El Hospital Insular participa en dos ensayos clínicos internacionales con una vacuna contra el cáncer

Los estudios se centran en evaluar sus efectos en las neoplasias de pulmón y vejiga

Parte del equipo del servicio de Oncología del Hospital Insular.

Parte del equipo del servicio de Oncología del Hospital Insular. / LP/DLP

Las Palmas de Gran Canaria

El Hospital Universitario Insular de Gran Canaria participa en dos ensayos clínicos internacionales que prometen revolucionar el abordaje del cáncer de pulmón y vejiga con la administración de una vacuna de ARN mensajero. Se trata de una profilaxis que se elabora de forma personalizada para cada paciente a partir de la información genética de cada tumor, lo que supone un nuevo avance en el desarrollo de las terapias individualizadas. 

«Estamos ante un estudio muy competitivo que se está llevando a cabo en diferentes centros del mundo. El objetivo es estimular el sistema inmunitario de los pacientes a partir de las características de su propio tumor», explica el doctor Delvys Rodríguez Abreu, jefe del servicio de Oncología del citado hospital capitalino, que lidera el ensayo centrado en el cáncer de pulmón en este complejo. 

El estudio con esta vacuna terapéutica, identificado como V940-009, ya se encuentra en fase 3 y, según afirma el facultativo, ha ofrecido resultados prometedores en las etapas previas. Ahora bien, ¿a qué pacientes se dirige? Tal y como indica el experto, a aquellos que se encuentran aquejados de cáncer de pulmón no microcítico –de células no pequeñas- en estadios II a IIIB, que han sido intervenidos, y que, de forma previa a la cirugía, han recibido quimioterapia e inmunoterapia. Con base en los registros, este tipo de carcinoma representa el 85% de los casos

«Una vez que se ha extraído el tumor, se hace una secuencia del ADN y del ARN del mismo, así como de la sangre del paciente. El siguiente paso consiste en obtener 34 neoantígenos de ese tumor y, a partir de esa información, se crea una vacuna de ARN mensajero que se une a unas nanopartículas lipídicas y se le introduce al paciente por vía intramuscular», detalla el especialista. Gracias a este procedimiento, las células producen antígenos que son reconocidos por los linfocitos T, que son los que atacarán a las células tumorales. 

Seis meses

La vacuna se personaliza en Estados Unidos y se envía a los centros que participan en el estudio. De acuerdo con la pauta, deberá administrarse cada tres semanas, durante un período de seis meses. El propósito de los profesionales es evaluar su eficacia para reducir el riesgo de recaídas y prolongar el tiempo sin progresión de la enfermedad en las personas intervenidas. «Queremos reclutar al mayor número de candidatos posible. Ya estamos analizando perfiles para valorar a los que pueden beneficiarse», anota el oncólogo. 

Por su parte, el doctor Alfonso Gómez Liaño, especialista en Oncología en el mismo hospital, dirige el estudio destinado a determinar si esta vacuna es eficaz en el tratamiento del cáncer de vejiga no musculoinvasivo de alto riesgo. Este ensayo, denominado V940-011, se encuentra en fase II. «El 75% de los pacientes presenta la enfermedad en este estadio, que es el más inicial. Sin embargo, los casos de alto riesgo son los que tienen más probabilidades de sufrir recaídas y de que la enfermedad progrese hacia una fase más avanzada», aclara el doctor Gómez. 

El tratamiento estándar de este grupo de afectados contempla la resección del tumor y la administración de instilaciones con BCG (Bacilo Calmette-Guérin), una inmunoterapia que se aplica por vía intravesical. «Lo que tratamos de averiguar a través de esta investigación es si podemos disminuir el riesgo de que el cáncer reaparezca o progrese, al añadir la vacuna al tratamiento estándar», cuenta el especialista.

La idea es que la mitad de los pacientes reciba la terapia convencional y que el otro 50% acceda a la vacuna al mismo tiempo que a la BCG. De este modo, será posible descubrir lo que aporta la profilaxis al manejo de este cáncer. «Hay datos preliminares que guardan relación con el melanoma que desvelan que, una vez que se ha resecado el tumor y se ha aplicado la inmunoterapia general sistémica, al añadir la vacuna aumentan las posibilidades de curación», informa.

Alta incidencia

Para este estudio, el Hospital Insular se ha comprometido a incluir a un mínimo de cuatro personas que reúnan los requisitos necesarios. No obstante, según el facultativo, es muy probable que la cifra aumente. ¿El motivo? La elevada incidencia de este cáncer. «Este diagnóstico es muy frecuente en nuestro medio. De hecho, todas las semanas atendemos a nuevos pacientes a los que se les ha detectado un cáncer de vejiga no musculoinvasivo y que van a empezar un tratamiento con BCG porque están en una situación de alto riesgo», remarca. El objetivo es reunir a una nómina de 300 aquejados en todo el mundo. 

Hasta el momento, los efectos secundarios que se han descrito con el uso de la vacuna son similares a los de otras: molestias en la zona del pinchazo y aparición de un cuadro febril que suele remitir en menos de 48 horas. «Este tratamiento es muy novedoso. Confiamos en que podrá evitar que los pacientes que no responden a las terapias convencionales tengan que someterse a una cistectomía -extirpación de la vejiga-, algo que representa un deterioro de la calidad de vida», valora Alfonso Gómez.

55 investigaciones activas

El Hospital Insular cuenta ahora mismo con 55 ensayos clínicos activos sobre cáncer de mama, genitourinario, ginecológico, pulmón y melanoma. Así lo afirma el doctor Delvys Rodríguez Abreu. «Tenemos otros que están en fase de recogida de datos, pero hay 55 que se encuentran en el proceso de reclutar pacientes», dice el facultativo. En las investigaciones con la vacuna de ARN mensajero participan los servicios de Oncología, Neumología, Cirugía Torácica, Urología, Anatomía Patológica y la unidad de Ensayos Clínicos. 

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