Estos son los coches en el punto de mira por la DGT: multas de hasta 600€

La Dirección General de Tráfico (DGT) se ha marcado un claro objetivo para este año: reducir en un 50% el número de accidentes con respecto al 2022. El organismo de tráfico ha querido recordar a todo el mundo la necesidad de seguir las normas, no solo para evitar posibles sanciones, sino para reforzar la seguridad vial y ayudar a salvar vidas. 

El exceso de velocidad y las maniobras temerarias son una de las causas principales de los accidentes de coche. Por ese motivo, la DGT ha aumentado el número de radares repartidos por todas las vías en España. Pero otro de los motivos que aumenta la probabilidad de producir un siniestro es el estado del vehículo y para ello las ITV se han vuelto cada vez más duras con las pruebas. Ahora el organismo de tráfico se ha marcado un objetivo: reducir aquellos vehículos que superan el exceso de ruido. 

Los agentes de tráfico pueden sancionar con 600 euros de multa a aquellos conductores que su vehículo supere el límite de ruido establecido por la ley. Cabe recordar que en el caso de las ciudades, son los propios ayuntamientos quienes establecen este límite. El objetivo de ello es reducir la contaminación acústica en los núcleos urbanos. Según la normativa, solo se podrá superar en 4 dB.

Los radares medusa llegan a España

En España se sigue muy de cerca la normativa que rige en otros países y se ha tomado buena nota de los nuevos radares instalados en algunas ciudades de Francia para frenar la contaminación acústica. Se trata de un nuevo sistema conocido como ‘radar medusa’ y podría multar a aquellos que sobrepasen el límite.

Este nuevo radar cuenta con cinco micrófonos para medir los niveles de decibelios que producen los vehículos en el interior de la ciudad. Además, también cuenta con una cámara de 360 grados para poder captar la matrícula de los infractores. Los micrófonos del ‘radar medusa’ son capaces de captar los sonidos hasta diez veces por segundo.

De hecho, este nuevo aparato ya ha sido visto en algunos puntos de Barcelona, y aunque todavía no ha sido adquirido por la DGT, los radares medusa podrían terminar llegando a España para controlar el sonido de los vehículos en los grandes núcleos de población.