo sistema privado deberá demostrar una mayor ambición medioambiental que los existentes y obtener una aprobación previa para ser autorizado.