NEUROLOGÍA

Parkinson: en España hay un retraso diagnóstico de entre uno y tres años

Más de 150.000 personas padecen esta dolencia crónica y progresiva y, cada año, se diagnostican unos 10.000 casos nuevos en nuestro país donde los fisioterapeutas se quejan de falta de recursos públicos para rehabilitación

Un estudio analiza las diferencias por sexo en enfermedad de Parkinson.

Un estudio analiza las diferencias por sexo en enfermedad de Parkinson.

Nieves Salinas

La discapacidad y mortalidad de la enfermedad de Parkinson están aumentando más rápido que cualquier otra dolencia neurológica. En España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), más de 150.000 personas están afectadas por esta enfermedad crónica y progresiva y, cada año, se diagnostican unos 10.000 casos nuevos. Los especialistas recuerdan que no siempre es fácil identificar la dolencia de forma temprana. Es más, existe un retraso diagnóstico de entre uno y tres años y esto hace que, aproximadamente, un tercio de los nuevos casos estén aun sin diagnosticar.

Este martes 11 de abril, es el Día Mundial del Parkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor incidencia en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió recientemente que la prevalencia de esta enfermedad se ha duplicado en los últimos 25 años y este aumento ha producido que, en este tiempo, también se haya duplicado la pérdida de años de vida ajustados por discapacidad. En el 90% de los casos, la causa de la enfermedad sigue siendo desconocida, aunque la comunidad científica cada vez tiene más evidencias de que su origen es el resultado de una combinación de factores ambientales en personas genéticamente predispuestas.

Aumento de casos

El doctor Álvaro Sánchez Ferro, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN, explica que los avances diagnósticos y terapéuticos que ha experimentado esta enfermedad en los últimos años son algunas de las razones que explican este aumento de casos. Pero sobre todo, detrás de este incremento, dicen los neurólogos, está el progresivo envejecimiento de la población. La edad sigue siendo el principal riesgo para padecer la enfermedad. Sobre todo, a partir de los 60 años.

Con una esperanza de vida cada vez mayor en la población se calcula que, en España, el número de afectados puede triplicarse en los próximos 30 años

Los especialistas estiman que afecta a un 2% de la población mayor de 65 años y la prevalencia pasa al 4% a partir de los 80 años. Con una esperanza de vida cada vez mayor en la población, calculan que, en España, el número de afectados puede triplicarse en los próximos 30 años. En todo caso, hace tiempo que vienen avisando: la enfermedad no sólo afecta a personas de edad avanzada. Aproximadamente un 15% de los casos actualmente diagnosticados en nuestro país son de personas menores de 50 años.

La carga genética

Otro aspecto que resaltan es que, aunque tener un familiar cercano con la enfermedad aumenta las posibilidades de padecer este trastorno, sólo un 10% de los casos corresponden a formas hereditarias. "Teniendo en cuenta el desafío que supone el previsible incremento de nuevos casos de esta enfermedad, se hace muy necesario llevar a cabo estrategias de prevención sobre aquellos factores que ya sabemos que pueden aumentar el riesgo de padecerla", señala el doctor Álvaro Sánchez Ferro

Una persona mayor hace ejercicio.

Una persona mayor hace ejercicio. / EPE

Lo que saben los médicos es que un buen estilo de vida ayuda a protegerse contra la enfermedad de Parkinson y eso incluye realizar ejercicio físico de forma regular, apostar por la dieta mediterránea, o controlar la hipertensión y la diabetes tipo 2. Por otra parte, la exposición a pesticidas, a disolventes industriales, a la contaminación del aire, o a infecciones por helicobacter pylori o hepatitis C, también se han asociado, entre otros factores, a un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad. "Es necesario debatir programas de salud pública que eviten la exposición de la población a estos", remarcan los neurólogos.

10.000 casos nuevos

Cada año se diagnostican en España unos 10.000 casos nuevos de esta enfermedad caracterizada por producir diversos síntomas motores y no motores. Entre los primeros, los más habituales son el temblor y la lentitud de movimientos. Y además de los síntomas que ocurren al inicio, aparecen otros problemas con la evolución de la enfermedad como las fluctuaciones motoras se hacen presentes en más del 80% de los pacientes tras 5 y 10 años desde el diagnóstico.

Hasta en un 40% de los casos la primera manifestación del Parkinson es la depresión y, esto, puede llevar a diversos errores diagnósticos

Pero los síntomas motores no siempre son los primeros en aparecer al inicio. Hasta en un 40% de los casos, la primera manifestación del Parkinson es la depresión y, esto, puede llevar a diversos errores diagnósticos. Entre otros síntomas no motores destacan la ansiedad, los problemas cognitivos, trastornos del sueño, dolor, estreñimiento, problemas de deglución o en la función genitourinaria.

Se tiende a asociar la enfermedad únicamente a la sintomatología motora cuando, en realidad, se puede manifestar de muchísimas otras formas

Los neurólogos explican que se tiende a asociar la enfermedad únicamente a la sintomatología motora cuando, en realidad, se puede manifestar de muchísimas otras formas. Y de hecho, los síntomas no motores pueden llegar a ser, en muchas ocasiones, muy incapacitantes. Cuando los primeros síntomas no son los motores o no son tan evidentes puede ser complicado identificarla e incluso difícil de diferenciar de otros síndromes parkinsonianos. El doctor Sánchez Ferro señala que actualmente en España hay un retraso diagnóstico de entre uno y tres años y esto hace que, aproximadamente, un tercio de los nuevos casos estén todavía sin diagnosticar.

Los fármacos

Sobre el tratamiento farmacológico del que se dispone, los neurólogos indican que, aunque no logran detener el proceso degenerativo, resulta eficaz para mejorar la mayoría de los síntomas motores y para muchos de los síntomas no motores. Es una enfermedad neurodegenerativa, crónica y progresiva que afecta a muchos sistemas; entre ellos, al sistema motor, provocando rigidez, lentitud en el movimiento y temblor. Viene provocado por la falta de una sustancia llamada 'dopamina', que se encarga de que las personas realicen los movimientos con toda normalidad.

Los últimos estudios evidencian, además, que la dolencia no afecta a todas las personas por igual y existen diferencias en cuanto a sexo en los síntomasDepresión, fatiga y dolor son más frecuentes y/o severos en mujeres, mientras que hipomimia (disminución en la expresión facial), problemas del habla, rigidez e hipersexualidad son más comunes en los hombres. Son algunas de las conclusiones de un reciente estudio impulsado por el Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento (GETM) de la SEN, publicado en la revista Journal of Clinical Medicine.

Una mujer mayor en una residencia.

Una mujer mayor en una residencia. / EPE

Es el primer informe realizado en España que analiza las diferencias por sexo en la enfermedad de Parkinson en una gran cohorte de pacientes -410 hombres y 271 mujeres- y es uno de los mayores que se han llevado a cabo hasta la fecha en todo el mundo. Los investigadores detallan que diversos factores genéticos, hormonales, neuroendocrinos y moleculares parecen estar implicados en las diferencias en la patogenia de la enfermedad de Parkinson entre hombres y mujeres.

Saben que la incidencia y prevalencia de la dolencia es entre 1,5 y 2 veces mayor en hombres que en mujeres y que el inicio de la enfermedad en mujeres es ligeramente más tardío que en hombres, pero querían ver también cómo estos factores influyen en los síntomas motores y no motores de la enfermedad, en la calidad de vida y en la autonomía diaria de sus pacientes.

Los hombres con enfermedad de Parkinson muestran una mayor tendencia a desarrollar una mayor discapacidad relacionada con los síntomas no motores

El trabajo revela que los hombres con enfermedad de Parkinson muestran una mayor tendencia a desarrollar una mayor discapacidad relacionada con los síntomas no motores. Por el contrario, las mujeres ven más afectada su capacidad funcional para realizar las actividades de la vida diaria y la percepción de pérdida de calidad de vida también es generalmente mayor en las mujeres.

Las reclamaciones

Desde el colectivo de pacientes, la Federación Española de Párkinson (FEP) y sus asociaciones, han querido lanzar este año una campaña titulada 'Dame mi tiempo' en la que indicen en el desconocimiento en torno a la enfermedad y sus síntomas lo que, aseguran, provoca numerosos estereotipos y prejuicios. La desinformación, explica Alicia Campos, directora de la entidad, hace que, en muchas ocasiones, no se respeten los tiempos que las personas necesitan en el desarrollo de su actividad diaria y su vida social.

Las asociaciones de pacientes piden mayor empatía.

Las asociaciones de pacientes piden mayor empatía. / EPE

La fluctuación de síntomas suponen cambios son imprevisibles que limitan gravemente la calidad de vida de las personas e impactan directamente en esas relaciones. Los bloqueos de la marcha, la lentitud de movimientos, la falta de equilibrio al caminar, la rigidez facial o la alteración de la voz son síntomas desconocidos, aseguran desde la Federación que, recuerda, si se manifiestan cuando las personas están en espacios públicos o eventos sociales, "les sitúan en una posición vulnerable ante las miradas, gestos y actitudes de una sociedad que desconoce la verdadera complejidad de esta enfermedad". 

Más recursos públicos

El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), por su parte, ha aprovechado la conmemoración mundial para pedir un mayor respaldo desde el sistema público, que no cubre el tratamiento no farmacológico, como la neurorrehabilitación. Como tantas otras veces sucede, son las asociaciones de pacientes, sobre todo, quienes tienen que financiarlos.

Ana Herrero de Hoyos, presidenta de la Comisión de Fisioterapia en Neurología del CPFCM, explica que la fisioterapia hace posible el movimiento. El objetivo es mejorar la calidad de ese movimiento, consiguiendo un mayor control postural, estabilidad y una marcha más ajustada a la normalidad. Todo ello, para minimizar la espasticidad, la fatiga y temblores, además de prevenir futuras contracturas y lesiones. Actúa reeducando la postura, para prevenir dolores; trabajando la fuerza, tono muscular y elasticidad del sistema musculoesquelético o ejercitando las reacciones de equilibrio y enderezamiento, para así evitar caídas, concluyen los fisioterapeutas.