Los canarios temen que el cambio climático acentúe la falta de agua

Un nuevo estudio de la ULL realizado en Tenerife demuestra que el 87% ya percibe algún efecto del calentamiento global

Una mujer bebe agua de una botella para refrescarse.

Una mujer bebe agua de una botella para refrescarse. / Andrés Gutiérrez Taberne

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Los canarios temen que el cambio climático acentúe la falta de agua en el Archipiélago. La escasez de este recurso vital para la supervivencia, unido a las sequías y a los incendios forestales son los mayores riesgos que las Islas afrontarán en el futuro, según los ciudadanos.

Es una de las principales conclusiones que se sustraen de un reciente estudio, realizado por los miembros de la Cátedra de Reducción de Riesgos de Desastres y Ciudades Resilientes de la Universidad de La Laguna (ULL), en el que dejan constancia de la percepción que los tinerfeños tienen sobre el cambio climático. 

Esta preocupación concreta «no es de extrañar habida cuenta del problema histórico que han padecido las islas en relación a la gestión del agua», destaca Jordan Correa, geógrafo de la Cátedra y autor principal del artículo. Esta inquietud por la falta de agua y la sequía se refleja incluso los hábitos de sostenibilidad de los encuestados en este estudio (una muestra de 510 personas), dado que que casi el 96% intenta ahorrar energía y agua en su domicilio. Sin embargo, otras medidas más contundentes para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, como usar la guagua o el tranvía, tan solo calan en un 34% de la población. 

Pese a ello, el autor valora que «muchos isleños han adoptado en su vida cotidiana hábitos impensables hace apenas dos décadas». No en vano el 89,8% compra productos de cercanía, el 89,2% recicla, el 83,7% reutiliza envases u otros productos aprovechables una vez usados y el 82,9% evita los plásticos de un solo uso. Pero el compromiso de los canarios no se queda ahí. El 77,6% de los entrevistados estaría dispuesto a modificar su forma de vivir para mitigar los efectos del cambio climático, frente al 21,6% que se negaría a hacerlo. Las personas con menos estudios son los que se manifiestan en contra de un cambio de hábito.

El 77% de los canarios modificaría su forma de vivir para mitigar el calentamiento global

Menos importante, aunque no baladí, parece ser la percepción del riesgo de la subida del nivel del mar. «La población percibe con mayor inquietud otros aspectos como el incremento térmico o el empeoramiento de la calidad del aire», explica Correa. Sin embargo, la percepción del riesgo sigue siendo alta (el 70% lo ve preocupante) y es mayor entre los jóvenes. 

Estos datos, publicados en el último número del Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, también demuestran que una amplia mayoría de la población (95,3%) cree en la existencia del cambio climático, lo que pone de relieve que los discursos negacionistas pierden calado en islas como la de Tenerife pese «al ruido mediático». Los autores querían estudiar este asunto en concreto por el calado que ha tenido en algunos países. Y es que en algunos lugares del mundo, las posturas que niegan la existencia del cambio climático y las que minimizan sus consecuencias se han llegado a instalar incluso en las instituciones políticas, frenando así la lucha contra el cambio climático. 

Los discursos negacionistas pierden calado en islas como la de Tenerife pese «al ruido mediático»

Canarias, sin embargo, está lejos de países como Estados Unidos donde más de una quinta parte de la población niega la existencia de este proceso o cree que se debe a causas naturales. De hecho, en Tenerife el 96% sabe a grandes rasgos en que consiste el problema, más de la mitad lo atribuye a la acción humana y el 87,6% ya percibe sus consecuencias en el día a día. 

Para ojos del autor principal del artículo, Jordan Correa, los resultados obtenidos son «reconfortantes» pues demuestran que el calentamiento global es un problema reconocido. Sin embargo, advierte que la mayoría desconoce aún los instrumentos legislativos de lucha contra el cambio climático. «En los últimos años se han puesto en marcha importantes iniciativas normativas, como la propia ley canaria contra el cambio climático, pero lamentablemente parece que su contenido no está llegando a la población», asegura Correa, que advierte que, aunque la gente considera el cambio climático como un problema real al que se debe poner freno, «no percibe compromiso de los poderes

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