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Canarias une fuerzas con la Macaronesia y África ante la subida del nivel del mar

 La viceconsejera de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, Julieta Schallenberg, elabora estrategias singulares para mitigar el cambio climático con representantes de Azores, Madeira y Cabo Verde, además de Ghana y Santo Tomé y Príncipe, en el marco del proyecto europeo Implacost

Marea alta en Las Canteras.

Marea alta en Las Canteras. / José Carlos Guerra

Iván Alejandro Hernández

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria

Un sistema de alerta para que la población que habita un entorno costero, reciba avisos en sus móviles con antelación ante las fuertes subidas de la marea. Piscinas naturales que permitan almacenar agua en litoral para que no alcance a las viviendas. Reubicar o mover de la costa infraestructuras cercanas a la costa, como carreteras, para evitar inundaciones o situaciones de aislamiento.

Son algunas de las medidas ideadas en Canarias para mitigar el impacto de la subida del nivel del mar, como consecuencia del cambio climático. Durante un encuentro celebrado en Las Palmas de Gran Canaria, la viceconsejera de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Energía del Gobierno de Canarias, Julieta Schallenberg, ha compartido experiencias con sus vecinos y homólogos de la región macaronésica, Madeira, Azores y Cabo Verde, junto a representantes de Ghana y Santo Tomé y Príncipe.

Desde hace años, los efectos costeros del calentamiento global preocupan a la región de la Macaronesia ante su mayor vulnerabilidad. No solo se perderán playas y asentamientos costeros, también ocasionará pérdidas económicas cuantiosas y la fisonomía de los archipiélagos bañados por el Atlántico cambiará. El proyecto Implacost, que lidera Canarias, desarrolla desde agosto de 2024 encuentros periódicos para abordar las consecuencias, que ya son visibles en algunos puntos que sufren los embates del mar, explorar y compartir acciones o experiencias,

Implacost tiene una duración de cuatro años y para ello cuenta con 3,6 millones de presupuesto del programa europeo Interreg Madeira-Azores-Canarias (MAC), que promueve la cooperación territorial entre regiones ultraperiféricas y países africanos para afrontar mejor los desafíos del cambio climático. Bajo ese paraguas, los archipiélagos también desarrollan otras tres iniciativas: Planclimac2, que plantea una estrategia conjunta frente a los retos climáticos en territorios insulares; Circularocean, que se encarga de la biodiversidad y ecosistemas marinos y Geotermac, centrado en la transición hacia las renovables.

"Implacost es fundamental en nuestra lucha contra el cambio climático. Desde que empezamos, ha sido muy importante estudiar cómo podemos adaptarnos y hacer efectivas medidas de mitigación y adaptación en la franja litoral", ha explicado Schallenberg. En este sentido, recuerda que los efectos del calentamiento global en territorios isleños requieren de medidas distintas a los continentales, por lo que se hace necesaria la colaboración "para que las consecuencias para la población sean menores".

Reunión de representantes de los archipiélagos de la Macaronesia, así como de Ghana y Santo Tomé y Príncipe, en el marco del proyecto europeo Implacost.

Reunión de representantes de los archipiélagos de la Macaronesia, así como de Ghana y Santo Tomé y Príncipe, en el marco del proyecto europeo Implacost. / LP/DLP.

Schallenberg desgrana que el proyecto requiere planificación, como por ejemplo, detectar los puntos calientes en el litoral para actuar con mayor urgencia. Como ejemplo, recordó el barrio marinero de San Cristóbal de Las Palmas de Gran Canaria, que durante el año pasado sufrió destrozos por fuertes oleajes. Una vez se tracen los diagnósticos en común, también se explorarán medidas de adaptación y se buscarán los fondos necesarios para ejecutarlas.

"Ya tenemos algunos proyectos de alerta temprana: se han hecho dos en Tenerife y uno en Gran Canaria. Esto es muy importante porque es la primera información que le puede llegar al ciudadano. Mientras no se puedan tomar medidas de adaptación en el ámbito costero, pues que las personas puedan prepararse para lo que va a llegar", desgrana Schallenberg.

Entre las actuaciones proyectadas en las Islas, la viceconsejera de Transición Ecológica quiso recordar la que se plantea en la localidad de Las Galletas, en Arona (Tenerife). "El problema actual es que cuando sube la marea, corta la carretera y el pueblo se queda aislado", indica. Ante ello, se han presupuestado unos 20 millones de euros para acometer actuaciones como retranquear o rodar la carretera hacia el interior y, en ese espacio, "hacer una zona inundable" para que la marea se almacene cuando suba y no afecte a la población.

Piscinas naturales

Otra de las ideas que expuso Schallenberg fue la creación de piscinas naturales que sirvan de depósito y amortigüen las inevitables crecidas del mar. De forma paralela, también se han llevado a cabo acciones que no han servido.

"En Gran Canaria hemos identificado algún proyecto en el que en su momento se hizo un dique pensando que esa iba a ser la solución, pero ese dique ha producido efectos contrarios e incluso ha terminado por hacer desaparecer la playa", ha recordado Schallenberg.

Soluciones propias

La viceconsejera de Transición Ecológica aclara que cada zona tiene unas características propias, por lo que no existe una solución única y extrapolable a todos los entornos. "Hay tantos proyectos como problemas. No hay una solución estándar, lo que hace el reto aún mayor. Tenemos que ir sitio por sitio porque las dinámicas marinas o la forma del litoral son diferentes, hay poblados con casas más cercanas o lejanas de la costa, en unas hay carreteras y en otras no, la forma de las viviendas… Cada proyecto es una solución ad hoc", detalla Schallenberg.

Pedro Sepúlveda, jefe de la Unidad de Acción por el Clima y la Sostenibilidad de la Dirección Regional de Medioambiente y Cambio Climático del Gobierno Autónomo de Madeira, resaltó la importancia de colaborar con Canarias y Azores, así como otros países africanos, "para compartir conocimientos y experiencias entre territorios, de cara a avanzar más rápidamente en soluciones posibles para la adaptación climática en los litorales".

Sinergias entre islas

Durante la reunión, también estuvo presente Juan Pedro Díaz González, catedrático de Física en la Universidad de la Laguna (ULL), quien reivindicó la importancia de "buscar la sinergia entre islas". Las soluciones o ideas que se llevan a cabo en territorios continentales, en su mayoría, no son replicables en archipiélagos "por la dimensión del espacio y por la gran dependencia que tenemos de las condiciones de la costa" explica.

Por ello, destaca que compartir experiencias entre islas de la Macaronesia, con tantas características y factores en común, pueden contribuir de una manera más efectiva "a conocer ideas positivas o descartar las que no funcionan". El proyecto Implacost aún se encuentra en una fase de estudio y previsión de las consecuencias de la subida del nivel del mar en áreas concretas, que dará lugar a definir de forma más eficaz las medidas a adoptar, aclaró el catedrático.

Entre los resultados esperados del proyecto, destacan el desarrollo de herramientas de predicción costera, escenarios detallados sobre riesgos de erosión y estrategias adaptadas a las necesidades específicas de cada región costera. Este enfoque integral permitirá identificar y priorizar áreas vulnerables, diseñando intervenciones sostenibles y de alto impacto en colaboración con comunidades locales y expertos internacionales.

13 socios

A la reunión, celebrada en Edificios Múltiples II de Las Palmas de Gran Canaria, acudieron 13 socios de distintas instituciones. Por parte de los archipiélagos portugueses acudieron representantes de las Secretarías Regionales de Medio Ambiente y Cambio Climático de los archipiélagos portugueses, así como de la Universidad de Madeira y la Agencia Regional para el Desarrollo de Investigación y Tecnología de Madeira.

También estuvieron presentes trabajadores del Ministerio de Tierra y Recursos Naturales de Ghana; la Dirección General de Ambiente y Acción Climática de Santo Tomé y Príncipe y del Instituto Nacional de Gestión del Territorio de Cabo Verde. Y desde Canarias han participado Gesplan, Instituto Tecnológico de Energías Renovables, Grafcan y las universidades de Las Palmas de Gran Canaria y de La Laguna, además de la Consejería de Transición Ecológica del Gobierno regional.

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