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Sin resultados dos meses después del brote de salmonela en el Insular-Materno

El servicio de Medicina Preventiva del complejo aún desconoce cuál fue la causa que originó el foco que se registró en agosto en el recinto, y que afectó a 22 pacientes

El servicio de Cocina del Complejo Hospitalario Universitario Insular-Materno Infantil.

El servicio de Cocina del Complejo Hospitalario Universitario Insular-Materno Infantil. / LP/DLP

Las Palmas de Gran Canaria

Dos meses y ocho días después desde que se registrara el primer caso de intoxicación por salmonela en el Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno-Infantil (Chuimi), que acabó traduciéndose en un brote que afectó a 22 personas, el Servicio de Medicina Preventiva del recinto aún desconoce cuál fue el agente que desencadenó el foco. Según informaron ayer fuentes del complejo, el equipo continúa estudiando las causas del suceso, que se originó en el área de cocina. Con el fin de conocer el estado de la investigación, este periódico intentó contactar, de forma insistente, con algún responsable, pero no fue posible atender la solicitud.

Cabe recordar que el primer cuadro se detectó el pasado 19 de agosto, si bien dos días después, el número de aquejados ya había aumentado a 11. El cómputo siguió creciendo. De hecho, el 22 de agosto ascendió a 17, el día 26 a 19, y, solo 24 horas más tarde, la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias reportó tres nuevos casos. De las 22 personas afectadas, cuatro eran pacientes adultos del Materno, ocho del Hospital Insular y 10 del centro polivalente anexo al Hospital Juan Carlos I, ya que este último es abastecido por la cocina del Insular-Materno.

Por suerte, el 29 de agosto, 18 de los afectados ya habían recibido el alta epidemiológica por haber superado los síntomas de la toxiinfección –seguían ingresados por otras patologías– y otros cuatro el alta hospitalaria.

Estudio

Tal y como aseguró a finales de agosto a este medio la doctora Guadalupe Alemán, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública del Chuimi, la previsión era poder conocer las conclusiones de todos los análisis a lo largo de la primera semana de septiembre. Ahora bien, la complejidad del proceso ha dilatado la espera.

En ese momento, la misma facultativa explicó que ya se habían recogido muestras ambientales de las superficies en las que se preparan los alimentos, así como de la comida que consumieron los pacientes. Todos los resultados habían sido negativos. Sin embargo, puntualizó que este hecho no descartaba que el brote estuviese relacionado con algún alimento contaminado. ¿Por qué? Básicamente, porque a la hora de hacer el análisis solo se examina una muestra y es probable que esa porción no contuviera la bacteria.

Tampoco se excluía la posibilidad de que la responsabilidad recayera en la manipulación de los productos. «Aunque no es lo habitual, hay personas que pueden portar la salmonela de forma asintomática. En estos casos, si no se mantiene una correcta higiene de manos y se manipulan alimentos, puede propagarse la infección», detalló entonces la especialista. Se espera que el informe de la investigación pueda estar listo en los próximos días.

Desde que la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud (SCS) y la Dirección Gerencia del Chuimi conocieron la existencia del brote, se llevó a cabo una auditoría. ¿El objetivo? Comprobar que se habían cumplido todos los protocolos. El resultado desveló que no se habían producido incidencias.

La salmonelosis es una patología bacteriana que afecta al tubo intestinal. Este microorganismo puede estar presente en carnes crudas o poco cocinadas, sobre todo de ave. También puede encontrarse en los productos lácteos sin pasteurizar, los huevos o en frutas y verduras que han estado en contacto con agua contaminada o con otros productos portadores de la bacteria.

La infección puede provocar diarrea, calambres abdominales, náuseas, vómitos, fiebre y dolor de cabeza. La mayoría de los afectados contrae la enfermedad a través de la alimentación, aunque también se puede propagar de persona a persona por vía fecal-oral. Por ello, es indispensable mantener una correcta higiene de manos.

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