Ligero repunte en la natalidad de Canarias tras nueve años de declive

Tras nueve años de declive en las tasas de natalidad de Canarias, un ligero repunte en los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) puede posibilitar un ápice de esperanza a los isleños. Pues es la primera vez desde 2016 que las Islas presentan mejores cifras en los cinco primeros meses del año con respecto al mismo periodo del anterior. El Archipiélago registró en mayo de 2024 unos 4.668 nacimientos acumulados y, en lo que va de este, los alumbramientos han aumentado hasta 4.737. Es decir, 69 más.

Aunque la esperanza no durará mucho. Pese a estos datos, Canarias sigue sin alcanzar las cifras de 2023, que son las terceras más bajas de la década – con 4.756 alumbramientos en el mes de mayo–. Y aunque este pequeño incremento es mayor que el de 2016 –en el que solo aumentaron en 34 los nacimientos–, la realidad es que apenas representa un 1,5% de mejora.

Un cambio insignificante

Josué Gutiérrez, profesor del departamento de Sociología de la Universidad de La Laguna, no contempla este acontecimiento como un cambio significativo. Tampoco cree que vaya a suponer un cambio en el comportamiento. «Las Islas aún siguen perdiendo población y habrá que esperar a final de año para ver si este crecimiento es anecdótico o no», señala.

Y es que Canarias lleva décadas sumergida en una profunda crisis de natalidad de la que no consigue salir. El profesor de Geografía Humana de la ULL, José León, ubica el origen de esta problemática a finales del siglo pasado, en la década de los 70, cuando las Islas cambiaron su modelo económico y dejaron atrás la sociedad agraria tradicional. «La creación de nuevos puestos de trabajo –sobre todo en el sector secundario–, la incorporación oficial de la mujer al mundo laboral y el crecimiento del turismo dieron lugar a una sociedad urbana», cuenta. Y bajo estas circunstancias, los nacimientos pasaron a un segundo plano.

Pero la gran bajada no llegó hasta 2008, como consecuencia directa de la crisis financiera a nivel nacional. De hecho, la natalidad se desplomó hasta un 8,32% entre ese año y el siguiente, pasando de más de 20.672 nacidos a 18.952 en un corto periodo de tiempo. Además, León vincula el último gran descenso de la década con la pandemia del Covid-19. Canarias registró 14.137 nacimientos el año antes del confinamiento. En 2020, el número de nacidos fue de 13.178, casi mil niños de diferencia. Y más de siete mil si se comparan las cifras con las del 2008.

Revertir la tendencia

El geógrafo humano cuenta que cuando la natalidad baja por factores económicos o sociales es muy difícil revertir la tendencia. «El descenso se acentúa con crisis como estas y no es fácil recuperarse». Al igual que Gutiérrez, no sitúa estos pequeños repuntes –tanto el de ahora como el de 2016– como acontecimientos importantes a considerar. «No se trata de un dato esperanzador porque tampoco hay elementos en el entorno social que nos confirmen un cambio de tendencia», cuenta.

Y es que detrás de estas cifras tan bajas hay numerosos factores condicionantes, en su mayoría vinculados al estado actual de la economía del Archipiélago. Pues según León, las Islas se encuentran casi siempre por debajo de la media nacional. Lo primero que él identifica son los salarios. «Somos la última comunidad autónoma a nivel salarial», puntualiza. Según la última Encuesta trimestral de coste laboral del INE, el salario promedio en las Islas está en 1.697 euros brutos.

A esto hay que sumarle las altas tasas de paro del Archipiélago. Según la última Encuesta sobre Población Parada e Inactiva del Segundo Trimestre de 2025 –del Instituto Canario de Estadística (Istac)–, actualmente hay 157.000 personas en el paro. «Lo curioso de esto es que el número de ocupados si ha aumentado, pero principalmente por personas que han migrado a nuestra tierra», comenta. Esto significa, según relata el geógrafo, que hay migración laboral. «Lo que sucede es que aquellas personas desempleadas no se interesan en puestos de trabajo que presentan condiciones más precarias en cuanto a salarios u horarios», explica. Así, quienes llegan al Archipiélago, ante la necesidad, aceptan estas ofertas de empleo que la población local suele rechazar.

Aportación migratoria

De hecho, el sociólogo de la ULL atribuye este ligero aumento en la natalidad canaria a esa migración que recibe el Archipiélago. «Mientras que la natalidad baja, la migración aumenta y ese ligero repunte puede deberse a las aportaciones de estas personas que llegan», cuenta.

«Los jóvenes también tardan en independizarse por las condiciones ya mencionadas y por la dificultad de acceso a una vivienda», añade León como otra de las explicaciones a esta tendencia a la baja. Y fuera del plano económico, el experto advierte de que las tasas de nupcialidad también condicionan la natalidad. «Canarias también está entre las regiones más bajas de España en cuanto a personas unidas en matrimonio», matiza. Pero eso no es todo. «Además, el porcentaje de divorcios es más alto que en el resto de comunidades», añade.

Todos estos elementos, junto a las escasas ayudas públicas o políticas que promuevan la natalidad –según relata el geógrafo humano– producen hábitos o costumbres de tener pocos hijos o incluso ninguno. «Hemos ido configurando una sociedad cuyas prioridades son otras y por eso ahora tenemos un Archipiélago con más defunciones que nacimientos», concluye. Y es que mientras la población envejece, no se produce un crecimiento natural. «La población de las Islas aumenta, pero gracias a la migración porque la realidad es que Canarias tiene una población envejecida con muy pocos nacimientos anuales», sentencia.

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