Carlos Baute ostenta un apellido guanche, según un estudio de antroponimia de Canarias

La más reciente publicación del académico Francisco García-Talavera apunta al valor de los sobrenombres como topónimos válidos para estudiar el mestizaje y la conquista del Archipiélago

Francisco García-Talavera, en la Real Sociedad Económica de Amigos del País

Francisco García-Talavera, en la Real Sociedad Económica de Amigos del País / Alejandro Quevedo

Las Palmas de Gran Canaria

Si la riqueza de cada sobrenombre es un puente hacia raíces olvidadas, ¿qué historias se ocultan en la etimología de cada nombre? La más reciente contribución académica a la divulgación de la antrotoponimia, 1100 apellidos arraigados en Canarias, realizada por el geólogo, paleontólogo y doctor en Biología por la Universidad de La Laguna, Francisco García-Talavera, cifra en más del millar los sobrenombres canarios que existen en todo el mundo y recalca la importancia del estudio para «reescribir la historia de Canarias».

Lejos de limitarse a ser una enciclopedia genealógica, este libro de casi 900 páginas supone «un trabajo fundamentalmente estadístico», en el que el académico desglosa cada apellido según su distribución en países de todo el mundo. El investigador clasifica, mediante fuentes como el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la base de datos Forebears, un listado de sobrenombres en categorías según si el origen de la palabra es prehispánica, genovesa, flamenca, francesa —como en el caso de los normandos Dumpiérrez o Umpiérrez, derivados de Dumpierre—, sin olvidar las variantes de corte gallego-portugués.

Francisco García-Talavera

Francisco García-Talavera / lp/dlp

Reescribir la historia

«Sigo opinando que puede aportar mucho a la historia de Canarias y a otros expertos les viene muy bien para extraer conclusiones. Casi que hace falta escribir la historia de nuevo porque estamos viendo que las investigaciones nuevas dejan a anteriores escritos muy desfasados», reseña García-Talavera, quien esta semana presentó sus conclusiones en la Real Sociedad Económica Amigos del País de Gran Canaria

Del millar de casos de estudio que se recoge destaca la atención de Baute, un apellido guanche que existe en Canarias y que trasvasó las fronteras del Archipiélago con el traslado de esclavos guanches por parte de los castellanos durante el periodo de la conquista de Canarias. Y esto implica, por surrealista que pueda parecer, que el cantautor venezolano Carlos Baute pueda tener antecedentes amazigh en la espiral de su ADN, según teoriza García-Talavera.

El cantante Carlos Baute, durante su actuación en la gala de la Reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria 2023.

El cantante Carlos Baute, durante su actuación en la gala de la Reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria 2023. / JUAN CASTRO

A estos apellidos más autóctonos, a los que el experto califica como «de origen guanche», por estar asociados a los primeros pobladores de las Islas Canarias: «para mí son guanches todos». Se trata de sobrenombres casi desaparecidos, de los que apenas se numeran diez en órden alfabético, empezando por la existencia de «Arucas», «Baute», «Bencomo», «Bentor», un caudillo guanche de la isla de Tenerife del que su apellido actualmente solo existe en Filipinas, «Chinea» procedente de La Gomera, o el ejemplo del apellido «Guanche», que en Venezuela alberga un derivado castellanizado que involucra a 2000 venezolanos, acabado en -z: «Guanchez».

Precedentes

Esta nueva aportación prosigue la misma estela de conocimiento que otros volúmenes anteriormente publicados por el investigador, como 69 apellidos canarios (2019) o Apellidos portugueses en Canarias (2022). La línea de investigación se abrió a raíz del compendió que aglutinó todos sus artículos científicos, Guanches ayer, hoy canarios.

«Los primeros apellidos de los conquistadores se han adaptado, otros se han transformado y castellanizado», apunta el experto. Ejemplo de ello son las variantes del apellido Bethencourt repartidas por el mundo debido a los trasplantes en América y Filipinas con motivo de los flujos migratorios. Por ejemplo, en Venezuela el apellido se transforma en Vetancourt y en Puerto Rico, la otra variante Betancourt implica 54.000 boricuas y ocupa el número 12 en el ránquin de los apellidos más empleados en el país, mientras que esta denominación francesa de la voz original Béthencourt se extiende a Uruguay como Bentancourt y lo ostentan personalidades como por ejemplo Rodrigo Bentancur Colmán, jugador de fútbol en la Premier League de Inglaterra.

La lista continúa con Perdomo como el apodo Prudhomme, o Marichal, castellanización de marechal —mariscal, en español—. En cuanto a los apellidos «portugalaicos», García-Talavara los cifra en más de 300 variedades. «Estos apellidos son más abundantes en Latinoamérica porque se asentaron después de la conquista, en el siglo XVIII», refleja.

Una de las nuevas aportaciones del académico es un ranquin de los diez apellidos más comunes por orden de prevalencia en Canarias y la Península. En ambos casos, el podio de los apellidos más empleados se asemeja compartiendo el segundo puesto para «González» y «Hernández». Sin embargo, mientras «García» se sitúa como el sobrenombre más común en la Península, en el Archipiélago la palma la obtiene «Rodríguez». A partir del tercer apellido la lista difiere, señalando las diferencias entre ambos territorios.

La implicación de ‘Santana’

El apellido Santana, situado en séptimo lugar con más de 80.000 canarios, y Suárez, en el noveno —este último desplazado en España del puesto 33 por su origen portugués—, ilustran la huella de los trasplantes culturales y migratorios. «Esto es debido a la influencia portuguesa, porque más de la mitad de los ‘Suárez’ que existen en Canarias proceden del ‘Soarez’ portugués castellanizado», concluye.

Tracking Pixel Contents