Una empresa comprometida en la lucha contra el cambio climático

Banco Santander ha conseguido el objetivo de tener una huella de carbono cero gracias a su estrategia para reducir sus emisiones de C02 y la compensación de aquellas emisiones remanentes que no es posible reducir.

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2139818309 / Black Salmon

El cambio climático está generando desafíos significativos para las empresas que tienen que tomar medidas para reducir las emisiones y adaptarse a prácticas empresariales más sostenibles. Las empresas pueden aumentar su resiliencia y mitigar los impactos negativos del cambio climático en sus operaciones. La liberación de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, están contribuyendo al calentamiento global y su impacto está siendo cada vez más evidente, desde fenómenos climáticos extremos hasta la pérdida de biodiversidad. En este contexto, cada vez son más las empresas comprometidas en la lucha contra el cambio climático, como es el caso de Banco Santander que, desde 2020, son neutros en carbono en su propia actividad. Esto implica la adopción de prácticas empresariales más sostenibles, como la mejora de la eficiencia energética, la utilización de fuentes de energía renovable, la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles y la promoción de prácticas de consumo responsable.

¿Cómo han reducido la huella de carbono?

Banco Santander lleva midiendo su huella medioambiental desde 2001. Además, el Plan de Eficiencia Energética y Sostenibilidad 2022-2025 de la entidad incluye más de 100 medidas para reducir el consumo de energía en un 2,6% y las emisiones en un 35,4%. Dentro de la estrategia para reducir el impacto ambiental de sus operaciones se encuentra la reducción y compensación de las emisiones de C02, la reducción y gestión de los residuos de forma responsable, y la realización de campañas de sensibilización a empleados respecto a los problemas medioambientales. De hecho, cada año lanza campañas locales y globales de sensibilización sobre la importancia de reducir el consumo y los residuos. También han apostado por plazas para vehículos eléctricos e híbridos enchufables en sus edificios subvencionando, incluso, el coste de la electricidad para los empleados. Asimismo, concretamente en España, se han instalado 8 MW de paneles solares en diferentes edificios para autoconsumo. En total, el 88% de la energía que se consume en los edificios corporativos del banco procede de fuentes renovables, un porcentaje que alcanza el 100% en el caso de Alemania, España, México, Portugal y Reino Unido.

Desde 2011, las diferentes iniciativas de eficiencia energética y sostenibilidad les han permitido reducir un 33% el consumo de electricidad, un 71% las emisiones de CO2 y un 80% el consumo de papel.

Los clientes en un rol activo

Pero el objetivo de la entidad financiera es mucho más ambicioso y buscan ser neutros en carbono en 2050 ayudando a sus clientes en la transición a una economía sostenible reduciendo al mismo tiempo su propia huella de carbono. Para ello, en 2022 lanzó una funcionalidad pionera en su app y web para que los clientes en España puedan medir su huella de carbono a partir de las compras realizadas con sus tarjetas Santander y recibos domiciliados. Gracias a esta iniciativa, los clientes pueden comprobar su huella de carbono de forma mensual, que aparece descrita en el equivalente a kilos de CO2 emitidos a la atmósfera y agrupados por categorías: alimentación, supermercados y compras, casa y hogar, transporte y automoción, ocio, educación y salud, servicios y otros.

Además, los clientes tienen acceso a una serie de consejos ecológicos por cada categoría, información relevante y preguntas frecuentes que les ayudarán a ser parte activa en la transición hacia una economía más sostenible. Pero además de esta funcionalidad, los clientes pueden ir un paso más allá y compensar sus emisiones de carbono colaborando de forma voluntaria en distintos proyectos que tratan de evitar nuevas emisiones o absorber las ya emitidas, lo que en el mercado se conoce como créditos de carbono.

Un crédito de carbono es una unidad internacional que representa la reducción de gases de efecto invernadero (GEI). Cada crédito de carbono equivale a una tonelada de CO2 evitada o absorbida en la atmósfera. Este instrumento de compensación está contemplado en el Protocolo de Kioto de las Naciones Unidas. Gracias a la tecnología blockchain utilizada, todas las transacciones de compensación de carbono son trazables, lo que permite garantizar su impacto real en la lucha contra el cambio climático.

Este proyecto es un paso más en la estrategia de sostenibilidad de Banco Santander, lo que le ha valido convertirse en la única entidad en España que permite compensar las emisiones de carbono generadas mediante la compra de créditos de carbono a través de la plataforma ClimateTrade y la plataforma de donaciones de Mastercard.

Con esta acción, Banco Santander da a sus clientes la posibilidad de apoyar iniciativas de generación de energías renovables, conservación de ecosistemas o reforestación de bosques, así como el impacto positivo que cada una de ellas genera.