Los contratos postdoctorales canarios se resuelven por orden de llegada

15 jóvenes investigadores han obtenido la puntuación más alta en el programa Catalina Ruiz y seis quedaron excluidos por inscribirse más tarde que el resto

Una joven investigadora del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA)-CSIC |  | ANDRÉS GUTIÉRREZ

Una joven investigadora del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA)-CSIC | | ANDRÉS GUTIÉRREZ / Verónica Pavés

Verónica Pavés

La tercera convocatoria de los contratos postdoctorales canarios Catalina Ruiz se ha acabado resolviendo por orden de llegada y no por criterios científicos. Tras la evaluación, 15 jóvenes investigadores han obtenido la puntuación más alta, lo que ha obligado a resolver los contratos por orden de llegada, al solo existir nueve puestos disponibles. Las universidades y centros de investigación de las Islas critican que, de esta forma, la convocatoria ha perdido su carácter competitivo para elegir a los beneficiarios y advierten que este empate demuestra que el baremo no está bien diseñado.

«No están ganando los mejores sino los más rápidos», expone el vicerrector de Investigación de la Universidad de La Laguna (ULL), Ernesto Pereda. En este sentido también se manifiesta el director del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA), Juan Ignacio Padrón, quien asegura que al leer la resolución le ha invadido «una sensación de asombro seguida de pena». «El futuro de seis investigadores está marcado por la fecha y hora en la que se completó el trámite, incluyendo la subsanación de documentación», lamenta Padrón. «En un tema tan importante y vital para los investigadores se ha llegado a una situación de no competencia», advierte. 

La Agencia Canaria de Investigación, responsable de poner en marcha estos contratos –convocatoria dotada con 2 millones de euros–, se ampara en la redacción de las bases. En su artículo 17 expone que en los casos que obtengan igual puntuación durante el proceso de evaluación, a efectos de resolver el empate, este se dirimirá a favor de la solicitud de la entidad presentada en primer lugar.

El director de la Agencia, Carlos Navarro, ha insistido en que esas bases «están consensuadas con todos los agentes sociales que participan» –centros de investigación, universidades y asociaciones– y recalca que «los que se presentaron las conocían». Sin embargo, los agentes sociales afirman que ellos no han tenido nada que ver con esas bases y aseguran, además, que han sido varias las ocasiones en las que han advertido de las deficiencias que tenía el baremo. En febrero de este año, la Universidad de La Laguna (ULL), la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC), presentaron una propuesta conjunta de nuevo baremo. Esta propuesta consensuada entre las tres entidades –por ser las que más se benefician de las ayudas– propone nuevas fórmulas para evaluar a la carrera investigadora de los jóvenes investigadores para que la elección sea más justa y basada en sus méritos científicos y no se tenga que optar, salvo contadas excepciones, al orden de llegada.

Para hacerlo se han basado en los criterios de selección de otras convocatorias nacionales e internacionales, incluyendo así ítems como la calidad de la producción científica o la calidad de la universidad en la que se ha solicitado la estancia fuera de Canarias. Los criterios actuales valoran los medios disponibles del departamento o grupo de investigación al que el científico acuda, la posibilidad de prolongar el contrato durante un periodo adicional al tiempo que dura el contrato, interés del trabajo propuesto y mecanismos de evaluación y seguimiento del progreso del personal investigador a contratar.

Estos criterios, a ojos de las entidades, los cumplen casi todos los investigadores con facilidad, lo que provoca que, enseguida, «sature» la puntuación. Los centros no critican la convocatoria y, de hecho, la «valoran» y consideran «más que necesaria», dado que es un recurso que no existe en todas las comunidades autónomas.

Esta convocatoria postdoctoral no existía hasta 2020 y cuenta con una dotación anual de dos millones de euros, lo que permite contratar durante tres años hasta seis jóvenes investigadores que, además, tienen la posibilidad de hacer una estancia fuera de Canarias. «La convocatoria y la apuesta están geniales, pero hay que mejorar muchas cosas», resalta Padrón, que insiste: «es una convocatoria por la que vale la pena pelear y mejorarla».

Suscríbete para seguir leyendo