Estudio científico

Captada la primera imagen de una estrella devorando un planeta

La revista 'Nature' publica el primer retrato de un fenómeno que en unos 5.000 millones de años también afectará a nuestro sol

Representación artística de una estrella tragándose un planeta.

Representación artística de una estrella tragándose un planeta. / K. MILLER/R. HURT (CALTECH/IPAC)

Valentina Raffio

Todo en el universo tiene un principio y un final. Las estrellas, por ejemplo, nacen casi por azar por una acumulación de polvo y gas, durante miles de millones de años desarrollan todo un ecosistema de planetas, satélites y asteroides a su alrededor y, eventualmente, en algún momento agotan su combustible y mueren. ¿Pero qué ocurre con todos esos cuerpos celestes que rodean a un astro cuando este desaparece? La revista 'Nature' publica la primera detección directa de una estrella moribunda devorando un planeta durante la última etapa de su vida: un fenómeno que en unos 5.000 millones de años también ocurrirá en nuestro Sistema Solar.

Un equipo internacional de científicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT), la Universidad de Harvard y la de Caltech ha logrado captar, casi de casualidad, los últimos días de un astro moribundo. Se trata de una estrella situada a unos 12.000 años luz de nosotros, en la constelación de Aquila, en nuestra misma galaxia. En mayo de 2020, durante una campaña rutinaria de observaciones, los astrónomos observaron un enigmático estallido en esa región del universo. "Era diferente a cualquier otra explosión estelar que hubiera visto en mi vida", explica el astrofísico Kishalay De. Y fue ahí cuando empezó la investigación sobre este suceso estelar.

"Es la primera vez que observamos algo así en directo"

Los datos captados mostraban lo siguiente. En la última etapa de su vida, esta estrella emitía una señal fría y duradera (síntoma de que, efectivamente, estaba apagándose). De golpe, según constatan los registros, su brillo se convirtió en 100 veces más potente. Y su tamaño se expandió drásticamente. "Estas observaciones solo son compatibles con el proceso de deglución de una estrella", explican los expertos que han liderado este análisis. "Hasta ahora teníamos indicios de qué ocurría antes o después de este proceso, pero esta es la primera vez que observamos algo así en directo", añaden.

El planeta devorado

Todo apunta a que el planeta devorado era, a grandes rasgos, como nuestro Júpiter. Es decir, un mundo gigantesco y caliente que durante miles de millones de años orbitó esta estrella y que acabó siendo engullido por esta. Los análisis sugieren que este planeta fue siendo atraído paulatinamente hacia estrella. Una vez alcanzó su atmósfera, el astro empezó a devorarlo y, finalmente, lo absorbió de todo. Todo este banquete estelar pudo ser observado gracias al gas liberado durante el proceso (que, para que nos entendamos, actuó como las migas que quedan tras comer una galleta).

"Hemos atrapado a la estrella en el acto. Esto es lo que hace que este descubrimiento sea realmente emocionante", explica Kishalay De. Este mismo proceso también ha sido observado en otros cuerpos celestes de nuestro cosmos. El telescopio espacial Hubble, por ejemplo, captó hace poco la imagen de un agujero negro devorando una estrella situada a 250 millones de años luz de nosotros. En este caso, el festín cósmico también fue observado gracias a las migajas que dejó el agujero negro tras tragarse el astro.

Según explican los astrónomos, este tipo de observaciones proporcionan una pista clave para entender qué pasará en nuestro propio Sistema Solar dentro de varios miles de millones de años. "Estamos viendo el futuro de la Tierra", argumentan los expertos. "Si alguna otra civilización nos estuviera observando a unos 10.000 años luz de distancia mientras el sol engullía la Tierra, verían que el sol brilla repentinamente a medida que expulsaba algo de material, luego forma una especie de masa de polvo a su alrededor antes de volver a ser lo que era", añaden. Pues en el universo, como decíamos al principio, todo tiene un principio y un final.