Consejos expertos

Y si mi hijo de seis años ya ve porno, ¿qué hago?

Dos expertas alertan que el consumo de estos vídeos explica el aumento de la violencia de género

Aconsejan cómo detectar a un hijo maltratador o a una víctima

Un niño mirando la pantalla de un móvil en su cama.

Un niño mirando la pantalla de un móvil en su cama. / REDACCIÓN

Mar Mato

En una familia se enteraron de que el hijo pequeño de seis años veía filmes porno porque un día pidió ver “las otras películas”. Los padres le preguntaron a qué se refería y el pequeño respondió: “Esas en las que las señoras dicen ah, ah, ah”. La sorpresa fue enorme. Al final, supieron que había empezado a ver esos filmes con sus hermanos mayores.

La anécdota es real y fue recordada días atrás en una charla de una psicóloga (Almudena Álvarez) y una educadora (Carmen Raña) a madres y padres más profesorado en el Colexio Plurilingüe Igrexa de Chapela (Redondela). De inmediato, la psicóloga Almudena Álvarez dio respuesta a la pregunta que mentalmente flotaba. ¿Qué hacer ante tal situación?

“La manera de actuar debería ser sentarse con el hijo y empezar a hablar. No es esa la edad idónea para hacerlo pero al haber visto lo que vio ahora hay que explicarlo. Nos llaman la atención las violaciones grupales donde los chicos son muy jóvenes, incluso en colegios. La educación sexual que están recibiendo es el porno. Ellas no saben y se dejan hacer porque son los referentes que tienen. También es el referente de los chicos que piensan que son los machos y que pueden hacer con ellas lo que quieran”, señaló.

Las dos expertas –que arrancaron sus charlas de “Prevención de la violencia de género desde la base” en septiembre– aconsejaron a los adultos allí presentes que generen “climas de confianza” con las hijas e hijos. “Hay que buscar momentos para hablarles desde pequeñitos. Por ejemplo, la cena. Con tres o cinco años, se puede empezar. No hace falta conversaciones profundas. Así, saben, cuando tengan doce años, que en ese tiempo los van a escuchar, que les darán respuestas”, añadió.

Incremento violencia de género

Estas expertas coincidieron en que el consumo de material pornográfico desde la infancia o adolescencia está detrás del incremento de la violencia de género en menores.

Mostraron una gráfica de menores enjuiciados por violencia de género en los últimos años con datos del Consejo General del Poder Judicial. En 2013, se contabilizaron menos de 200 menores para en 2021 superar los 500. Sin embargo, en 2022 dieron el salto hasta 1.476. De estos, un total de 952 habían cumplido los 16 o 17 años mientras que 524 contaban con 14 o 15.

“No quiero que salgáis de aquí pesimistas pero es una realidad y hay que afrontarla”, señaló Almudena Álvarez para indicar tirar abajo una creencia fuertemente implantada: “En 2022, de los 1.476 menores, 1.290 eran españoles y el resto extranjeros. Esto rompe un mito”.

Entre los asistentes, una madre señaló: “Cuanta falta hacía ponerle esta gráfica a mucha gente”. El padre sentado al lado añadió: “No lo creerían. Dirían que es mentira y que está manipulado”. “Los datos son del Consejo del Poder Judicial”, recalcó la psicóloga.

Dieron consejos sobre cómo detectar si nuestra hija está siendo víctima de violencia de género o nuestro hijo un maltratador

Para rebajar estas cifras, propusieron las expertas empezar a educar en el respeto a la mujer desde Infantil y Primaria, pero también dieron consejos sobre cómo detectar si nuestra hija está siendo víctima de violencia de género o nuestro hijo un maltratador.

En el caso de las chicas, “en primer lugar, se da el aislamiento de sus amigas y su familia para que, si ella se da cuenta de lo que sucede, se sienta sola y no tenga a quien acudir”, aclaró Álvarez.

Cambios emocionales

Otro elemento son los cambios emocionales; “Hay –añadió– que tener cuidado porque en estas edades los cambios de humor son constantes. Hay que ver otras variables. En estas se encontraría la comunicación constante con su pareja teniendo que estar siempre localizable por él, por ejemplo, vía móvil”. Además, apuntaron los celos (no le gusta que hable con otros chicos, por ejemplo); sugerencias masivas de la pareja acerca de cómo peinarse, maquillarse o vestirse; y la justificación de ella de las reacciones agresivas o violentas de él.

“Son señales que muchos padres y madres asumiríamos como comportamientos normales de la adolescencia”, alertó la psicóloga.

“Son señales que muchos padres y madres asumiríamos como comportamientos normales de la adolescencia”, alertó la psicóloga. Pero las familias también deben estar atentas si tienen un hijo. “Un papel fundamental es ser consciente si tenemos a alguien en casa que no hace bien las cosas. Esto cuesta mucho más reconocerlo, porque es como reconocer un error, un fracaso personal al pensar cómo educaste a tu hijo”, indicó Álvarez. Por ello, ofreció diferentes tips para detectar el comportamiento machista: si es posesivo al considerar que su pareja le pertenece; si trata de aislarla; si presenta comportamiento abusivo o agresivo hacia su familia o amigos; si sufre bruscos cambios de humor mostrándose amable o cruel; si tiene dificultad para controlar sus impulsos; si amenaza a su pareja con hacerle daño o si la ha empujado o golpeado de algún modo.

Edad primera vez pornografia.

Edad primera vez pornografia. / SIMÓN ESPINOSA

A la hora de prevenir, animaron a trabajar desde Infantil dando ejemplo en casa promoviendo juegos igualitarios (muñecas para los niños así como el baile o cocinar), ofrecer cuentos o películas donde los niños tienen miedo y lloran, acompañarlos cuando vean la televisión o internet para que el tratamiento que se da a la mujer en los contenidos es el correcto y hacerles reflexionar sobre los celos y abusos.

Adiós al amor romántico y al “sin ti no soy nada”

La educadora Carmen Raña abogó por dar carpetazo a la idea del amor romántico erradicando frases como “el amor todo lo puede”, “no hay amor verdadero sin sufrimiento”, “es mío, es mía”, “no se puede ser feliz sin pareja”, los celos demuestran amor”, “sin ti no soy nada” o “el amor verdadero es eterno”. En este punto, tanto ella como la psicóloga Álvarez recomendaron analizar las letras de las canciones que oyen nuestros hijos para conversar con ellos y ellas sobre los contenidos invitándoles a reflexionar sobre lo que dicen sobe las relaciones amorosas, las mujeres o los hombres. También indicó Raña que es hora de que cambiemos la mirada y el lenguaje. Por ejemplo, hay que dejar atrás el llamar a una niña, chica o mujer terca si es insistente mientras que si es varón lo denominamos tenaz. Calificar a una mujer como niña como cotilla si pregunta mucho mientras que ellos son considerados inteligentes también se debería cambiar. Si es audaz, la chica es vista como impulsiva pero el chico como un valiente o si no comparte ella es egoísta y él defiende lo suyo (otros machismos).