Formación del profesorado

Educación y universidades preparan cambios en el grado de Magisterio y el máster de secundaria

Una calendarización aproximada que supone que estos nuevos planes podrían empezar a aplicarse en 2026

Facultad de Educación de la Universitat de Barcelona (UB).

Facultad de Educación de la Universitat de Barcelona (UB). / LAURA GUERRERO

Helena López

El divorcio entre lo que se enseña en las facultades de Educación -la conocida como "formación inicial" de los docentes- y lo que se les exige después a los profesores en las escuelas es uno los puntos débiles del sistema identificados por todos (mucho antes de PISA) en los que ya se está trabajando, aunque no se resolverá a corto plazo. Los actuales planes de educación del grado universitario de Magisterio se pusieron en marcha en 2008 y la necesidad de su revisión es un clamor tanto en las propias facultades como en el Departament d'Educació -uno de los principales afectados por la cuestión- y también en el Ministerio de Universidades, que es quien al final tiene la llave.

No puede ser que de los 240 créditos del grado de Magisterio solo haya seis de sistema inclusivo, cero de inmersión lingüística y cero de coeducación

Anna Simó

— Consellera de Educació

El pasado mes de marzo, el ministerio hizo una propuesta no consensuada que no sentó bien a los decanos de todas las facultades del Estado, quienes forzaron su retirada para trabajar un documento acordado, y en eso andan. Se está trabajando en un nuevo plan para todas las especialidades -Infantil, Primaria y Secundaria- que, si todo va bien, estará lista el próximo otoño. Es decir, en un año. A partir de ahí, el Ministerio de Universidades que dirige Diana Morant marcará unas líneas, esta vez sí de consenso, y a partir de ese marco cada facultad tendrá que diseñar sus propios planes de estudios. Una calendarización aproximada que supone que estos nuevos planes podrían empezar a aplicarse en 2026. "Una reforma educativa no se hace un día para otro", reflexiona Enric Prats, profesor de Pedagogía de la Facultad de Educación de la Universitat de Barcelona (UB).

La previsión es que el ministerio trace en un año las líneas básicas y que las facultades rediseñen a partir de ahí los nuevos planes de estudio

En ese contexto, la consellera de Educació, Anna Simó, explicaba el jueves a El Periódico de Catalunya, del Grupo Prensa Ibérica, que hace un mes y medio se reunió con los decanos de las facultades de Educación catalanas para hacer seguimiento de la elaboración del nuevo plan. "Tengo un año para irlo siguiendo y eso no lo pienso dejar ir; tenemos que ir acompañando a las facultades desde la autonomía universitaria y con todo el respeto, pero es algo en lo que tenemos que estar muy encima", defiende Simó. "No puede ser que de los 240 créditos del grado solo haya seis de sistema inclusivo, cero de inmersión lingüística o cero de coeducación. No puede ser. Se tiene que enseñar en las facultades aquello que los docentes se encontrarán después en la escuela", subraya la consellera.

La consellera Simó sigue de cerca los trabajos: se ha reunido ya con los decanos de las facultades catalanas y avisa de que estará "muy encima"

La actualización de la formación inicial de los docentes -tanto el grado de Magisterio como el máster para ser profesor de secundaria- es una de las cuestiones que Simó tiene en su hoja de ruta para remontar la educación catalana después del descalabro de PISA. "Necesitamos una mejora global de la formación docente",

El SENSEI es un proyecto piloto para ensayar una especie de MIR para profesores recién graduados, similar a la residencia que deben realizar los licenciados en Medicina para poder ejercer. "19 de los 27 países de la Unión Europea tienen un programa de prácticas docentes similar para ejercer", defendió el entonces conseller Josep Gonzàlez-Cambray durante la presentación de la iniciativa, que fue muy criticada por los sindicatos de profesores.

El 'MIR' de profes, el primer programa de este tipo en todo el Estado, se ha empezado a aplicar este curso de forma voluntaria y se prolongará hasta el 24-25. La prueba piloto la están llevando a cabo 250 docentes: 150 en primaria y 100 en secundaria. El requisito principal para acceder al programa de un año de duración era tener como máximo tres meses de experiencia docente. La idea es que los profesores que accedan al programa estén "limpios de vicios, hábitos ya creados y manías".

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