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El canto como terapia de sanación para víctimas de violencia machista

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria organiza un taller grupal que usa la expresión vocal como herramienta de mejora de la autoestima, enmarcado en las actividades por el 8 de Marzo

Taller grupal a cargo de Patricia Rivero.

Taller grupal a cargo de Patricia Rivero. / LP/DLP.

Iván Alejandro Hernández

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria

El miedo a ser juzgada. El miedo a equivocarse. El miedo a salir a la calle. El miedo es la emoción más frecuente que se topa la escritora, terapeuta y actriz Patricia Rivero durante sus sesiones con mujeres víctimas de violencia machista. Desde su formación en el teatro y en la terapia gesthal, descubrió que a través de expresiones orales como el canto, lecturas en voz alta o diálogos también se puede lograr la sanación y la mejora de la autoestima.

La Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha acogido esta iniciativa dentro de sus actividades enmarcadas en el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer. Desde este 17 de febrero hasta el 19 de marzo, Rivero imparte dos sesiones semanales a un grupo de 18 mujeres de terapia expresiva denominado Liberando mi voz.

"La voz es la vibración en el cuerpo. Cuando consigues expresar con el canto o con la voz una emoción desde un lugar sin juicio y sostenida por una terapeuta, es muchísimo más potente que si lo haces desde el habla normal", explica Rivero. Entre otras herramientas, utiliza el método Linklater, una técnica de entrenamiento vocal que nace en el ámbito teatral para desbloquear tensiones físicas y emocionales de los actores. "Pero no se limita solamente a los actores. Es un trabajo psicocorporal con la voz, que consigue liberar emocionalmente traumas no resueltos que se quedan en el cuerpo", agrega.

Rivero recibe el apoyo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria desde 2019 para llevar a cabo sus talleres de teatro terapéutico. "Se trata de una serie de encuentros grupales presenciales con el objetivo de abrir un espacio seguro donde un grupo de mujeres pueda conectar con su propia voz, expresarse sin sentirse juzgadas y empoderarse a través del encuentro grupal y el reencuentro personal consigo mismas, sirviéndose de herramientas expresivas respiratorias, creativas y artísticas, y utilizando la voz como medio de liberación", he detallado Betsaida González, concejala de Igualdad, Diversidad y Participación Ciudadana.

En sus sesiones, Rivero trata de adaptarse a las necesidades de cada grupo y emplea las herramientas que considere más oportunas, ya sea el canto o discursos empoderados. De lo que se trata es de que las usuarias consigan conectar con su cuerpo y sus emociones y, a partir de ahí, exteriorizar con su voz sus miedos e inseguridades.

"Normalmente, tienen la autoestima muy tocada, el autoconcepto totalmente distorsionado. O sea, piensan que valen poco o nunca van a superar las situaciones a las que se enfrentan", relata Rivero. Por ello, resulta esencial que el espacio sea un entorno seguro, que sepan que no van a ser juzgadas, ni cuestionadas y presionadas. "Les respeto su historia, respeto su silencio si lo quieren hacer, respeto que hablen y respeto que griten", indica.

Además, que sea en grupo también contribuye a que haya mucha interacción y retroalimentación. "Casi siempre hay una emoción común. Por ejemplo, si es la tristeza, pues arrancamos con una dinámica para dar espacio y atravesar la tristeza; de ahí nos movemos hacia otros lugares. Mi interés siempre es en que se auto apoyen lo máximo posible porque cuando una mejora, mejoran todas; el efecto de la resonancia de grupo es muy potente". añade Rivero.

Una vez que finaliza el taller, Rivero recomienda continuar con diversas estrategias que sigan potenciando la autoestima, como ejercicios de mindfulness, de bioenergética, la respiración consciente y algunos relacionados con la voz. Su deseo es que existan este tipo de talleres de terapia expresiva durante todo el año y que se extienda por más municipios; que "haya un servicio para que las mujeres tengan un espacio para expresarse, para soltar la voz sin juicios y para transformar su miedo en fuerza y alegría".

"Estos talleres deben ser apoyados por las administraciones públicas porque normalmente las mujeres víctimas de violencia de género tienen un poder adquisitivo medio o bajo. Las mujeres víctimas de violencia de género suelen tener un poder adquisitivo medio o bajo. Entonces, considero que la Administración debería seguir invirtiendo en este tipo de talleres para que las usuarias puedan acceder de manera gratuita a actividades que fomentan su salud mental, emocional y física", demanda Rivero.

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