El cambio de hora impacta en los patrones de sueño de las personas mayores

La variación del ciclo diario de luz también afecta al bienestar emocional del colectivo, que suele manifestar tristeza y apatía

Imagen de un atardecer en el Paseo de Las Canteras.

Imagen de un atardecer en el Paseo de Las Canteras. / Juan Castro

Las Palmas de Gran Canaria

Esta madrugada habrá que ajustar el reloj para dar la bienvenida al horario de invierno. Para muchas personas se trata de una simple modificación, pero para los mayores puede traducirse en un cambio que afecta tanto a su bienestar emocional como a sus patrones de sueño. Y es que esta transición marca una variación significativa en el ciclo diario de luz y oscuridad. «La población en general experimenta una afectación del ritmo circadiano, es decir, del reloj interno que tenemos dentro del cuerpo y que regula los patrones de sueño, la digestión o la segregación de hormonas. Esto se agudiza en las personas mayores. Ahora pueden sentir somnolencia más pronto de lo habitual y despertarse a horas inusuales», explica María Cabrera, psicóloga general sanitaria y terapeuta ocupacional en el centro Ápice de la capital grancanaria.

Tal y como afirma la experta, estos trastornos varían en función de cada caso, si bien las personas con edades avanzadas suelen tener, de por sí, una estructura del sueño más frágil. Precisamente, es esta circunstancia la que las hace más vulnerables a sufrir los efectos del nuevo horario. «A medida que envejecemos, el sueño se vuelve más liviano y fragmentado, por lo que cuesta mucho más mantener unos patrones regulares. Se trata de un factor asociado a la edad, pero en realidad existe una gran variabilidad individual», comenta la especialista.

Cabrera, que además trabaja en el centro de día para mayores La Finca, asegura que este grupo poblacional también puede sufrir irritabilidad y manifestar sentimientos de tristeza con la llegada del nuevo horario. ¿El motivo? Básicamente, la alteración del tiempo de exposición a la luz solar. «La luz del sol estimula la liberación de endorfinas y serotonina –ambas conocidas como hormonas de la felicidad–. Por tanto, como los días son más cortos, el estado de ánimo puede verse alterado», detalla.

Aislamiento

Al listado de consecuencias se suma la aparición de apatía a la hora de realizar las actividades propias de la vida cotidiana, algo que, en palabras de la profesional, «es muy común en esta época del año». De hecho, es habitual que los ancianos reduzcan el tiempo que pasan fuera de casa. «Esta conducta deriva en un mayor aislamiento, lo que, a su vez, va de la mano de un deterioro del estado de ánimo», advierte la psicóloga.

El impacto es aún mayor entre los pacientes que padecen algún tipo de deterioro cognitivo. Tanto es así, que los que sufren demencias pueden sentirse más desorientados y llegar a perder la noción del tiempo. «Hay que tener en cuenta que anochece más temprano. Esta condición hace que estas personas se desorienten con más facilidad», anota.

En estos casos, una de las acciones más efectivas que pueden emprender los cuidadores consiste en colocar relojes en lugares visibles y accesibles, pues la visualización constante del tiempo ayuda a disminuir el estado de confusión motivado por esta transición. «Se trata de un apoyo que contribuye a que sean conscientes del momento del día en el que nos encontramos y, por consiguiente, a ayudarles a predecir las actividades que se deben hacer en función de la hora. También es muy útil para disminuir la incertidumbre». 

Con el fin de mitigar los efectos del cambio horario, María Cabrera recomienda mantener unas rutinas de sueño y alimentación regulares, realizar actividades en el exterior durante las horas de sol y controlar la iluminación dentro de los hogares. «Es muy importante que las personas mayores controlen la iluminación en sus casas para favorecer el descanso. Para ello, deben mantener las luces encendidas desde que se esté yendo el sol y atenuarlas un tiempo antes de irse a la cama», subraya. Asimismo, aconseja reducir el consumo de cafeína y evitar las cenas copiosas.

Ahora bien, ¿cuánto tiempo suelen tardar en adaptarse al nuevo horario las personas mayores? Según la experta, lo más común es que logren habituarse en unas pocas semanas. «Si no lo consiguen, y la apatía, la tristeza o las alteraciones del sueño persisten, es fundamental que soliciten ayuda profesional para evitar que esto desemboque en un problema de salud mental», asevera. 

Para disfrutar de nuevo del horario de verano habrá que esperar hasta la madrugada del 30 de marzo de 2025, cuando los relojes deberán adelantarse una hora para aprovechar al máximo la luz natural y favorecer así el ahorro energético. 

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