Una mujer llegó a ser papa en la Edad Media: esta es la historia que sacudió al Vaticano

Uno de los mitos más extendidos desvela cómo disfrazada de hombre llegó al trono papal y fue descubierta en pleno parto

Papisa Juana

Papisa Juana / LP/DLP

Las Palmas de Gran Canaria

Pocas instituciones han acumulado tantas leyendas como el papado y una de las más persistentes y perturbadoras es la de la Papisa Juana, una mujer que, según algunas crónicas medievales, habría escalado la jerarquía eclesiástica disfrazada de monje hasta convertirse en papa. Aunque la mayoría de historiadores considera esta historia una invención sin base documental, su fuerza simbólica sigue viva ocho siglos después.

La creadora de contenidos @nuriasecret, conocida por divulgar misterios y leyendas con perspectiva crítica, ha recuperado esta historia en su cuenta de TikTok: “Ella era una de las mujeres más cultas de su tiempo, pero tuvo que hacerse pasar por hombre para llegar al poder”, señala. Según la leyenda, Juana habría sido elegida papa sin que nadie supiera su verdadera identidad hasta que dio a luz en plena procesión.

Una historia que termina con escándalo

El relato sitúa el nacimiento de Juana en el siglo IX, en Alemania, hija de padres británicos. Desde joven, mostró un talento excepcional para el estudio. En una época en la que las mujeres tenían vetado el acceso al saber, se disfrazó de monje y adoptó el nombre de monje Juan , lo que le permitió estudiar medicina, botánica y lenguas clásicas como el latín y el griego.

En palabras de la creadora de contenidos, viajó por Europa y acabó en Roma, donde fue nombrada secretario personal del papa León IV. A su muerte, y sin que se celebrara conclave, fue elegida de forma directa. Su pontificado fue valorado como excelente hasta que quedó embarazada.

“Durante una procesión se puso de parto en público y fue ahí cuando se descubrió su identidad”, relata la tiktoker. El escándalo fue tal que, según algunas versiones, fue atada a la cola de un caballo y arrastrada fuera de la ciudad hasta morir. Aunque este final carece de fuentes fiables, el relato caló profundamente en la tradición popular.

Jean de Mailly y el origen de la leyenda

La primera mención documentada de esta historia aparece en el siglo XIII, en la Chronica Universalis Mettensis del dominico Jean de Mailly.

A él le siguieron otros autores, como Martín de Opava, quien en el siglo XIV ubicó el papado de Juana en el año 855. Según su versión, Juana fue excluida de las listas oficiales de papas precisamente por su sexo. “Dio pie al mito de sentar al papa en el momento de ser proclamado en una silla para comprobar que tenía genitales masculinos”, añade la tiktoker.

El relato fue creciendo, mezclando ficción, crítica religiosa y elementos simbólicos. Algunos cronistas llegaron a afirmar que, tras el “escándalo”, el Vaticano habría instaurado un curioso ritual para comprobar físicamente que el nuevo papa era varón.

¿Mito o medida preventiva?

Uno de los elementos más llamativos asociados a la Papisa Juana es la famosa “Sedia Stercoraria”, una silla de mármol con un orificio.

Según el mito, servía para que un cardenal comprobara literalmente los genitales del nuevo pontífice. Sin embargo, los expertos coinciden en que esta silla ya existía antes de la leyenda y formaba parte de una ceremonia de humildad.

Aunque la mayoría de estudiosos del Renacimiento y la Ilustración descartaron la existencia de la Papisa Juana, su historia sobrevivió y fue utilizada como crítica a la opacidad del Vaticano, como metáfora de las mujeres excluidas del poder, y como pieza para cuestionar la autoridad de la figura.

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