Un fenómeno infradiagnosticado

Menores con altas capacidades: "En el cole siempre me decían que mi hijo era muy listo, pero también un caos"

Los niños y las niñas con altas capacidades “son altamente creativos y muy sensibles, pero también pueden ser rebeldes y rechazar la rutina”, explica Mar Herrero, responsable del equipo de psicopedagogos de las Escuelas Vedruna en Cataluña

Un niño se divierte con un juego de construcción, en un aula de infantil.

Un niño se divierte con un juego de construcción, en un aula de infantil. / EUROPA PRESS

Olga Pereda

Tener altas capacidades va mucho más allá de un cociente intelectual elevado. Aunque no hay dos iguales, los niños y las niñas con altas capacidades (no confundir con niños precoces, que son los que están muy estimulados intelectualmente en sus casas) suelen comenzar a hablar mucho antes que sus iguales. “Usan un lenguaje muy variado, tienen una excelente pronunciación y su léxico es propio de chavales más mayores”, explica Mercedes Bermejo, directora del Centro Psicólogos Pozuelo (Madrid) y de la editorial Sentir, especializada en la salud emocional de la infancia y la juventud.

Uno de los cuentos infantiles de Sentir, precisamente, aborda las altas capacidades. Escrito por una psicóloga general sanitaria y una neuropsicóloga, 'Un universo dentro de mí' está protagonizado por una niña a la que le encanta descubrir e investigar cosas nuevas cada día. “La promoción del talento necesita definir objetivos claros y concretos en función del perfil intelectual, emocional y social de cada niño. Consensuar estas metas entre los agentes educativos es uno de los elementos que contribuyen al éxito en el proceso de desarrollo del talento. El dejar de ver sus necesidades puede llevar a situaciones de fracaso escolar o a problemas psicológicos y emocionales”, explican las autoras.

"Algunos rasgos, como la autoexigencia, obsesión y escasa tolerancia a la frustración, se pueden confundir con problemas del neurodesarrollo. Es necesario obtener un diagnóstico preciso y alejarse de etiquetas erróneas"

Mercedes Bermejeo, psicóloga

Al igual que sucede con la protagonista del cuento, las altas capacidades suelen estar relacionadas con una gran habilidad para las ciencias, las matemáticas y las artes. “Son niños muy observadores e inquietos, activos y enérgicos”, añade la psicóloga. Otros ‘síntomas’ -como un alto nivel de autoexigencia, obsesión y escasa tolerancia a la frustración- se pueden confundir con problemas del neurodesarrollo, por lo que Bermejo recomienda acudir a profesionales de la neurociencia (una neuropsicóloga, por ejemplo) para obtener un diagnóstico preciso y adecuado y alejarse de etiquetas erróneas.

La confusión y los mitos que rodean a la dotación hace pensar que son los chavales que mejores notan sacan. Y no siempre es así. Una alta capacidad no atendida puede terminar en malas notas y fracaso escolar. Incluso, fracaso vital, advierte la psicóloga.

"Son altamente creativos y muy sensibles, pero también pueden ser rebeldes y rechazar la rutina"

Mar Herrero, responsable del equipo de psicopedagogos de las Escuelas Vedruna en Catalunya

Creativos, rebeldes y sensibles

Mar Herrero, responsable del equipo de psicopedagogos de las Escuelas Vedruna en Cataluña explica que estos niños niñas “son altamente creativos y muy sensibles, pero también pueden ser rebeldes y rechazar la rutina”, añade.

"Mi hijo nunca ha necesitado estudiar mucho, pero cuando lo ha tenido que hacer no ha sabido"

Núria M., madre de un chico con altas capacidades

Núria M., madre de un chaval que estudia bachillerato y que acaba de ser diagnosticado con altas capacidades, recuerda cómo durante toda primaria y secundaria muchos profesores le decían que su hijo era “muy listo pero un caos”. Nacho aprendió a hablar muy pronto y se le daban muy bien los juegos de lógica y matemáticas. Sin estudiar mucho, siempre sacaba buenas notas, hasta que llegó secundaria y comenzó a bajar el rendimiento, incluso suspendiendo varias asignaturas. “Nunca ha necesitado estudiar mucho, pero cuando lo ha tenido que hacer no ha sabido”, explica Núria.

Cuando cursaba 6º de primaria, una profesora le sugirió la posibilidad de que Nacho tuviera altas capacidades, pero Núria, presa de la falta de información, no profundizó ni fue más allá.

Ahora, tras un considerable periplo, ha acudido a un centro especializado privado, cuyos expertos le han diagnosticado altas capacidades. “Sus profesores han mostrado buena disposición, pero a ver en qué se traduce. Bachillerato es una etapa completamente enfocada a aprobar la selectividad. Así que no sé muy bien cómo le irá el curso. Yo le intentaré ayudar en todo lo que pueda y buscar opciones fuera del cole”, comenta Núria, dejando ver su tristeza por no haber sabido percatarse antes de lo que le estaba pasando a su hijo.

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