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Superación

La historia de una mujer de Alicante que fue madre tras despertar de un coma

«La hormiga y su jardín» recoge la experiencia vital de Olga López Ruiz, quien ha cumplido su deseo de ser madre y de criar a su hija Marta tras sufrir un ictus por un aneurisma cerebral congénito a las 16 semanas de embarazo: estuvo en coma inducido, despertó pese al pronóstico, muy negativo, para tenerla y ha superado sus secuelas

"La hormiga y su jardín", la historia de superación de una madre alicantina que sufrió un ictus embarazada

"La hormiga y su jardín", la historia de superación de una madre alicantina que sufrió un ictus embarazada / Rafa Arjones

J. Hernández

La alicantina Olga López Ruiz, de 45 años, nació con una discapacidad congénita por una aplasia femoral en su pierna izquierda. A causa de ello, desde pequeña ha necesitado una prótesis para caminar. Por lo demás su infancia y adolescencia fueron como las de las demás niñas, y ya de adulta trabajaba de administrativo o de informática, y vivía sola tras independizarse.

Llegó un momento en que quería tener un hijo o hija pero no tenía pareja. Así que se planteó ser madre soltera, aunque le daba algo de miedo por su discapacidad y porque iba a necesitar ayuda.

"Consulté a los médicos si la aplasia de la pierna iba a dificultar mi embarazo y me comentaron que no. A la vez hablé con mi familia, les expuse mi deseo y me dijeron que me apoyaban y que me iban a ayudar con el bebé si en algún momento lo necesitaba". Olga se puso en tratamiento en el Hospital General de Alicante con inseminación artificial: duró un año y resultó negativo. "Al final es un proceso muy duro, desesperante, porque tienes una ilusión, pones tu tiempo, los pinchazos, sigues todos los pasos, pero no sale adelante».

Embarazada a la primera

Cuando terminó con esta fase comenzó con la fecundación in vitro y a la primera se quedó embarazada de Marta. "Estábamos supercontentos, mi familia y yo. El embarazo iba adelante, yo estaba bien en todas las revisiones pero de repente un día, el 7 de diciembre de 2016, me desperté con un dolor de cabeza muy fuerte y pude llamar a una de mis hermanas, Rocío. Le dije que me encontraba mal, que estaba mareada y ella lo relacionó con el embarazo". Todo esto se lo han contado porque ella no es consciente.

"El pronóstico era horrible. A mi familia le dijeron que no contaran conmigo, que pensaban que no iba a salir adelante y me conectarían a una máquina para hacer de incubadora de mi niña»

Olga López Ruiz

"Mi hermana cuenta que me dijo: eso es que te ha bajado la tensión, tienes una bajada de azúcar, intenta tomarte algo dulce....yo no recuerdo nada". Rocío dejó a su hijo en el colegio y empezó a llamarla. "Yo no contestaba. Vino a mi casa, no le abría la puerta, se preocupó y llamó a una ambulancia y a la Policía. Cuando entraron estaba en el suelo inconsciente y me trasladaron al hospital".

Olga había sufrido un ictus por un aneurisma cerebral congénito, que, afirma, nunca se le había manifestado con dolores de cabeza ni con ningún otro síntoma. Estaba embarazada de 16 semanas. En el hospital le extrajeron un hueso del cerebro para que le bajase la hemorragia pero el pronóstico no era bueno. Más bien "era horrible. A mi familia le dijeron que no contaran conmigo, que pensaban que no iba a salir adelante y me conectarían a una máquina para hacer de incubadora de mi niña".

A las 16 semanas de gestación, la mujer sufrió un ictus y el pronóstico no era bueno pero logró salir adelante y dar a luz a su hija

En coma inducido

Estuvo en coma inducido y en todo ese tiempo su familia y amigos se turnaban en guardias diurnas y nocturnas. Felizmente, el pronóstico no se cumplió y empezó a despertar a principios de febrero de 2017. La niña nació dos meses después, unas semanas antes de que saliera de cuentas porque la bolsa se rompió y el parto se adelantó.

«No me podía hacer cargo de un bebé, no la podía coger, tenía el brazo izquierdo con la hemiplejia. No la podía bañar ni dar el biberón. Mis padres se trasladaron a mi casa y me ayudaban y mis hermanos también"

Olga López Ruiz

La madre había sufrido un daño cerebral, y debía someterse a un tratamiento para las secuelas, como una hemiplejia izquierda y algunas cognitivas como desorientación, pérdidas de memoria o de ubicación. Los abuelos se tuvieron que llevar al bebé a casa y hacerse cargo de él, mientras a su madre la trasladaban al hospital de San Vicente de daño cerebral, donde permaneció tres meses.

Cuando por fin la enviaron de alta a casa «no me podía hacer cargo de un bebé, no la podía coger, tenía el brazo izquierdo con la hemiplejia. No la podía bañar ni dar el biberón. Mis padres se trasladaron a mi casa y me ayudaban con la bebé y mis hermanos también. Mis padres estaban de lunes a viernes y mis hermanos venían los fines de semana. Tú te imaginas una vida de madre y cuando despiertas aparece todo esto», reflexiona.

Gracias primero a la ayuda de sus padres y otros familiares, y después a una empleada de hogar, ha sacado adelante a su hija, que tiene 8 años

Incapacidad y pensión

Así se tiraron una buena temporada hasta que le dieron la incapacidad y con ello una pensión. Olga quería hacerse cargo del cuidado de su hija y dejar que sus padres pudieran recuperar su vida. Por entonces la niña tenía un año y medio. Dio de alta a una empleada de hogar para que le ayudase de lunes a viernes y los fines de semana era Olga la que se trasladaba a casa de sus padres con el bebé.

«Marta es una niña muy madura. Siempre le he ido explicando todo, tanto lo de ser madre soltera como la discapacidad que tiene mamá"

Olga López Ruiz

Marta Ruiz López ha crecido, tiene 8 años y es autónoma, aunque su madre sigue con la empleada de hogar pese a que ya no necesite tanta ayuda como cuando era un bebé. Y se ha convertido en una niña independiente, a la que "siempre le he ido explicando todo, tanto lo de ser madre soltera como la discapacidad que tiene mamá. A lo mejor algún ruido me molesta o me duele la cabeza, y ella es muy responsable, es muy buena y lo entiende y me ayuda".

Braining mum, grupo de apoyo a madres com daño cerebral

«La hormiga y su jardín» lo ha escrito Paula Rodríguez y las ilustraciones las firma María Eugenia Real. De Torres Editores, es un cuento que trata sobre el amor, la superación personal y la fuerza de la comunidad. Se presentó en el colegio Salesianos en un acto en el que las protagonistas estuvieron arropadas por familia y amigos. Está disponible en la Casa del Libro y en Amazon.

Olga comparte con madres de otros puntos del país un grupo de whatsApp denominado Braining mum, madres con daño cerebral, con el que se puede contactar a través de brainingmum@gmail.com, o por las redes sociales. La frase incluida en el cuento «Gracias a mamá, tu estás aquí. Gracias a ti, mamá está aquí. Siempre juntas», resume esta historia de amor incondicional.

Quiere ser profesora

La idea de recoger esta vivencia en un cuento surgió porque Olga necesitó apoyo psicológico. "Empecé con terapias y recurrí a la Asociación de Daño Cerebral de la Asociación Adacea. Di con mi neuropsicóloga, Paula Rodríguez, y fue ella quien dijo en una de nuestras sesiones que esto había que contarlo porque es una historia de superación y resiliencia, y de cómo afrontar las cosas. De ahí surgió esta historia y el crear un cuento para los niños porque el mensaje que siempre le transmito a Marta es: en esta vida sueña, ten tus sueños y ves a por ellos".

Una niña que quiere ser profesora, madura para su edad. «Creo que por mi discapacidad la estoy haciendo crecer más rápido», reconoce la madre, mientras la niña asiente cuando se le pregunta y reconoce lo mucho que le gustan los abrazos de mamá.

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