Orgullo LGTBI 2023 | Alma Cruz Activista trans

Alma Cruz: "Sigue habiendo algo de transfobia dentro del propio colectivo LGTBI"

La joven Alma Cruz cumplió el pasado mes de abril 21 años de una vida que no siempre ha sido fácil para ella. 

La joven Alma Cruz, hace unos días en el parque Santa Catalina en Las Palmas de Gran Canaria.

La joven Alma Cruz, hace unos días en el parque Santa Catalina en Las Palmas de Gran Canaria. / Juan Castro

¿Qué recuerda de su infancia?

El recuerdo que tengo es de cuando tenía unos tres o cuatro años y en el colegio se burlaban a veces de mí. Me decían que era una chica o que era muy marica. Sí que me acuerdo una vez que mi hermano me soltó en una discusión que era una nena. Me quedé mirándome en el espejo y me di cuenta que me sentía mujer. Ya de adolescente, cuando empecé con la pubertad, comencé a tener bastantes problemas, tuve una depresión muy fuerte, por temas exteriores, y sufrí bullying. El punto de inflexión más intenso fue de pequeña. Yo quería ser una chica, me encantaba juntarme con mis primas y estar en un ambiente más femenino, pero eso despertaba más acoso. 

Fue una etapa dura...

Sí. Se metían conmigo y me acuerdo que había un chico en mi clase, que se juntaba mucho con las chicas, y al ver como la gente le acosaba y se metía con él yo me retraje y me reprimí mucho. Intenté tener comportamientos más masculinos. De hecho, siempre me han gustado los videojuegos y recuerdo que hacía partidas cogiendo personas o roles femeninos y luego los borraba por miedo.

Habla de su adolescencia. ¿Cómo fue ese periodo?

Tuve bastantes problemas. Me empecé a aislar porque no entendía lo que me estaba pasando. Me acuerdo que un día exploté, empecé a llorar y se lo conté a mi madre. Le dije que me sentía mujer, que quería ser una chica. No sabía como empezar, ni dónde acudir, y tenía mucho miedo. Ese mismo año había conocido en mi instituto a un chico trans y eso me ayudó a ver que era algo normal. La percepción que tenía hasta ese momento de las personas trans era que eran raros y objeto de burla en la televisión, por ejemplo. La imagen que tenía era que si eras trans ibas a estar condenada de por vida. Conocerle me ayudó muchísimo a aceptarme. 

Fue algo duro.. 

Sí. Es un proceso muy fuerte porque tienes que eliminar de tu cabeza pensamientos que tu misma te has impuesto para evitar despertar dudas o que se metan contigo, como un mecanismo de autodefensa. De pequeña el rol de género en los juguetes me daba igual, me gustaban tanto las muñecas como los action man. Aunque mi género asignado al nacer fuese chico mis padres, por suerte, no me dieron una educación muy estricta en ese plano. Pero es verdad que socializas, te juntas con gente y lo que educan sus padres a esos niños les acaba calando. Me acuerdo que al principio no me gustaba tener amigas porque me sentía una invasora, como si no se sintiesen bien conmigo. 

¿Qué cree que le faltó?

La falta de referentes. Entiendo que es algo difícil porque al ser una persona trans, dependiendo de los pasos y lo que hayas vivido en tu vida, puedes tener mucho miedo a salir públicamente. Ya hay un miedo muy grande cuando lo haces a tu familia y a tus personas más cercanas, ya salir en público puede dar más temor. Lo he pensado ahora que acabo de terminar mi formación como programadora informática, y ver a mujeres programadoras a mi me ha animado muchísimo. Una vez navegando por Twitter me encontré con el perfil de una profesional que era una mujer trans y eso me animó mucho. Muchas tienen aún miedo de mostrarse por el rechazo. Es lo que a mí me ayudó a meterme en esta profesión y lo que me ha animado a cambiar esa percepción errónea. 

Se dice que la comunidad LGTBI tiene a las personas trans olvidadas, ¿Lo ha sentido?

Siempre me ha gustado informarme y estar en el movimiento LGTBI. Veía dentro de la propia comunidad mucha transfobia y a día de hoy la sigo viendo pero sí que noto un cambio de percepción, un cambio de vista. Aunque no les guste ya no nos atacan o nos hacen daño. La palabra trans le sigue chirriando a mucha gente pero el respeto va ganando. Antes había un tabú con esa palabra y creo que poco a poco se va quitando. Aún queda mucho camino.

El odio en las redes me hizo pensar que si salía a la calle me exponía a que me agredieran o vejaran

En los últimos meses se ha incrementado el odio hacia las personas trans en las redes, ¿Cómo lo ha vivido?

Ha sido muy duro. Estuve unos años aislada, empecé a desarrollar fobia social y agorafobia y en parte fue por la ola de odio que veía en redes sociales. No percibía el mundo tal y como era sino a través de las redes sociales, y había muchísimo odio. Eso me hacía pensar a mí, en ese momento tan delicado y crítico que estaba viviendo, que sí salía a la calle me exponía a que me agredieran, me insultasen o me vejasen. De hecho una vez me escupieron por la calle, no se si fue porque les parecía fea, porque me oyeron hablar y notaron que tenía voz grave u otra cosa. Pero me escupieron en la calle, son cosas que te hacen dudar. 

¿Cómo ve su futuro?

Lo veo bastante bien. Estoy en programación, me quiero dedicar a ello y he descubierto que es algo que me apasiona. Vengo de estar aislada, de no ser muy sociable y ser retraída pero creo que es muy necesario contar mi historia. Es vital que la gente lo haga, la que quiera, porque algunas por mucho que quieran, ya sea por la situación familiar o por tema personal, no pueden. A veces el rechazo que puedan sufrir es más grave que su propia libertad. Creo que es necesario escuchar estas historias y darles voz.

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