Ciencia

Mejillones con doble vida: un proyecto apuesta por transformar los residuos en bioestimulantes agrícolas

Cada año se generan en el mundo 10 toneladas de conchas de moluscos que resulta muy complicado gestionar

El proyecto también busca destinarlas a snacks, bioplásticos y residuos cerámicos

Un técnico de Inescop trabajando en el proyecto Bivalvos.

Un técnico de Inescop trabajando en el proyecto Bivalvos.

M. Vilaplana

Alicante

¿Qué hacer con las más de 10 toneladas de conchas de moluscos que se generan cada año a nivel mundial? En eso es en lo que trabaja el Centro Tecnológico del Calzado (Inescop), liderando el proyecto Bivalvos, cuyo objetivo es la transformación de estos residuos en materiales sostenibles gracias a la financiación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. El objetivo es promover la economía circular valorizando los residuos y mermas de la industria mejillonera para ofrecerle nuevos usos en agricultura o alimentación. Los socios que conforman esta iniciativa son Asincar, ITC, La Unió Llauradora i Ramadera, Clóchinas Navarro e Inescop.

Inescop forma parte del proyecto Bivalvos, una ambiciosa iniciativa de I+D+i que busca dar una segunda vida a los subproductos generados por la industria de moluscos bivalvos, como el mejillón o la clóchina. Un proyecto de investigación alineado con los retos en materia de sostenibilidad que persigue la industria acuícola, que tiene como objetivo mejorar la eficiencia en el uso de recursos y la reducción de residuos mediante la simbiosis industrial

Cada año, a nivel mundial, se generan más de 10 millones de toneladas de conchas de moluscos, la mayoría de las cuales acaban en vertederos debido a la falta de procesos de valorización eficientes. A esta cifra, hay que sumar los restos orgánicos resultantes de los procesos de producción, que también representan un reto ambiental y económico para el sector. 

El proyecto busca revalorizar los residuos del sector de los moluscos.

El proyecto busca revalorizar los residuos del sector de los moluscos. / INFORMACIÓN

El proyecto Bivalvos surge para dar respuesta al problema transformando estos residuos en nuevos productos sostenibles y de alto valor añadido, con aplicaciones en los sectores agrícola, alimentario e industrial. Inescop asume un papel protagonista en el marco de este proyecto en la valorización de la carne excedente del mejillón para obtener hidrolizados proteicos que sirvan como bioestimulantes agrícolas.

Durante este proceso de valorización “hemos podido recuperar entre el 60% y el 75% de la proteína presente en el mejillón con un contenido proteico superior al 40% y un porcentaje en aminoácidos libres que oscila entre el 15% y el 26% del total”, afirma Henoc Pérez, investigador de Inescop y experto en revalorización.

Esta composición, que se encuentra mayoritariamente compuesta por arginina, leucina, lisina y ácido glutámico, “favorece la producción de clorofila, la absorción de nutrientes y la estimulación del crecimiento de las plantas”, explica el experto de Inescop. El proyecto, que en julio cumplirá un año de recorrido, se encuentra en pleno desarrollo de las pruebas de germinación in vitro y, de hecho, se están consiguiendo mejoras muy significativas en el crecimiento por germinación de las plantas.

Snacks, bioplásticos y soportes cerámicos

Además del desarrollo de biofertilizantes agrícolas, el proyecto Bivalvos trabaja en otras dos líneas de investigación: la fabricación de snacks funcionales, donde la carne no comercializable de los moluscos se transforma en un nuevo producto alimentario, y en la formulación de bioplásticos y soportes cerámicos gracias al trabajo de investigación desarrollado por el Instituto Tecnológico de la Cerámica (ITC), de Castellón.

Del snack se espera que tenga propiedades inmunomoduladoras que contribuyan a la mejora de la salud a través de la alimentación. Para esta línea de investigación, se cuenta con Asincar, el Centro Tecnológico Agroalimentario situado en Asturias.

Pruebas de laboratorio en las instalaciones de Inescop.

Pruebas de laboratorio en las instalaciones de Inescop. / INFORMACIÓN

En el caso de los bioplásticos y los soportes cerámicos, se aprovechará el carbonato cálcico extraído de las conchas del mejillón, para que sean utilizados en sistemas de depuración de aguas, así como en otras aplicaciones industriales.

Gracias a esta colaboración entre centros tecnológicos y al trabajo conjunto de entidades científicas, industriales y agroalimentarias, Bivalvos representa un modelo de innovación alineado con los objetivos de la Estrategia Europea de Bioeconomía. Su trabajo contribuye a la descarbonización, la reducción de residuos y la creación de nuevas oportunidades de negocio sostenible.

El proyecto Bivalvos es posible gracias a la financiación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), la cofinanciado de la Unión Europea y la contribución del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader).

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