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Ciencia

Contaminantes invisibles,riesgos reales

Contaminantes invisibles,riesgos reales

Contaminantes invisibles,riesgos reales

Bartolomé Domínguez del Río Boada

Vivimos rodeados de compuestos químicos. Empleamos más de 350.000 sustancias en miles de productos que forman parte de nuestra vida diaria: medicamentos, alimentos, ropa, cosméticos o dispositivos electrónicos. Gracias a ellas nuestra sociedad ha alcanzado el nivel de confort y desarrollo del que disponemos en la actualidad.

Pero este desarrollo tiene un coste. El consumo masivo de compuestos químicos ha traspasado todos los límites y hoy sabemos que tales sustancias están presentes en el aire, el agua, los suelos y en nuestros propios cuerpos. Se han vuelto contaminantes silenciosos y persistentes. La ciencia advierte que esta contaminación está alterando ecosistemas y, lo que es más preocupante, que está poniendo en riesgo nuestra salud.

Cada vez resulta más evidente que la salud del ser humano depende directamente de la salud del planeta. El Medio Ambiente, y los animales forman parte de una misma cadena. Así lo resume la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el concepto de “One Health” o “Una sola Salud”: lo que daña a la naturaleza, nos daña también a nosotros.

Y el actual contexto de cambio climático es el mejor ejemplo de ello. El aumento de temperaturas, la contaminación del aire y el agua, o la pérdida de hábitats tienen efectos directos en la salud humana: más enfermedades. Cuidar la naturaleza, mitigar el cambio climático y apostar por entornos más saludables no es solo un compromiso ambiental: es una cuestión de supervivencia y de calidad de vida para todos.

En España, el Plan Estratégico Nacional de Salud y Medioambiente (2022-2026) de los Ministerios de Sanidad y Transición Ecológica, ya reconoce esta interdependencia.

Estos contaminantes químicos forman parte de nuestro día a día, aunque a menudo no seamos plenamente conscientes de ello ya que nuestra exposición comienza antes del nacimiento, durante la gestación. Es decir, los contaminantes invisibles acompañan a cada persona de este planeta a lo largo de toda su vida, aumentando el riesgo de salud.

En territorios aislados como las Islas Canarias, el problema se agrava. Los contaminantes tienen menos formas de dispersarse y terminan acumulándose en el suelo, acuíferos y alimentos. Esto significa que toda la población queda expuesta de manera inadvertida y constante a ellos.

Además, la mayoría de la población canaria vive en zonas metropolitanas, donde la contaminación urbana supone un riesgo adicional. La manera en la que planifiquemos y gestionemos nuestras ciudades resulta decisiva para reducir la exposición a contaminantes, y es una de las maneras más eficaces de prevenir enfermedades crónicas.

·Bartolomé Domínguez del Río Boada - Vocal de la Junta Directiva de la RSEAPGC

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