Mar

El CSIC tramitó doce denuncias por acoso sexual en sus buques en solo cuatro años

Cinco culminaron con un expediente disciplinario

No trasladó a la canguesa desaparecida en el “García del Cid” por no figurar en el convenio

Dispondrá de un protocolo específico

El buque ocenográfico 'García del Cid'.

El buque ocenográfico 'García del Cid'. / CSIC

Lara Graña

El García del Cid, que entró en servicio en 1979, es el buque más antiguo de la flota adscrita al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Tiene algo más de 37 metros de eslora, con capacidad para 14 tripulantes y otros 12 científicos o técnicos. Era el centro de trabajo de Carmen Fernández (Cangas, 1980), camarera a bordo que desapareció en la madrugada del 10 de septiembre de 2023 a unas veinte millas de Cabo de la Nao (Alicante). Había estado meses de baja después de haber denunciado por acoso sexual a un tripulante. Un varón que no llegó a embarcar pero con quien se topó antes de iniciar, el día 4, una misión científica coordinada por el Institut de Ciències del Mar (ICM) de Barcelona. En una libreta, casi a modo de diario, Carmen relató su angustia por tener que haber retomado al García del Cid, “donde me acosaron. Nadie hace nada”. Tenía tres hijos; se tiró, presumiblemente, por la borda. Un caso –avanzado por Faro de Vigo, del mismo grupo editorial– que no fue excepcional: hasta doce denuncias formales tramitó el CSIC por acoso o abuso sexual solo entre 2019 y 2023, como acaba de reconocer el Gobierno por escrito en una iniciativa cursada a través del Senado. Son diez las unidades que componen la flota oceanográfica española.

“Hubo 12 denuncias formales y 12 activaciones del protocolo, admitiéndose a trámite siete”, expone la respuesta formal, que entró ayer por registro en la Cámara alta, a una interpelación de la senadora nacionalista gallega Carme da Silva. De esos casos, cinco terminaron en la apertura de un expediente disciplinario en contra del denunciado, con tres sanciones. No constan despidos. Precisamente ayer se refirió a los múltiples casos de acoso sexual en el CSIC la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant. Lo hizo durante el debate en el Congreso y tras ser cuestionada por la diputada Pilar Vallugera. “Es nuestra voluntad que se mejoren el acompañamiento y actuación que hacemos con las víctimas, lamentamos que muchas veces las administraciones no cubramos estas situaciones de manera adecuada. La voluntad está en mejorar”, apuntó. No se refirió al caso de Carmen Fernández ni hizo referencia a esos cinco expedientes disciplinarios. Eso sí, asumió errores en la gestión. “Reconocemos errores, pero con una clara convicción para trabajar frente a estas conductas. Las mujeres han de saber que no están solas ante el acoso”.

Un mensaje que colisiona de frente con la versión que mantiene la familia de la mujer de Cangas (Pontevedra ), cuyo cuerpo nunca fue encontrado. Pese a que el CSIC sí cuenta con protocolos contra el acoso sexual –la propia Morant lo destacó ayer en la Cámara–, nadie atendió su solicitud para no embarcar en el García del Cid. En concreto, uno de los puntos de la agencia investigadora contra estas prácticas recoge esta opción explícitamente: “la Comisión frente al acoso sexual [del CSIC] podrá proponer motivadamente la posible movilidad de las personas afectadas, y cuantas otras medidas cautelares estime adecuadas, con el fin de evitarles mayores perjuicios”.

Sin cambio de barco

Ahora el Gobierno esgrime, pese a todo, que no era posible acceder a la solicitud de la fallecida. “El buque García del Cid –prosigue la respuesta oficial remitida al Senado– tiene un convenio propio, con sus propias condiciones laborales (sueldos, permisos, vacaciones, categorías profesionales, etc.) que no incluye movilidad para sus trabajadores [...] Además, se le dotó de un camarote individual”. Lo que ella necesitaba, como indicó a este periódico el abogado de la familia, Diego Leis, era no volver a ese mismo buque.

La denuncia de Carmen Fernández por abuso sexual contra el otro tripulante terminó sobreseída en los tribunales tras un acuerdo de conformidad. La mujer continuó de baja durante meses –no pudo embarcar en 2021 al no estar recuperada, fue considerada “no apta”– y se reincorporó al CSIC el pasado septiembre. Una semana después de coincidir con el denunciado en puerto y de reincorporarse al oceanográfico donde se habrían producido esas conductas de acoso o abuso sexual, Carmen dijo adiós. “Si no me encontráis, me tiré por la borda. Os quiero mucho”, escribió. A las 7:45 horas del 10 de septiembre, cuando el barco navegaba frente a las costas de Gandía, se dio la voz de alarma y se iniciaron los, a la postre infructuosos, trabajos de búsqueda. La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de esa misma localidad valenciana, Amparo Tur Escrivá, ha dictado auto de sobreseimiento provisional sobre la desaparición; la familia presentará un recurso ante la Audiencia Provincial al considerar que no se han aclarado las causas que provocaron la decisión final de la mujer de 43 años.

Lo que sí anticipó este miércoles Diana Morant es la implementación de un protocolo propio antiacoso para la flota del CSIC, donde las mujeres enfrentan una mayor vulnerabilidad, al margen de que el protocolo para toda la agencia científica está “en revisión” desde julio de 2023. “Todas las personas que denuncien acoso en el CSIC pueden tener la certeza de que los casos van a ser investigados”. Y animó, por último, a revelar estas conductas. “No podemos ignorar que las víctimas tienen miedo a denunciar, a las consecuencias”.

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