El padre jesuita Franz Jalics --secuestrado junto a otro sacerdote en 1976 durante la última dictadura militar en Argentina cuando el cardenal Jorge Mario Bergoglio era provincial de la Compañía de Jesús en el país sudamericano-- ha dado por zanjada la polémica sobre la actitud que mantuvo en esa época el actual Papa al asegurar que ya se ha "reconciliado" con esos hechos y ha felicitado al nuevo pontífice por su nombramiento.

En una declaración publicada en la página web oficial de los jesuitas alemanes, Jalics, que reside desde hace años en Alemania, ha contado alguno de los detalles de los cinco meses en que estuvo secuestrado y ha afirmado que no puede hablar sobre el papel que tuvo en esa época Bergoglio. "No puedo comentar sobre el papel en estos procesos del padre Bergoglio", ha afirmado.

Sin embargo, sí ha aclarado que, tras su liberación, decidió irse de Argentina y, "años más tarde", tuvo la oportunidad de reunirse con Bergoglio, tras ser nombrado arzobispo de Buenos Aires, y habló con él sobre esos "acontecimientos". Tras ese diálogo, los dos sacerdotes oficiaron una misa juntos y se abrazaron "con solemnidad". "Estoy reconciliado con los acontecimientos", ha afirmado Jalics, que se despide en su declaración enviando "bendiciones" para el nuevo Papa.

El Vaticano denunció hoy una campaña difamatoria contra el papa sobre su actuación durante la dictadura argentina y aseguró que las acusaciones "no tienen base, provienen de una izquierda anticlerical para atacar a la Iglesia y no hay motivos para arrojar sombras sobre la figura de Francisco".

"La campaña contra Jorge Mario Bergoglio es bien conocida y se remonta desde hace varios años. La lleva a cabo una publicación caracterizada por campañas a veces calumniosas y difamatorias. La matriz anticlerical de esta campaña y de otras acusaciones contra Bergoglio es notoria y evidente", dijo Lombardi.

El portavoz precisó que las acusaciones se refieren a la época en la que el ahora papa no era ni siquiera obispo, sino superior de los Jesuitas en Argentina y se asegura que no protegió a dos sacerdotes que fueron secuestrados durante la dictadura.

"Nunca ha habido una acusación concreta, creíble, contra él. La justicia argentina lo interrogó una vez pero como persona informada de hechos y jamás fue imputado por algo", subrayó el portavoz, que agregó que el mismo papa ya negó, "de forma documentada", las acusaciones.

Lombardi dijo asimismo que Bergoglio "hizo mucho para proteger a las personas durante la dictadura" y una vez nombrado arzobispo de Buenos Aires "pidió perdón en nombre de la Iglesia por no haber hecho bastante durante ese periodo.