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Las familias como piezas claves en la recuperación de los pacientes

El Hospital Doctor Negrín pone en marcha una Escuela de Familiares en la unidad de Reanimación para implicar a los allegados de los enfermos en su proceso de evolución

De izquierda a derecha, Saro Bordón, Reyes Viera, Nazario Ojeda y Eilin Ferreiro en el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín.

De izquierda a derecha, Saro Bordón, Reyes Viera, Nazario Ojeda y Eilin Ferreiro en el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín. / Juan Castro

Las Palmas de Gran Canaria

El Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín ha puesto en marcha una Escuela de Familiares en la unidad de Reanimación (REA) del servicio de Anestesia, con el objetivo de integrar a las familias en la recuperación de los pacientes. La iniciativa, que arrancó el pasado 17 de enero, forma parte de una estrategia de humanización de la Medicina Intensiva para ofrecer un acompañamiento más cercano a los allegados de los enfermos que se enfrentan a situaciones complejas en el ámbito hospitalario. Para ello, se ha formado un equipo compuesto por ocho profesionales, entre los que figuran dos enfermeras, dos médicos, dos psicólogas clínicas, un fisioterapeuta y un auxiliar de enfermería. 

«Llevamos un tiempo apostando por hacer más amables y empáticas las unidades de Reanimación y de pacientes críticos. Esta escuela que hemos implantado se enmarca dentro de una línea de humanización que busca trabajar con las familias una serie de aspectos que favorecerán la recuperación de los pacientes», explica el doctor Nazario Ojeda, especialista en Anestesiología y Reanimación en el citado complejo de la capital grancanaria. 

Y es que en esta área ingresan personas que se han sometido a intervenciones quirúrgicas y que, por diversas circunstancias, precisan cuidados intensivos posoperatorios más allá de las primeras horas.

 Tal y como informa el doctor Ojeda, la unidad se compone de 14 camas, de las que un 30% se destina a los pacientes de corta estancia -entre 24 y 48 horas-, otro 30% a aquellos que necesitan permanecer en el espacio asistencial entre cuatro y siete días y un 40% a los ingresos que se prolongan más en el tiempo. 

Complicaciones

«Hay que tener en cuenta que muchos pacientes experimentan el síndrome confusional agudo por haber pasado mucho tiempo hospitalizados y sedados, o el síndrome post-UCI, una patología que afecta a nivel físico, cognitivo y emocional. De ahí la importancia de implicar a las familias en el proceso de recuperación», anota el facultativo.

Por esta razón, el programa contempla el desarrollo de charlas que corren a cargo de las psicólogas clínicas. La actividad se imparte todos los viernes y se compone de seis sesiones que se repiten de manera cíclica. «Los familiares juegan un papel fundamental en la evolución de los pacientes, por lo que es imprescindible que sepan cómo ayudarles en el proceso de recuperación», valora Saro Bordón, psicóloga clínica y neuropsicóloga en el complejo de referencia del área norte de la Isla. 

Para que puedan manejar las herramientas pertinentes, el contenido de las charlas presta atención a asuntos tan esenciales como la toma de decisiones en momentos difíciles, la gestión de los duelos, el autocuidado del cuidador y las acciones que se pueden poner en práctica para estimular a cada paciente en función de su condición y sus necesidades.

 «Todos los familiares de los pacientes de REA están invitados a participar y, si lo desean, pueden continuar en el grupo después de que el paciente haya recibido el alta en la unidad. Se trata de que puedan realizar un acompañamiento activo», apunta Eilin Ferreiro, psicóloga clínica y neuropsicóloga en el mismo centro. 

Además, el personal de enfermería se preocupa por explicar de forma clara las normas de funcionamiento de la unidad y el fin de la misma. «A las personas les suele impactar el hecho de ver a su familiar monitorizado y lleno de cables, por lo que es importante que sepan que las enfermeras estamos ahí para acompañarles durante todo el proceso y para orientarles», afirma Reyes Viera, supervisora del área de Enfermería en esta unidad. 

Melinda Pajunen es una de las personas que ha decidido recurrir a la Escuela de Familiares, pues, según relata, su madre lleva 40 días en el área de REA. «Llevo cuatro semanas acudiendo a las charlas y para mí están siendo un apoyo muy importante. Además, he tenido la oportunidad de conocer a otras personas que están pasando por una situación similar y podemos compartir inquietudes y escuchar otras historias», manifiesta Pajunen, que además espera que el programa «perdure en el tiempo» y pueda extrapolarse a otras áreas asistenciales. 

De momento, el proyecto ha empezado a dar los primeros pasos con una cifra reducida de usuarios. No obstante, el propósito de los profesionales es que se adhieran cada vez más familiares. «Hemos optado por un planteamiento que considera que los familiares son piezas esenciales en la recuperación de los pacientes. Por tanto, debemos darles todas las instrucciones relacionadas con su papel, a través de un enfoque multidisciplinar», concluye la psicóloga Saro Bordón. 

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