Entrevista | Francisca González Directora del Centro de Producción de RTVE en Canarias
Francisca González, directora de RTVE en Canarias: “Soy un ejemplo de que se puede llegar lejos sin apellidos compuestos”
Tras dos décadas en el ente en las que se ha desempeñado como redactora, editora, traductora o presentadora, desde febrero asume el liderazgo de la segunda mayor corporación nacional en un momento de numerosos cambios, entre ellos, el horario del informativo en Televisión

Paqui González, directora del Centro de Producción de RTVE en Canarias. / Andrés Cruz

Decir que las jornadas de Francisca González (Las Palmas de Gran Canaria, 1976) son frenéticas desde que el pasado mes de febrero asumió la dirección del Centro de Producción de RTVE en Canarias, el segundo más grande de España, es quedarse muy corto. Tras dos décadas en el ente en las que se ha desempeñado como redactora, editora, traductora o presentadora, asume el liderazgo en un momento de numerosos cambios dirigidos por la nueva dirección del ente nacional, entre ellos, los nuevos horarios de los informativos en Televisión.
¿Qué significa para usted haber asumido la dirección del Centro de Producción de RTVE en Canarias?
Significa un nuevo reto, un desafío. Pero no solamente para mí, porque al final en esta empresa somos muchos y esto es un equipo. Asumir este reto en este momento es clave para reconducir el presente y el futuro de la empresa, sobre todo, para el papel que debe jugar Canarias fuera de las islas, es decir, llevando nuestra voz fuera. Suena tópico y típico, pero es que en este caso, con el cambio de dirección en Madrid, será una realidad.
¿Cuáles son las principales tareas que tiene por delante?
Los cambios de horario de los informativos. Hemos comenzado esta semana a emitir el Telecanarias 1 desde las 13.30 hasta las 14.00, justo en la media hora anterior al telediario nacional. Supone un reto cambiar la hora en una comunidad que tiene una hora de menos y, por tanto, hay un 25% de coberturas que a esa hora están todavía en la calle. Supone apostar por directos, por un mayor despliegue, por mayor premura, mayor rapidez a la hora de cubrir las noticias y supone, de alguna manera, hacernos un huequecito en una hora en la que la gente todavía está saliendo del trabajo llegando a casa o preparando la comida. Y luego tenemos un Telecanarias 2 de 14.40 a 14.50; solamente unos 10 minutos que se llenan con noticias de última hora o con un resumen de las que hemos dado a las 13.30. Ambos se emiten en La 1. Por último, tenemos un Telecanarias 3 que también se adelanta, de 17.45 hasta las 18.00 horas, por La 2.
«Queremos estar en la misma liga que juega Cataluña y testear productos que puedan ser exportables»
¿Cuáles son los motivos de esos cambios horarios?
A que queremos ir a por una audiencia que se nos escapaba. En la península van a las 15.00, a las 14.00 horas nuestras, pero nosotros decidimos salir antes. Esta semana hemos empezado con ese cambio de horario en todos los centros y han subido los datos de audiencia de los informativos territoriales de toda España en un 9% en su primera edición. Esos son 2,2 puntos más que la media de temporada en su anterior ubicación. Ese cambio horario también se inscribe en el objetivo de la cadena de ir a por un público que ahora mismo no tenemos.
¿Y la radio?
Los informativos de la radio no se tocan porque sus franjas funcionan bien, pero con la radio también hay una apuesta fuerte en Canarias.
¿Cómo están siendo los días desde que has sido nombrada?
Me nombraron un 23-F, un domingo 23 de febrero firmé un contrato y fue premonitorio. Llevo dos meses sin parar, porque nos cogió el cambio de dirección, con unos carnavales encima, con cosas pendientes de firmar, con los indianos en el aire, en medio de un proceso de oposiciones, con un montón de cosas que queríamos vender a Madrid y que estamos cerrando poco a poco. Además, dirigir un centro como el de Canarias, que es el segundo centro de producción más grande que tiene RTVE, después de el de Sant Cugat (Cataluña), es un reto y un desafío absoluto. No es lo mismo dirigir el centro de Andalucía, en el que los desplazamientos se pueden hacer por carretera, a estar dirigiendo un centro fragmentado. Estamos hablando de tres sedes, una en Gran Canaria y dos en Tenerife, porque en Tenerife la tele y la radio no están en el mismo edificio, más las unidades informativas en el resto de islas.
¿Cuánto duran ahora sus jornadas?
La jornada no acaba. Empieza muy tempranito, antes de las 8 de la mañana ya estoy cogiendo llamadas y atendiendo a todo el mundo. Llego al centro y comienzan las reuniones, pero puede surgir sobre la marcha tener que coger un avión para ir a Tenerife a media mañana o con Madrid, aunque sea por videoconferencia. Cuando se publique esta entrevista, estoy en Madrid, porque el lunes (hoy), se dan a conocer a todos los presentadores de los centros territoriales y de producción. Vamos con nuestra presentadora, que es Andrea Sierra, y yo misma. Además, esta vez no ha sido como en otras ocasiones, un simple cambio de dirección, es un cambio de estructura. Supone darle una vuelta desde Madrid a lo que somos, a cómo tenemos que encauzar el presente para tener un futuro. Eso coincide con un cambio de dirección y programación en Canarias, en la manera de contar lo que contamos en los informativos y a la hora en que lo contamos. También de plantilla, porque hay gente que se ha jubilado, que se ha prejubilado y viene gente nueva que se va a incorporar, creemos que antes de verano. A ver si lo logramos. Se trata de enriquecer la empresa.
«El periodismo de calle da un bagaje que, a veces, no se tiene cuando solo se ha pisado moqueta»
¿Qué papel puede jugar Canarias en el ámbito nacional?
Queremos que Canarias esté en la misma liga en la que juega Cataluña. Y eso se hace haciendo programas, informativos, haciendo una parrilla competitiva. Por ejemplo, RTVE quiere relanzar el canal 24 horas y el canal internacional y nosotros tenemos que estar ahí, tenemos que hacer productos en Canarias, no solo para el circuito de las islas, sino para que nos coloquen a nivel nacional. Nosotros no estamos aquí para competir con otra televisión pública, que en este caso es la Televisión Canaria y que su cometido lo hace especialmente bien. Nosotros queremos, por ejemplo, testear programas o productos que luego sean exportables a nivel nacional. Podemos hacer una especie de laboratorio, como se ha hecho con Sant Cugat. No puede ser que en la parrilla nacional solo coloquemos carnavales o algún evento puntual. Somos el segundo centro de producción de radio y televisión de España y hay que llevar la voz de Canarias fuera de las islas. No decirlo de boquilla, cumplirlo.
¿Qué ideas se están valorando para la nueva programación?
La idea es hacer una programación potente, vamos a apostar por nuevos formatos con nuevas formas de contar las cosas que de alguna manera complemente lo que ya tenemos. Tenemos programas de producción propia, como el Cerca de Ti, el Somos Ocho o el Te voy a hablar con, que se van a mantener. La producción propia no peligra. Pero se va a complementar con una programación con más programas que también podremos producirlos y coproducirlos. La plantilla va a ser partícipe de ese cambio, no solamente en el informativo, sino también en la programación. Se va a incrementar. Pero a lo que no podamos llegar nosotros, pues vamos a producir y a coproducir. Como lo hace Cataluña.
¿Cómo valora las nuevas apuestas en la programación de RTVE, como La Familia de Tele?
Hasta hace unos meses, Antena 3 y Tele 5 eran los modernos. Ahora parece que La 1 se adelantó, que va a la vanguardia y apuesta por nuevos contenidos para atraer a un mayor público. ¿Se puede hacer entretenimiento de calidad con Belén Esteban? Claro que se puede. Nosotros comparamos siempre las parrillas de televisión con una dieta diaria. Para estar equilibrado hay que comer de todo. Está muy bien comer frutas y legumbres, pero también puedes comer un perrito caliente o una hamburguesa y no pasa nada. Los excesos son los que hacen que puedas tener una mala digestión. Por supuesto que caben programas como La Familia de la Tele, La Revuelta; Late Xou o Malas Lenguas. A la televisión pública española no la puede matar el elitismo. Se presta un servicio público en la medida en que alguien lo ve. Y eso implica desterrar ciertos clasismos. Hay gente que consume el telediario y hay gente que, sin dejar de consumir telediario, también consume productos de entretenimiento. No somos más inteligentes y más cultos por decir que vemos documentales todo el día.

Francisca González en el plató de informativos de RTVE en Canarias. / Andrés Cruz
Durante más de dos décadas en RTVE ha ejercido como redactora, editora, traductora, presentadora y directora de programas, ¿en qué formatos se considera más cómoda?
No hay nada mejor que ser un indio. Mucha gente quiere ser jefe, pero para entender este negocio, hay que hacer mucho periodismo de calle. La gestión puede ser buena, mala o regular, pero para mí es vital que quien dirige un medio de comunicación conozca el periodismo y venga de abajo. En mi caso, vengo de hacer calle, de poner micro, de ir a ruedas de prensa, de proponer temas propios, de levantarme a las tres de la mañana en un volcán, de días no comer. Eso da un bagaje que a veces no se tiene cuando solo se ha pisado moqueta. Es cierto que hay gente brillante que puede dirigir bien un medio de comunicación sin haber pateado la calle, que son maravillosos programadores y conocen al dedillo la parrilla. Claro que se puede llegar a un puesto de dirección habiendo sido solamente un gestor. Pero la visión no es la misma que la que tiene un periodista. Porque para dirigir un medio, además de gestión, hay que saber de periodismo y, en este caso, haber conocido los entresijos de la tele.
¿Un periodista deja de serlo cuando es director o jefe?
No, nunca. En mi caso, veo esto como algo transitorio, una etapa. Yo siempre he sido una guerrillera en la tele, siempre he peleado por hacer las cosas mejor. Y cuando he tenido que librar batallas y guerras, las he librado. Eso va en mi ADN. Yo peleo por esta casa, pero ya peleaba como india. Soy muy consciente de que trabajo en la mayor empresa audiovisual de este país, que ofrece unas condiciones laborales excepcionales. Y soy muy consciente de la suerte que he tenido. Pero no dejo de ser periodista, esto es una etapa transitoria y volveré a la calle.
«Los nuevos horarios suponen un reto; queremos ir a por una audiencia que se nos escapaba»
¿Echará de menos a realizar coberturas?
Sí, claro. De hecho, algún día me han tenido que decir: no, tú a lo tuyo. Porque si tengo que salir a hacer una pieza, no se me caen los anillos. A lo mejor en otros medios no pasa, pero en la tele, a los presentadores suelen felicitarlos, su entorno o cuando van por la calle. Pero a los periodistas de calle, nadie les felicita. El periodismo local está muy denostado y, sin embargo, es muy valioso. Realmente, lo que hace Almudena Ariza en Palestina es ser redactora, lo que hace Mavi Doñate en París es ser redactora, lo que hace Yolanda Álvarez en China es ser redactora.
Ahora como directora, ¿cómo recuerda sus primeros días en RTVE?
Yo soy hija de una peluquera y sobrina de una costurera. Estudié la carrera en la Universidad Complutense de Madrid gracias a becas; terminé con matrícula de honor y no pagué la primera matrícula. ¿Y sabes qué me alegra? Me alegra que a determinados sitios llegue gente sin apellidos compuestos. Me alegra que los que venimos de abajo, pese a que nuestros padres no conocían a nadie en el sector, podamos llegar. Con mérito y capacidad, se puede llegar lejos y es un mensaje que me gustaría darle a esa gente que está en las facultades, que no tiene familiares en medios de comunicación, que no tiene contactos en el sector y que no sabe cómo asomar la cabeza. Se puede. Yo soy un ejemplo de que se puede.
«Esta vez no ha sido solo un cambio de dirección, sino de estructura, de lo que somos y contamos»
¿Qué considera clave para ejercer un buen liderazgo?
Hacer equipo. Yo no soy nadie sin mi equipo. Y no hablo del equipo, hablo de mis compañeros. Para mí la importancia del compañerismo es absoluto. Especialmente en la televisión, donde dependes del reportero, del iluminador, del realizador, de la persona de producción, de las ideas que se den en una redacción. Si eso no está engrasado, podrás ser un premio Pulitzer, pero no tienes nada que hacer. Es un trabajo absolutamente en equipo. Esa frase que se dice: yo salgo adelante, pero hay mucha gente detrás, es absolutamente cierta. ¿Qué sería la televisión sin los reporteros, sin realizadores, sin maquilladores, sin iluminadores?
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