La realidad virtual revoluciona la experiencia oftalmológica

Las gafas de realidad virtual han revolucionado la experiencia de los pacientes en las pruebas oftalmológicas. Y es que para las personas con problemas cervicales o con movilidad reducida es mucho más cómodo someterse a determinadas valoraciones haciendo uso de este recurso que a través de los dispositivos tradicionales. Un ejemplo lo pone la campimetría o campo visual. «Esta prueba la realizamos para diagnosticar y evaluar la evolución de varias patologías, entre ellas el glaucoma, y siempre se ha hecho utilizando un aparato que requiere que el paciente esté sentado con la cabeza hacia delante y que mantenga esa posición durante tres o cuatro minutos por cada ojo. Algunas personas no aguantaban en esta postura por distintas circunstancias, pero gracias a las gafas ya no existe este problema», señala la doctora Josefina Reñones, responsable de la unidad de Glaucoma y del departamento de Investigación en la clínica Vithas Eurocanarias. 

Pero, ¿cómo se utiliza esta innovación tecnológica? Basta con colocar las gafas y dotar a los pacientes de un pulsador que cuenta con varios botones. A partir de ahí, deberán seguir las instrucciones de los oftalmólogos. «Los usuarios están encantados, ya que se sienten más relajados y pueden adoptar la posición que prefieran. Para nosotros también ha supuesto un gran avance, pues hemos podido aumentar el abanico de candidatos a someterse a esta prueba», apunta la profesional del centro grancanario. 

«Los usuarios están encantados, ya que se sienten más relajados», dice la doctora Reñones

Otro de los exámenes que se puede llevar a cabo con este dispositivo de realidad virtual es el test de estereopsis, que consiste en una prueba de visión en tres dimensiones. Al listado se suma la prueba de sensibilidad al contraste, que a pesar de que no se suele emplear con frecuencia, aporta mucha información sobre el estado visual del paciente. 

Diagnóstico completo

«Esta capacidad la solemos medir con la agudeza visual y, a veces, con la campimetría. Sin embargo, si añadimos también la información de la sensibilidad al contraste, obtenemos un diagnóstico mucho más completo», valora la especialista, que además informa de que la prueba se realiza de una forma muy rápida, intuitiva y cómoda para los pacientes. 

Para los niños, las gafas de realidad virtual también resultan muy atractivas. Tan es así, que colaboran más con los oftalmólogos y manifiestan una conducta menos inquieta en las consultas. «Por ahora, estamos muy contentos. Todo lo que contribuya a mejorar la experiencia del paciente y la facilidad para someterse a las pruebas constituye una gran noticia», subraya la experta. 

Según afirma la doctora Reñones, esta tecnología aterrizó en junio en Vithas Euroconarias. Ahora bien, ¿son igual de fiables los resultados que los que arrojan los métodos diagnósticos tradicionales? Tal y como indica, aún no hay estudios suficientes que hayan establecido una comparación entre las distintas opciones. «Estamos ante un recurso muy moderno, por lo que es necesario que se realicen más investigaciones al respecto y más estudios científicos que demuestren si los resultados son tan fiables como los de los aparatos de siempre. De momento, nuestra valoración es muy positiva», concluye la facultativa. 

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