Así es la vigilancia del meteorito que podría impactar en menos de diez años

Canarias ha ofrecido sus recursos a la Agencia Espacial Europea (ESA) para monitorizar el asteroide 2024 YR4, que tiene una mínima posibilidad de impactar contra la Tierra en 2032

El IAC estudia el asteroide que la ONU califica de potencialmente peligroso

IAC

Diego R. Moreno

Diego R. Moreno

Las Palmas de Gran Canaria

El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) está desempeñando un papel fundamental en el estudio del asteroide 2024 YR4, un cuerpo rocoso que, según las estimaciones actualizadas, tiene un 1,9% de probabilidades de impactar con la Tierra en 2032. Debido a este riesgo, la ONU ha activado por primera vez el Protocolo de Seguridad Planetaria, con el objetivo de mejorar la precisión sobre su trayectoria y características.

Con un tamaño estimado de entre 40 y 90 metros de diámetro, el asteroide está siendo monitorizado con el apoyo de la Agencia Espacial Europea (ESA), que cuenta con la colaboración del IAC y sus investigadores especializados en el estudio de objetos cercanos a la Tierra (NEOs, por sus siglas en inglés).

Vigilancia internacional y cooperación científica

El seguimiento del 2024 YR4 se está realizando desde los observatorios del IAC, con la participación de expertos como Julia de León y Javier Licandro. De León, quien también actúa como enlace de la ESA en España para la Defensa Planetaria, ha destacado la importancia de estas investigaciones para comprender mejor la composición y el comportamiento de estos cuerpos celestes.

El modelo muestra la respuesta climática y ecológica del planeta frente a un potencial impacto del asteroide Bennu.

El modelo muestra la respuesta climática y ecológica del planeta frente a un potencial impacto del asteroide Bennu. / Crédito: Instituto de Ciencias Básicas (IBS).

Gracias a observaciones realizadas con el Gran Telescopio de Canarias (GTC), el más grande del mundo, se ha determinado que el asteroide está compuesto principalmente por silicatos y metales, similares a los que pueden encontrarse en formaciones terrestres como el Teide.

"No hay motivo de alarma"

A pesar de la activación del protocolo de seguridad, los científicos insisten en que la probabilidad de impacto es muy baja. De hecho, la astrofísica Julia de León ha explicado que es más útil observar las estadísticas desde otra perspectiva: "El asteroide tiene un 98,1% de posibilidades de no chocar contra la Tierra", lo que hace que el riesgo sea mínimo han comentado a los micrófonos de SER Tenerife.

Recreación artística del Telescopio Espacial James Webb de la NASA desvelando una población de pequeños asteroides entre Marte y Júpiter.

Recreación artística del Telescopio Espacial James Webb de la NASA desvelando una población de pequeños asteroides entre Marte y Júpiter. / Créditos: Ella Maru y Julien de Wit.

La comunidad científica continúa recopilando datos antes de que la ventana de observación se cierre a finales de marzo. Después de ese periodo, no será posible volver a estudiarlo hasta 2028, cuando complete su órbita alrededor del Sol y se acerque nuevamente a nuestro planeta.

El precedente del asteroide Apophis

Este caso recuerda a lo ocurrido con Apophis, un asteroide de 375 metros que en 2004 también despertó preocupaciones. En aquel momento, los cálculos iniciales indicaban un riesgo de impacto, pero estudios posteriores confirmaron que solo pasará cerca de la Tierra en 2029, sin peligro real.

Un equipo de investigadores trabaja con las muestras del asteroide Bennu recogidos por la misión OSIRIS-Rex.

Un equipo de investigadores trabaja con las muestras del asteroide Bennu recogidos por la misión OSIRIS-Rex. / Robert Markowitz / NASA

El IAC destaca que, a pesar de la alarma inicial, estos seguimientos permiten mejorar las capacidades científicas y tecnológicas en la Defensa Planetaria, asegurando que la humanidad esté mejor preparada ante futuras amenazas espaciales.

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