El primer trimestre del curso registra 67 denuncias por acoso escolar

En 2022/2023, el Archipiélago tuvo 36 expedientes confirmados de bullying en los centros

El informe PISA situó a las Islas como la comunidad con más casos

Iván Alejandro Hernández

Iván Alejandro Hernández

No quiere ir al instituto. Mientras se da la vuelta en la cama, en posición fetal, antes de que suene el despertador, piensa en alguna excusa que contarle a sus padres. Quizá que le duele la barriga o la cabeza. No quiere salir de ese espacio de seguridad y tener que enfrentarse al infierno en el que se ha convertido tener que ir a clases. No quiere volver a sufrir los insultos de sus compañeros en el aula. Son ya varios días en los que es el blanco de las burlas, en ocasiones hasta con agresiones. Pero no dice nada. Tiene miedo de que si lo cuenta, la situación se agrave. Que le esperen en los pasillos, en el baño, en el patio o a la salida. Prefiere aguantar como puede, intentar adaptarse al sufrimiento. “Esto pasará, ya se cansarán”, se intenta convencer. 

Es un esbozo de los síntomas o señales comunes que el Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife atribuye a una víctima de bullying. De cara al exterior, las faltas de asistencia o el absentismo se suman a un descenso del rendimiento, con escasa atención durante las clases o bajas calificaciones. En su interior, se manifiesta el miedo y síntomas depresivos como irritabilidad, tristeza o apatía. Y, sobre todo, baja autoestima fruto de llegar a sentir que merece las agresiones físicas o verbales que recibe. El Colegio advierte que si no se detecta de forma temprana, puede dejar secuelas a largo plazo, tanto en el ámbito académico o laboral como en las relaciones sociales y personales, llegando incluso a generar "ansiedad social, trastornos del estado de ánimo, depresión, riesgo de autolesiones o ideaciones suicidas”.

La Consejería de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes del Gobierno de Canarias explica que durante el primer trimestre del curso escolar 2023/2024 se han recibido 67 denuncias por posibles casos de bullying, de los que se han acreditado tres casos. El área que dirige Poli Suárez matiza que todos los casos son estudiados por la comisión territorial de acoso escolar, cuya primera reunión del curso se celebra cuando se alcanzan las 100 denuncias. Aunque suele suceder a principios de diciembre, esta vez se prevé que se celebre en enero. Durante el curso 2023/2023 se abrieron en Canarias 343 expedientes por posible acoso escolar, de los que finalmente se confirmaron 36. 

La Consejería ha constatado una importante reducción del número de casos en el primer trimestre del curso. Ello contrasta con los datos correspondientes a 2021 del informe PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes), coordinado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que situó al Archipiélago como la comunidad con mayor porcentaje de acoso escolar. En concreto, la tasa de alumnado que se considera "frecuentemente acosado" asciende hasta el 10,2%, tan solo por detrás de las ciudades autónomas de Ceuta (10,7) y Melilla (12,6), y dos puntos por encima de la siguiente, que es Cataluña (8,6). En el índice de exposición al acoso, el Archipiélago vuelve a estar en los puestos de cabeza, con -0,21, junto a Cataluña (-0,21).

Conflicto y acoso

Sin embargo, la Consejería precisa que el baremo que utiliza PISA para medir el acoso escolar es más amplio que el que se emplea en la comunidad, puesto que se elabora en base a una serie de preguntas al alumnado sobre sus experiencias con comportamientos relacionados con el acoso en el centro educativo, como por ejemplo si se ha sentido excluido a propósito o si ha percibido amenazas o burlas, con respuestas que varían desde el "nunca" al "una o más veces en semana".

"Un informe PISA tiene valor y desde la Consejería lo tenemos muy en cuenta, lo estudiamos y valoramos las acciones que se deben derivar", apunta María Elena Díaz, técnica de Educación especialista en el área de Convivencia, pero al mismo tiempo añade que en el apartado del acoso incluye "el concepto de conflicto o incluso el de la misma discrepancia y eso es un error, porque no es lo mismo un conflicto, por muy grave que sea, que un acoso escolar".

En este sentido, Díaz diferencia que un conflicto se da de manera puntual, mientras que el bullying es la intimidación y el maltrato entre escolares de forma repetida y mantenida en el tiempo. Para detectar y atender estos casos, la Consejería ha desarrollado una serie de estrategias y protocolos de aplicación en los centros, englobados en el servicio de prevención y ayuda contra el acoso escolar, donde además de facilitar números de teléfono o correos electrónicos, dispone una ingente cantidad de información sobre este asunto para el alumnado, las familias o los docentes. A su vez, las actuaciones del servicio se coordinan y supervisan desde el Área de convivencia escolar.

Protocolos

Uno de los principales problemas es detectar los casos de acoso escolar, principalmente por el silencio, ya sea de la víctima o sus compañeros, a lo que se suma la dificultad que tiene el profesorado por las ratios que debe asumir en algunos centros. Para ensanchar ese cuello de botella, se introdujo desde el curso pasado a la figura de la coordinadora para el bienestar y la protección del alumnado, que facilita la prevención, detección, intervención y acompañamiento.

Los expedientes de acoso escolar se inician en cada centro, donde se adaptan los protocolos a sus especificidades, aunque también se puede comenzar a tramitar en el mencionado servicio. Y todo parte de una denuncia, ya sea del propio alumnado que dice sufrir un caso de acoso, de compañeros que lo observan y deciden alzar la voz, de docentes o de las familias. Se activa el protocolo y una misma persona se debe encargar de realizar las entrevistas con tres partes fundamentales: quienes sufren el acoso, quienes lo observan y quienes lo ejercen, con el objetivo de llegar a una única historia compartida.

"Una vez que se recaba la información, se celebra una reunión con el equipo de gestión de convivencia, en el que también está el inspector, el tutor, miembros del equipo directivo y la figura del coordinador para el bienestar. Ahí empezamos a medir si lo que se ha detectado como posible acoso escolar lo es o no", especifica Díaz. De forma paralela, incide en la importancia de la prevención, que se aplica a través del Plan de Centros para la Convivencia Positiva, "donde hay más de 400 centros de la autonomía". En suma, Díaz sintetiza que existen "una serie de estrategias que se implementan en los centros educativos que ayudan a que la situación de quiebra en la comunicación en las relaciones interpersonales de iguales entre el alumnado no se den o se den como casos puntuales, para que sean espacios seguros para el alumnado".

Más recursos

Desde el Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife, la psicóloga educativa y sanitaria Mari Luz Tabraue reconoce el valor de los trabajos de la Consejería, pero considera que también se debería valorar si las estrategias o protocolos adoptados están siendo efectivos. En este punto, ejemplifica que "muchas veces se opta por la expulsión o cambiar de centro, pero eso puede conllevar a que si no se ha trabajado con la persona acosadora, volverá a hacer lo mismo", ante lo cual propone trabajar con estos perfiles para ayudarles a resolver el problema.

Lo ideal, a su juicio, es que cada centro cuente con "una buena educación en resolución de cuestiones emocionales; saber reconocer y actuar ante el miedo, la rabia o ese sentimiento de injusticia. Hay que enseñar como resolverlo". Para ello, el Colegio aboga por la promoción de la figura del psicólogo educativo dentro de los centros, "para atender a al alumnado, pero también para dar formación a las madres, padres y docentes, para poder estar alerta".

En este punto coincide la psicóloga sanitaria y educadora social Jasmina García, que añade que la figura de los psicólogos en los centros educativos contribuye a "poder trabajar la educación emocional o estrategias de comunicación con la víctima, para que puedan contarlo sin miedo". García detalla que es vital que un alumno que sufre bullying lo exteriorice, porque "es una manera de no cargar solo lo que le está ocurriendo, de no sentirse tan solo", algo que puede contribuir a evitar pensar que ha hecho algo para merecerlo, una situación que abre la puerta a la disminución de la autoestima. "La persona se va sintiendo más pequeña de lo que es".

García considera que "todo lo que sea dotar de recursos humanos y económicos para que este alumnado pueda convivir en las escuelas de manera respetuosa y solidaridad es positivo". A su juicio, es importante que tengan un sentimiento de pertenencia a su comunidad educativa durante el periodo escolar. "Que sienta que puede hablar con el profesorado y con otros compañeros de lo que le ocurre, porque es triste y duro ir a la escuela cada día con esa mochila que no solo está cargada de libros, sino de emociones difíciles de digerir que quizá no han podido compartir con nadie".

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El IES Arguineguín, en el municipio grancanario de Mogán, es referente en las Islas contra el acoso escolar. Su director, David León, dice que la clave principal para atajar el bullying en el centro es actuar de forma “inmediata”. El instituto cuenta con un equipo de gestión de la convivencia formado por la orientadora, cuatro docentes y la jefa de estudios, “que es quien coordina el equipo”.

Cuando tienen conocimiento de alguna situación de acoso, que suelen ser reveladas por el alumnado observador o las familias, el equipo hace las entrevistas a las partes implicadas “sobre la marcha”, remarca León, y se elabora un informe, a la par que se coordina con las familias para llevar a cabo las actuaciones correspondientes, que puede incluir, como último extremo, la expulsión del alumno acosador. “Al actuar al instante, se frena el acoso”, insiste. Además, todos los miércoles celebran una reunión en la que analizan y se hace seguimiento a los casos. “La gestión de la convivencia es imprescindible, que el alumnado esté cómodo para que estudie bien”, concluye.