Un estudio alerta de un aumento de las muertes por ictus en 2030

Según los investigadores, la cifra de fallecimientos alcanzará los 4,9 millones a nivel global - Los expertos insisten en controlar los factores de riesgo

Una especialista analiza los resultados de la resonancia de un paciente

Una especialista analiza los resultados de la resonancia de un paciente / Europa Press

Un estudio publicado recientemente en la revista Neurology alerta de un incremento de las muertes por accidentes cerebrovasculares (ACV) en 2030. La investigación, liderada por Lize Xiong, de la Universidad Tongji de Shanghai, se centró en el ictus isquémico, que es el tipo más común. Para ello, los científicos analizaron los datos que maneja el Global Health Data Exchange, y que corresponden a un período que abarca entre 1990 y 2019. En el transcurso de este tiempo, el número global de muertes por esta causa pasó de 2,04 millones a 3,29. Ahora bien, la previsión del equipo es que el cómputo alcance las 4,9 millones dentro de siete años. ¿El motivo? El crecimiento y el envejecimiento de la población

«Este estudio hay que analizarlo teniendo en cuenta dos aspectos fundamentales. Por un lado, que es cierto que se espera un incremento en el número de ictus y en la mortalidad asociada, pero que a la vez la frecuencia de aparición de este problema está disminuyendo. Por otro, que la población mundial está aumentando y que ha crecido la esperanza de vida en los países en vías de desarrollo, algo que puede derivar en un aumento de los ACV porque son más frecuentes en las personas mayores», valora el doctor Ayoze González, jefe del servicio de Neurología y Neurofisiología clínica del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín.

Pero, ¿qué son los ACV? Según explica el experto, bajo este término se engloban todos los trastornos que tienen que ver con la circulación sanguínea cerebral. Existen dos tipos: el ictus isquémico y el ictus hemorrágico. El primero representa el 85% de todos los casos y se produce por una obstrucción de la arteria que lleva la sangre hacia el cerebro. El segundo aúna un 15% de los cuadros y lo causa la ruptura de un vaso sanguíneo, lo que provoca un hematoma en el interior del cerebro. 

Desencadenantes

Entre los factores de riesgo que están vinculados a su aparición, y que también mencionan en el estudio, figuran el tabaquismo, las dietas altas en sodio, la presión arterial elevada, los niveles altos de colesterol y azúcar, y tener un índice de masa corporal muy elevado. «Las medidas preventivas que hemos puesto en marcha en los últimos años funcionan. Por eso, la frecuencia de aparición de ictus en términos relativos ha disminuido, sobre todo, en los países occidentales», apunta el facultativo. 

Entre las acciones implementadas, destacan las mejoras en el control de la hipertensión y la diabetes, así como la promoción de hábitos de vida saludables. «Canarias es una de las comunidades españolas con mayor tasa de pacientes con hipertensión arterial y diabetes mellitus, esto hace que la prevalencia del ictus y la mortalidad sean algo mayores que en otras zonas de España», destaca el especialista del centro de referencia del área norte de Gran Canaria.

El tratamiento precoz puede revertir los daños que causan los accidentes isquémicos

Hay que señalar que el tratamiento en la fase aguda del ictus isquémico también ha mejorado con el paso del tiempo. Tan es así, que se si se aplican de forma precoz son capaces de revertir el daño que provoca. «Algunos de los recursos con los que contamos son la fibrinolisis intravenosa –que consiste en recanalizar una arteria a través de la eliminación del trombo o el coágulo que la obstruye– o la trombectomía mecánica, que es un procedimiento por el que se accede al interior de la arteria y se extrae el trombo que provoca el cuadro clínico», detalla el doctor González. 

En aquellos casos en los que no se pueden poner en marcha estas medidas, ya sea porque el paciente no acude a tiempo al hospital o porque no reúne los criterios necesarios para recibir alguno de estos tratamientos, el ictus puede provocar la muerte del afectado, o bien, producir muchas secuelas. «El ictus es la primera causa de mortalidad en mujeres y la segunda en hombres, pero también es una de las primeras causas de discapacidad», asevera el responsable del citado servicio. De hecho, las personas pueden presentar hemiplejia e, incluso, dificultades para caminar y comunicarse. 

Entre la sintomatología que puede alertar de la presencia de un ictus destacan las dificultades para expresarse, comprender el lenguaje o mover un lado del cuerpo, la pérdida de equilibrio, la parálisis facial y trastornos de la visión. «El principal factor de riesgo no modificable que condiciona la aparición de un ictus es la edad. Esto no significa que no pueda haber casos entre las personas jóvenes, pero es más habitual que surja a medida que se van cumpliendo años», remarca el sanitario. 

Hay que tener en cuenta que los pacientes que han sufrido un ACV son más propensos a padecer otro a lo largo de su vida. Por esta razón, es muy importante poner en marcha medidas de prevención secundarias. «El riesgo es mayor durante el primer año. Pasado este tiempo, las probabilidades se sitúan en un 4% anual», concluye. 

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