El policía local José Juan Santana vivía desde hacía dos años en un piso con su novia, Eva, dependienta de Mercadona, en la parte alta de Marpequeña (Telde). Era un hombre "respetuoso" y "educado", como recuerdan los vecinos. Su suegra ayer permanecía junto al hogar que ambos compartían mientras los agentes de la Policía Nacional registraban la vivienda del detenido. Ambos domicilios estaban separados por un solar y ubicados en una estrecha calle a medio asfaltar por donde Santana solía pasear a su perra todas las tardes.

"No saben la adoración que tenía mi hija Eva por ese hombre", respondió la suegra del fallecido ante las preguntas de los medios de comunicación que se agolpaban en la calle Fernando Rodríguez desde primera hora de la mañana. "Eso no se hace, eso no se hace en un día tan especial" como el domingo, decía en referencia al Día de la Madre. "Con sólo 30 años a mi hija le han destrozado la vida", añadió muy emocionada la madre de Eva que no quiso hacer más declaraciones ni dar su nombre a los periodistas.

"Ambos eran personas ejemplares. Nunca tuve ningún problema con ellos", recuerda Esteban Curquejo, que vivía encima de la pareja.