Universidad

Un estudio corrobora la seguridad de psicodélicos para tratar la depresión

El científico de la ULPGC Luis A. Henríquez firma un artículo que determina que no existe «dosis letal 50» en el uso terapéutico de la LSD, Peyote u hongos mágicos

El investigador Luis A. Henríquez-Hernández durante una conferencia.

El investigador Luis A. Henríquez-Hernández durante una conferencia. / LP/DLP

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

Cada vez son más los estudios con rigor científico que apuntan a la efectividad de sustancias psicodélicas para tratar con éxito enfermedades de salud mental como la depresión. Es el caso de la investigación de revisión bibliográfica realizada por el profesor de la Unidad de Toxicología del Departamento de Ciencias Clínicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Luis A. Henríquez-Hernández junto con la Asociación Científica Psicodélica de Canarias, en torno a tres psicodélicos clásicos, en el que recopilan información sobre las dosis que pueden resultar peligrosas y los riesgos para la salud de los pacientes. El informe concluye que, a pesar de sus diferencias moleculares y de mecanismos de acción, estas sustancias son eficaces a dosis muy bajas para tratar trastornos de salud mental, como la depresión severa, y no generan adicción ni tampoco se han descrito dosis letales.

«Hemos hecho una revisión de la bibliografía, porque no estaba recogido en un único trabajo lo que en toxicología denominamos la dosis letal 50 (DL50), que es un parámetro que se debe establecer para todas los sustancias posibles. Todos los fármacos tienen una dosis letal 50, que determina la dosis a la cual el 50% de los individuos expuestos a la misma fallecen. En el caso de los psicodélicos clásicos estudiados en ratas y ratones, se subía de dosis y los animales experimentaban ciertos efectos, pero nunca letales. Con los psicodélicos clásicos nadie ha muerto de sobredosis», indicó el especialista en Toxicología.

En el estudio se analizaron tres psicodélicos clásicos: Ergolaminas, entre ellas la dietilamida de ácido lisérgico o LSD, sintetizada por Albert Hofmann en 1938; Feniletilaminas, grupo al que pertenece la MDMA, que es una sustancia sintética cuya patente data de 1914, así como la mescalina, que es una sustancia natural que se encuentra en los cactus Peyote y de San Pedro; y las Triptaminas, grupo al que pertenece la psilocibina, que se encuentra en los llamados hongos mágicos.

Las sustancias investigadas tienen tasas muy bajas de adicción y muy altas en seguridad

El estudio, publicado en la revista Toxics bajo el título Hofmann contra Paracelso: ¿desafían los psicodélicos los fundamentos de la toxicología? Revisión sistemática de las principales ergolaminas, triptaminas simples y feniletilaminas, firmado por los investigadores Luis Alberto Henríquez-Hernández, Jaime Rojas Hernández, Domingo Quintana y Lucas Borkel, enfrenta el principio básico de la Toxicología relativo a que la dosis hace el veneno.

«En los tres psicodélicos clásicos que hemos estudiado, y teniendo en cuenta que la LSD no es una sustancia natural sino que sale del laboratorio, no hay muertes reportadas por sobredosis», confirmó el profesor Henríquez-Hernández, poniendo como ejemplo, en el caso de la LSD, que hay registrado casos de personas que han tomado hasta 500 veces la dosis «normal» de uso y, tras pasar por el trance regresaron sin mayor tipo de complicaciones. «Eso no deja de ser un misterio para la ciencia porque con los psicodélicos clásicos no se cumple el principio básico de la toxicología, implantado desde el siglo XVI desde que Paracelso dio la famosa frase de que la dosis hace el veneno».

Reclaman estudios científicos rigurosos sobre el papel de los psicodélicos en salud mental

Además de no registrar sobredosis, la investigación realizada confirma que estas sustancias, a dosis muy bajas son muy efectivas. Como ejemplo, el doctor Henríquez-Hernández cita la LSD. «Con muy poquita dosis, tienes muchísimo efecto, pero si subes mucho la dosis la gente no se muere, no le da un infarto, ni un golpe de calor. Evidentemente, si tomas este tipo de sustancias no puedes coger un coche o hacer prácticas de riesgo, como caminatas por sitios escarpados, pues la posibilidad de que te caigas es muy grande, porque tu percepción de la realidad está alterada».

En este sentido, el investigador de la ULPGC y miembro fundador de la Asociación Científica Psicodélica de Canarias, señaló la importancia de concienciar y educar a la población sobre estas sustancias, siempre para uso terapéutico y bajo el control del especialista. «Los psicodélicos, en ningún caso, deben ser de uso masivo, porque son sustancias con mucho poder psicológico, pero a nivel de uso terapéutico tienen resultados muy interesantes y efectivos en depresión, ansiedad y en algunos trastornos de personalidad».

«Set and settings»

El experto concluye, por un lado, que la sociedad no debe tener miedo al tratamiento con psicodélicos. «Nosotros acabamos el artículo diciendo que, en el caso de los psicodélicos, el set and settings hace el veneno. Es una expresión en inglés que significa el dónde lo tomas y por qué lo tomas. El por qué, para qué, cómo y con quién lo tomo es más importante que la propia dosis».

En segundo lugar, los autores del artículo sostienen que se ha de potenciar la investigación científica rigurosa, y no sesgada, en este campo para conocer la aplicabilidad clínica de este tipo de sustancias en trastornos psicológicos o psiquiátricos de difícil abordaje terapéutico. «Son capaces de acciones muy potentes a dosis muy bajas, tienen tasas de adicción muy bajas y tasas de seguridad muy altas, especialmente los psicodélicos clásicos. Quizás con la excepción de MDMA, las muertes notificadas históricamente no parecen ser responsabilidad exclusiva de la sustancia, sino más bien relacionadas con el entorno y las circunstancias de la ingesta. Para comprender este comportamiento único, la farmacogenética puede ser crucial. En vista de la situación actual con respecto a los psicodélicos, existe la necesidad de invertir en investigación básica, que aclare la farmacocinética de estas sustancias, así como su mecanismo de acción».

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