Misión a Júpiter

Guillermo Monreal, ingeniero español en el despegue de JUICE: "Cada lanzamiento se vive con una emoción única"

El científico zaragozano es uno de los técnicos que este jueves supervisa el despegue de la misión JUICE desde el puerto espacial de Kourou

A la izquierda, el ingeniero español Guillermo Monreal. A la derecha, ilustración de la misión JUICE sobrevolando Júpiter.

A la izquierda, el ingeniero español Guillermo Monreal. A la derecha, ilustración de la misión JUICE sobrevolando Júpiter. / ESA

Valentina Raffio

Este jueves, en el puerto espacial europeo de Kourou, en la Guayana Francesa, se respira un aire tenso. Hace meses que un equipo de científicos, ingenieros y técnicos se preparan para el despegue de la misión espacial JUICE: el proyecto más ambicioso hasta la fecha para explorar las lunas de Júpiter y averiguar si bajo sus océanos helados se esconde alguna traza de vida. "Cada lanzamiento espacial se vive con una emoción única. Da igual si has visto despegar decenas de otras misiones. Cuando llega el momento de la verdad, estás tan nervioso como si fuera la primera vez", explica entusiasmado el científico español Guillermo Monreal, uno de los técnicos que este jueves estará en la mesa de mandos supervisando el despegue de esta histórica misión. 

Monreal atiende la llamada de EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, desde el puerto espacial europeo en vísperas del despegue de la misión. "Llevamos mucho preparando este lanzamiento. Cada pieza, cada proceso, cada paso está revisado una y mil veces por parte de todo el equipo. Las misiones espaciales son un éxito compartido por miles de personas", explica el ingeniero zaragozano. La misión de este jueves, de hecho, lleva más de una década gestándose en varios centros de investigación de la Agencia Espacial Europea (ESA). Cada parte del proyecto ha sido diseñada por equipos de decenas de investigadores. Para que se hagan una idea de la magnitud de la misión, este jueves, solo en la mesa de control, habrá unos 90 profesionales controlando el despegue de JUICE.

"Cada pieza, cada proceso, cada paso está revisado una y mil veces por parte de todo el equipo"

Los preparativos finales para el lanzamiento de una misión demoran ni más ni menos que diez horas. Durante este periodo, se vuelven a controlar una vez más todos los parámetros técnicos de la misión como, por ejemplo, si todas las partes están bien conectadas y responden a los controles. La misión solo despega si las pruebas apuntan a que todo está funcionando correctamente. "Cuando empezamos la cuenta atrás, sabemos exactamente a qué nos enfrentamos durante esas horas de preparación", explica Monreal. "Al principio hay mucho frenesí en la sala de control y ves que todo el mundo va de un lado al otro completando tareas. Los últimos veinte minutos antes del despegue se hace el silencio más absoluto. Es ahí cuando sientes la tensión real", añade el ingeniero.  

"Todo está calculado"

Hace ya cinco años que este científico zaragozano trabaja en el puerto espacial de Kourou. Empezó en el equipo encargado de los sistemas de suelo (es decir, la base que proporciona la energía necesaria para el despegue de un cohete) y ahora trabaja como responsable de calidad de la etapa superior de los cohetes que se lanzan desde la base europea. "Me encargo de revisar la parte del cohete donde se almacena el satélite, que es el verdadero protagonista de la misión", explica. "Todo está calculado al milímetro. Cada tornillo, cada cable, cada sistema ha sido ensamblado siguiendo un protocolo muy estricto y ha sido revisado por más de una persona. Esto no es como las películas, no hay margen para la 'improvisación'", añade el científico. 

En el caso de JUICE, el ensamblaje final de la misión ha sido un tanto peculiar. Sobre todo porque, a diferencia de otros proyectos espaciales, esta nave ha tenido que montarse en entornos completamente estériles para evitar todo tipo de contaminación. "Uno de los objetivos de esta misión es buscar trazas de vida en Júpiter así que teníamos que asegurarnos de que saliera de la Tierra totalmente estéril", argumenta el ingeniero. "Más allá de las conocidas salas blancas, para el ensamblaje de esta misión hemos tenido que crear ambientes inertes con condiciones muy específicas para evitar todo tipo de contaminación de la nave. Así nos aseguramos que si el día de mañana JUICE encuentra alguna molécula orgánica en Júpiter no será un 'souvenir' que se ha traído de la tierra", comenta. 

"Uno de los objetivos de esta misión es buscar trazas de vida en Júpiter así que teníamos que asegurarnos de que saliera de la Tierra totalmente estéril"

El lanzamiento de este jueves también emociona porque se trata del penúltimo vuelo de la generación de cohetes europeos Ariane 5. Estos vehículos han sido, hasta ahora, los más emblemáticos del arsenal espacial europeo. En sus casi tres décadas de historia, estos cohetes han llevado al espacio un centenar de misiones científicas, satélites de telecomunicaciones y sondas espaciales de todo tipo. "He podido presenciar decenas de lanzamientos de Ariane 5, el cohete por excelencia de Europa, y me emociona pensar que estamos llegando al final de su historia", comenta Monreal. "Las misiones espaciales no son solo proyectos técnicos, sino que están cargadas de emoción", añade mientras se completa la cuenta atrás para el despegue de JUICE. 

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