SALUD Y GÉNERO

La mitad de las mujeres espera a tener síntomas graves para ir al médico

Una encuesta a 1.500 mujeres evidencia cómo la conciliación impacta en el autocuidado de las mujeres y revela cómo queda relegado en su escala de prioridades

Varias personas junto a un centro de salud.

Varias personas junto a un centro de salud. / RAFA ARJONES

Violeta Molina Gallardo

La mitad de las mujeres en España espera a tener síntomas graves para acudir al médico y hasta seis de cada diez en el caso de que tengan dificultades para conciliar. Los cuidados y las responsabilidades profesionales y familiares hacen que el autocuidado quede relegado en la escala de prioridades de la población femenina. La conciliación -y sobre todo la imposibilidad de conciliar y la ausencia de la corresponsabilidad- tienen un impacto en la salud, como pone de manifiesto la encuesta 'Las mujeres y la salud', elaborada a partir de la opinión de 1.504 mujeres residentes en España con edades comprendidas entre los 18 y los 75 años.

Se trata de una iniciativa de la farmacéutica Organon puesta en marcha por Psyma y que cuenta con el apoyo de la Universidad de Alicante. La catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública María Teresa Ruiz Cantero destaca que la conciliación es un determinante que introduce desigualdades en salud evitables: "Junto con los determinantes biológicos y sanitarios, existen medidas socioeconómicas y políticas que aplicadas de manera eficaz ayudan a mejorar la salud de las mujeres", precisa.

Aunque ya se conoce la relación entre el nivel socioeconómico y la salud, la farmacéutica responsable del estudio incide en que uno de los resultados más destacados de esta investigación es precisamente que se evidencia la relación entre la autopercepción de la salud de las mujeres y su capacidad para conciliar: a mayor conciliación, mejor autocuidado.

El 5% de las mujeres que concilian sienten que su estado de salud es malo o muy malo, la mitad que en el caso de las mujeres que no concilian (10%)

Siguiendo con esta categorización, el 72% de las mujeres que concilian creen que su estado de salud es bueno o muy bueno, frente al 65% que declara lo mismo en el grupo de las que no concilian. En el extremo contrario, el 5% de las mujeres que concilian sienten que su estado de salud es malo o muy malo, la mitad que en el caso de las mujeres que no concilian (10%).

Dedicarse tiempo

Dedicarse a una misma tiempo está directamente relacionado con las cargas familiares y el reparto de las tareas domésticas. Según la encuesta, las mujeres que pueden conciliar tienen más facilidad para dormir siete u ocho horas (61 % de encuestadas que concilian frente al 41 % de las que no pueden), solicitar revisiones ginecológicas (52 % frente a 39 %), acudir al médico cuando tiene dudas (41 % frente a 31 %) o practicar ejercicio físico de forma regular (39 % frente a 26 %).

Y no es que la población femenina no se preocupe por su estado salud: el 61 % confiesa que lo hace bastante o mucho y un 32 % de las mujeres encuestadas indicaron que su estado de salud es regular o malo. El 35 % declara que tiene alguna enfermedad diagnosticada y el 7 % afirma tener un problema de salud, pero no cuenta con un diagnóstico definitivo.

Consultas al médico

El 41% del grupo con posibilidad de conciliar consulta a su médico de Atención Primaria o al especialista cuando tiene dudas de salud, lo que en el caso de las mujeres que no pueden hacerlo ocurre en el 31% de los casos. En cuanto a realizar ejercicio físico de manera regular, el 39% de las mujeres que concilian trabajo y familia afirman que lo realizan, frente al 26% de las que no concilian trabajo y familia.

Según afirma la directora de la encuesta, al analizar la autopercepción del estado de salud y otros datos de promoción y prevención sanitaria, como procurar dormir 7/8 horas o practicar ejercicio físico regularmente, han observado un impacto directo de la conciliación, con la conclusión de que, a mayor conciliación, hay un mejor estado de salud y más condiciones que les facilitan promover su salud.

No llegan las horas

Otro aspecto destacado: del tiempo total del que disponen en una semana normal las mujeres que no concilian, el 35% lo destinan al trabajo fuera del hogar y el 15% al cuidado de terceros; mientras que las que concilian afirman dedicar un 21% de su tiempo al trabajo fuera del hogar y un 10%, al cuidado de terceros.

Por eso, señalan los autores del estudio, es entendible que las mujeres que no concilian indiquen que apenas destinan un 7% de su tiempo al ocio, un 7% al cuidado personal y un 4% a la práctica de deporte, todos hábitos asociados a un buen estado de salud. Las mujeres que concilian realizan estas conductas en mayor medida: un 12% de su tiempo al ocio, un 11,5% al cuidado personal y un 7% a la práctica de deporte.

Síntomas graves

La profesora María Teresa Ruiz Cantero ha abundado que, estos datos coincidentes con la literatura científica, confirman que "los múltiples roles sociales que desempeñan las mujeres influyen en la autopercepción de su salud, en el reparto de su tiempo y en la priorización del cuidado de sí mismas".

En este sentido indicó que "llama enormemente la atención el que el 50% de todas las mujeres suele esperar a tener síntomas graves para acudir al médico. Esta conducta asciende hasta el 58% en el grupo de mujeres que no concilian, pero no es mucho menor en el grupo de las que concilian, pues desciende hasta el 46%".

La perspectiva de género en Medicina y Salud Pública contribuye a explicar por qué y cómo los determinantes, como el de la conciliación entre otros, inducen desigualdades en salud evitables

La perspectiva de género en Medicina y Salud Pública contribuye a explicar por qué y cómo los determinantes, como el de la conciliación entre otros, inducen desigualdades en salud evitables comparando entre mujeres y hombres, pero también entre distintos grupos de mujeres.

Promover la salud

Toda esta información sobre conductas promotoras de la salud, como esta conducta ligada a la búsqueda de recuperación de la misma, suponen retos desde la perspectiva de la interacción sexo-género, indica la profesora, reconociendo que, junto con los determinantes biológicos y sanitarios, existen medidas socioeconómicas y políticas que aplicadas de manera eficaz ayudan a mejorar la salud de las mujeres, en este caso, pero también de los hombres cuando ambos sexos son incluidos en las investigaciones.

A este respecto en la encuesta también se pidió a las mujeres que priorizaran las áreas que requieren mayor atención en relación con su salud. De un listado cerrado con 20 opciones, cinco fueron señaladas por más del 20% de las mujeres: violencia de género (26%); menopausia (23%); conciliación laboral y familiar (23%); embarazo y fertilidad (22%) y envejecimiento activo (22%).