Retorno a las aulas

La FP afronta el nuevo curso con el complicado reto de implantar la modalidad dual

La nueva ley convierte toda la formación profesional en la modalidad que combina formación y prácticas remuneradas en empresas

Visita de estudiantes de FP al laboratorio de microbiología del Hospital Vall d’Hebron.

Visita de estudiantes de FP al laboratorio de microbiología del Hospital Vall d’Hebron. / Joan Puig

Olga Pereda

La nueva ley de formación profesional, aprobada el año pasado en el Parlamento, se estrenará completamente en las aulas este septiembre. Al menos, en teoría. En la práctica, su implementación será mucho más complicada. La norma convierte toda la FP en dual, modalidad que combina la formación en el centro educativo con las prácticas remuneradas en las empresas (que pueden durar hasta los 12 meses o más, ya sea con una beca o con un contrato laboral).

La conversión de toda la formación en dual para combinar estudios y empleo será progresiva y complicada dado el impacto económico que conlleva

Sin embargo, consciente de la revolución que implica para las empresas y los centros, el Gobierno concedió al texto legislativo un largo periodo de transición. Algunos ciclos, y algunas autonomías, se reconvertirán antes que otros. Estos son algunos de los retos a los que se enfrenta la FP este curso. 

El tipo de formación

“La conversión de la FP tradicional a la dual se hará poco a poco y necesitará la estrecha colaboración de Gobierno, autonomías, empresas y centros educativos”, explica Samuel Bentolila, profesor de Economía en el Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI) y coautor del estudio 'El impacto de la FP dual en la inserción laboral en Catalunya', del Observatorio Social de la Fundación ‘la Caixa’.

Bentolila destaca que la norma, en su letra pequeña, contempla la FP general y la intensiva. La general equivale a la FP tradicional (con menos tiempo en la empresa, unos tres meses y no remunerados). “La general seguirá dominando a la intensiva, que crecerá pero no tan rápido”, pronostica el profesor. 

El papel de las empresas

La FP dual no es nueva. Lleva en el sistema educativo desde el curso 2013-14. Sin embargo, su implantación ha sido lenta. El porcentaje de alumnos y alumnas matriculadas en esta modalidad es del 5,5% (curso 2020-21). Madrid, Catalunya y País Vasco superan, incluso doblan, la media española. Euskadi, por ejemplo, se ha marcado como objetivo que el 100% del alumnado (actualmente hay 44.813 estudiantes) se matricule en la modalidad dual en el curso 25-26. 

“No es casual que la implantación de la FP dual haya sido históricamente lenta. Los estudiantes que la cursan pasan más tiempo en la empresa y eso tiene consecuencias. Por un lado, tienen que recibir un salario, cosa que no pasa en la FP estándar, donde las prácticas duran tres meses. Para las empresas, por lo tanto, es más costosa la FP dual”, subraya el coautor del estudio de La Caixa.

El coste lo asume íntegramente la empresa. “Las grandes lo pueden asumir sin problemas. Pero las pequeñas y medianas -que son la inmensa mayoría- lo tienen más difícil”, concluye Bentolila.

Para fomentar estas contrataciones, el Gobierno subvenciona las cotizaciones a la seguridad social. “Más allá de esto no creo que haya ayuda financiera adicional. Para lanzar la nueva FP sí sería buena idea, aunque sea de forma transitoria, incorporar algún tipo de ayuda adicional. Que yo sepa, no está contemplada”, explica este investigador. 

Una clase de FP en el instituto Pompeu Fabra de Badalona.

Una clase de FP en el instituto Pompeu Fabra de Badalona. / Jordi Otix

Las notas del alumnado

La empresa, además, debe designar un tutor para vigilar y evaluar al aprendiz. Esta figura no es nueva, ya existe en la FP estándar. Lo que sí hace la nueva ley es elevar el peso de la nota que pone el tutor en la calificación final del estudiante. La experiencia demuestra que, normalmente, los tutores suelen poner buenas notas, así que los aprendices no tienen que estar temerosos.

Centros y profesores

Bentolila recuerda que la FP es cara porque necesita no solo aulas sino talleres y maquinaria. “Las grandes empresas regalan o subvencionan equipos a los centros porque así los estudiantes se familiarizan con ellos”, explica el profesor, que lamenta que la financiación pública no llegue a todos. El experto destaca otro problema: el de los profesores de FP. “Están muy mal pagados. Y, además, sobrecargados de trabajo. No se dotan las suficientes plazas. Hacen jornadas larguísimas y tienen también las tutorías y las conversaciones con los tutores de las empresas. Todo esto lo está aprovechando el nicho del sector privado. Evidentemente, es saludable que, si hay demanda, el sector privado responda. Ellos no tienen las restricciones presupuestarias del sector público", analiza el experto.

Más demanda que oferta

Fuentes del Ministerio de Educación recuerdan que la FP oferta más de 150 ciclos formativos dentro de 26 familias profesionales. Actualmente, en España, la FP atrae al 12% de los jóvenes estudiantes frente al 25% de media europea. Tras años de injusto desprestigio académico, estos estudios han vivido un considerable aumento. El boom ha sido de tal calibre que el resultado es que muchos alumnos se han quedado sin plaza en los centros públicos, algo que, con toda probabilidad, ocurrirá también este curso. “Lo ocurrido en los últimos cursos ha sido dramático. Veremos qué ocurre este año”, se lamenta el profesor Bentolila. En Catalunya, sin ir más lejos, este curso, marcado por el descenso de alumnado en infantil y primaria, la FP gana estudiantes y, en cambio, Bachillerato los pierde: concretamente, la FP de grado medio gana 3.271 alumnos y el bachillerato pierde 1.656. Los alumnos de FP básico –al que pueden acceder los alumnos con 15 años cumplidos sin el título de ESO- pasan este curso de 984 a 1.710, prácticamente el doble.

Las microformaciones

Fuentes ministeriales recuerdan que la nueva norma permitirá ampliar la oferta en más de 9.000 formaciones de muy diversas duraciones y tipologías, estructuradas en grados. Desde las llamadas microformaciones (grado A, que no incluirán tiempo de prácticas , hasta los títulos de FP y los cursos de especialización o másteres de la FP (grado D y E).

Con esto ocurre igual que con la modalidad dual, una cosa es lo que diga la ley y otra ver si en la ciudad o comunidad autónoma de residencia, el alumno encuentra el grado que quiere cursar o la microformación, algo completamente nuevo y que también se está llevando a cabo en la universidad. A partir de enero de 2024, las facultades públicas españolas empezarán a ofertar formaciones de corta duración dirigidas a la población de entre 25 y 64 años. Los centros contarán con un presupuesto de 50 millones de euros, procedentes de los fondos europeos, para poner en marcha el ambicioso proyecto y formar así hasta junio de 2026 a un mínimo de 60.000 personas. La nueva formación consistirá en cursos de un mínimo de 25 horas (un crédito) hasta los 15 créditos.

En el caso de la FP, las microformaciones serán cursos especializados y elementales de aproximadamente 50 horas lectivas en centros oficiales.

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